TOKIO, 8 ago (Xinhua) -- El joven y debutante boxeador cubano Andy Cruz cumplió su sueño en los Juegos Olímpicos de Tokio al ganar este domingo la medalla de oro en la división de los 63 kilogramos, ultima presea aclanzada por la isla en la Olimpiada que concluye hoy.
"Este es un viejo sueño ahora cumplido", dijo exultante tras concluir un duro combate ante el estadounidense Keyshawn Davis en la Arena Kokugikan, escenario tokiota de la competición boxística olímpica.
Tras el anuncio de la victoria, Cruz realizó sobre el encerado su habitual baile de victoria, una costumbre que le ha valido el apodo de "El bailarín" entre sus compañeros de equipos y sus seguidores en la isla.
"Conozco a la mayoría de mis contrarios, aunque no me preparo para enfrentar a alguno en específico, sino que hago ajustes en cada pelea y asalto", explicó sobre una estrategia que le ha permitido sumar 113 triunfos frente a solo ocho derrotas en su carrera deportiva.
Cruz, de 25 años, debutó en la Olimpiada por la puerta grande, después de titularse como campeón del mundo en su división, en los años 2017 y 2019, y de obtener la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y de Lima 2019.
Desde 2017 el cubano solo ha perdido una pelea, en la antigua categoría de 60 kilogramos, ante el francés Sofiane Oumiha, subcampeón en la Olimpíada de Río de Janeiro 2016.
Cruz ha consolidado sus éxitos sobre la base de constancia, disciplina, talento y golpes muy precisos, pues prefiere pelear a la riposta en combates de tres asaltos.
"Hay que prepararse para todas las peleas porque nunca se sabe la situación que se pueda encontrar cuando está boxeando. No obstante, las que más me gustan son la media y larga distancias para aprovechar al contrario y conectar después de sus fallos. Así, el combate se ve más limpio", comentó en una reciente entrevista.
Natural de la provincia de Matanzas, a unos 110 kilómetros al este de La Habana, donde nació el 12 de agosto de 1995, el púgil comenzó en el boxeo a los diez años, después de haber incursionado en el karate.
"En ese deporte estuve un tiempo y me iba bien, pero veía mucho las retransmisiones del boxeo por televisión y así me fue conquistando", recordó.
En particular lo atrajeron hacia el ring las peleas de su ídolo Mario Kindelán, un gran referente cubano en el peso ligero, en el que fue bicampeón olímpico en Sídney 2000 y Atenas 2004, además de ganar tres veces la corona mundial.
Para llegar a Tokio, Cruz y el equipo cubano se fueron a México, donde realizaron una buena base de entrenamiento e incluso toparon con algunos peleadores profesionales de segundo rango.
En tierras mexicanas, Cruz dijo haber perfeccionado la fuerza, sin perder la velocidad de piernas y brazos, además de trabajar en la precisión del golpeo.
El peleador reconoció que el atraso de la Olimpiada por la pandemia del nuevo coronavirus tuvo un impacto físico y sicológico sobre los atletas que se preparaban para una fecha determinada, aunque admitió que lo principal es la salud de los deportistas, lo que justifica el aplazamiento.
Cruz forma parte ahora una selección que desde hace años ha encabezado el desempeño de los cubanos en las Olimpiadas, donde el boxeo ha aportado ahora 38 de las 84 medallas olímpicas de oro alcanzadas por los deportistas cubanos desde la primera incursión de la isla en los Juegos de París 1900.