Por Edna Alcántara, Zhu Yubo y Wu Hao
MÉXICO, 17 sep (Xinhua) -- América Latina y el Caribe debe trabajar sobre un mecanismo que garantice la política no injerencista e intervencionista de Estados Unidos contra los Gobiernos de países soberanos e independientes, aseveró el catedrático en estudios latinoamericanos Adalberto Santana Hernández.
En entrevista a Xinhua, el especialista mexicano del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reconoció que, si bien la relación con Estados Unidos ha sido y seguirá siendo compleja, multifacética y contradictoria, es imperioso llevar a un nuevo término el trato, basado en el respeto a la autodeterminación y soberanía de cada país de la región.
Destacó que en el presente, países como México, y actualmente presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), buscan que "la correlación de fuerzas de Estados Unidos sea más respetuosa para la región".
Creada en 2010, la Celac es un mecanismo regional de diálogo y concertación política que agrupa exclusivamente a los 33 países latinoamericanos y caribeños, con una población combinada de 624 millones de personas.
México convocó para mañana sábado a los países miembros de la Celac a participar en la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno con el propósito de profundizar en la lucha conjunta contra la pandemia de COVID-19 e impulsar una propuesta para reformar o sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA), órgano cuestionado por varios países de la región por su servilismo ante Washington.
En concreto, la Celac, a través de su presidente pro témpore, cuestionó el papel del secretario general de la OEA, Luis Almagro, por actos de "injerencia" en el caso de Bolivia, en donde dijo que hubo un presunto fraude en las elecciones presidenciales de 2019.
También se le atribuyó inacción, connivencia o intervención directa en las destituciones de los presidentes Manuel Zelaya en Honduras en 2009, Fernando Lugo en Paraguay en 2012, y Dilma Rousseff en Brasil en 2016, así como el apoyo a la oposición venezolana.
Santana Hernández aseguró que por hoy quedó "rezagado" el papel de la OEA, al no conformar "el interés de nuevos escenarios latinoamericanos" y al asumir particularmente en los últimos años, bajo la dirección de Almagro, una "actitud mucho más injerencista y a la que ya tenía".
Hace unos días, los ministros de los 33 países de la región trabajaron en una declaración política conjunta, a fin de sacar adelante, bajo consenso, la propuesta de renovación o desaparición de la OEA por un organismo multilateral de mayor representatividad.
De acuerdo con el internacionalista mexicano, cualquier decisión que se tome, ya sea para transformar a la OEA o crear un nuevo organismo de carácter continental, la base principal, insistió, es que "sea respetuoso de las distintas repúblicas del continente americano".
En este sentido, existe desbalance en la correlación de fuerzas de lo que representa Estados Unidos, que ha considerado históricamente a algunos países latinoamericanos o del Caribe como su traspatio, puntualizó el académico.
"Pero ahora, los nuevos Gobiernos de América Latina que tienen otra visión del mundo y tienen defensa de su soberanía y autodeterminación van a intentar hablar con Estados Unidos para que esa propuesta de la Celac se hable en términos horizontales y no verticales", agregó.
