Por Yosley Carrero
Imagen del 19 de septiembre de 2021 de Yakelyn Morenillo, de 46 años, extrayendo el polen de una flor, en el techo de su casa en el municipio de San Miguel del Padrón, en La Habana, capital de Cuba. Yakelyn Morenillo y su esposo Orestes Arencibia han convertido el techo de su casa en un jardín al cultivar alrededor de 280 especies de orquídeas, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón, en la zona occidental de Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 22 sep (Xinhua) -- Yakelyn Morenillo, de 46 años, y su esposo Orestes Arencibia, de 51, han convertido el techo de su casa en un jardín al cultivar alrededor de 280 especies de orquídeas, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón, en la zona occidental de Cuba.
Ambos se presentan como "apasionados a las plantas" al convertir techos, terrazas y balcones de la ciudad en pequeños jardines botánicos, unos verdaderos "oasis verdes" donde en apariencia no era posible.
Morenillo, quien realiza labores de ama de casa, es también la que permanece mayor parte del tiempo junto a las orquídeas, plantas que a su juicio requieren de extremo cuidado para su cultivo.
"El sistema de riego es variado, en dependencia de las condiciones meteorológicas, la temperatura, la humedad y la iluminación, así como de otros factores. Sin embargo, nada es más complejo y delicado que la polinización", precisó, para añadir "hago todo esto por amor".
A su vez, Arencibia, quien trabaja como jardinero en una empresa estatal, expresó que durante la pandemia del nuevo coronavirus, la familia ha encontrado en el cultivo de plantas no sólo un espacio de relajación, sino una fuente de ingreso económico.
"Con lo que vendemos logramos comprar el sustrato e insumos necesarios para continuar desarrollando el negocio", dijo.
"Cuando uno sube a este sitio y ve que después de varios meses de riego una orquídea ha florecido, se percata de que ha valido la pena el esfuerzo", agregó.
Su hija, Noemí Arencibia, de 15 años y quien cursa el noveno grado en una escuela secundaria básica, mencionó que el mejor modo de estudiar y concentrarse en sus tareas escolares es rodeada de orquídeas.
"Yo ayudo aquí en todo. Desde que era bien pequeña soy parte de este mundo. Este lugar siempre transmite una sensación fabulosa", dijo, mientras ajustaba su mascarilla sanitaria.
Para el cultivo de las plantas se utilizan componentes biodegradables como cáscara de pino, barro, carbón vegetal e insumos de naturaleza orgánica.
Desde hace 12 años forman parte de un club de aficionados a las orquídeas, iniciativa que aspira a convertirse en un proyecto de desarrollo local.
El club auspicia la realización del Festival de las Orquídeas desde el año 2000, evento que ha contado con la participación de cultivadores de plantas, aficionados a la botánica y a la jardinería de La Habana, así como de otras provincias del occidente del país caribeño.
Aspiran también a poder contar en unos años con una cámara de flujo laminar y un laboratorio para desarrollar el cultivo in vitro, además de la innovación a través del cruce de diferentes especies.
El coordinador de este proyecto en el municipio San Miguel, Máximo Gómez, explicó a Xinhua que lo que surgió como un taller para el cultivo de las orquídeas, se ha convertido en un gran movimiento de amantes de la jardinería y la botánica.
"Esto ha ayudado a mejorar la salud mental de las personas. Se ha creado una red de cultivadores y coleccionistas, lo cual ha incentivado el interés por las plantas", compartió.
En Cuba existen entre 300 y 315 especies nativas de orquídeas, varias de ellas en peligro de extinción, plantas que se localizan en zonas montañosas a gran altura sobre el nivel del mar.
El ingeniero agrónomo y presidente del Club de Aficionado a las Orquídeas en el municipio de San Miguel del Padrón, Lorenzo Suárez, se mostró satisfecho con los resultados alcanzados hasta ahora.
"Somos poco más de 30 cultivadores afiliados al proyecto por el momento, pero continuaremos creciendo. Aquí los participantes encuentran asesoría técnica y un espacio de interacción", comentó a Xinhua.