SHANGHAI, 7 dic (Xinhua) -- En la planta ubicada en el distrito shanghainés de Fengxian, al ver las patatas fritas hechas con pechuga de pollo avanzando hacia las máquinas de empaque, Tomás Fuentes Benítez se siente feliz cumpliendo su sueño en China.
Cuando Fuentes Benítez estaba en la universidad, su carrera era sobre leyes de derecho de los negocios. Desde muy joven le han interesado los negocios. Después de graduarse, entre más aprendía, más curiosidad tenía sobre el tema de los negocios en China.
Tomás Fuentes Benítez ofrece a Xinhua una entrevista exclusiva. (Xinhua/Sun Qing)
"En Latinoamérica es muy aceptado que China ha cobrado una tremenda importancia en el mundo y ha sido el motor del crecimiento económico a nivel mundial en las últimas décadas", dice el empresario argentino.
Para conocer mejor el país asiático, Fuentes Benítez empezó por buscar escuelas de chino y probar comidas chinas en Buenos Aires. "Como China cuenta con una cultura milenaria con tantos años de historia, es muy complejo en todos sus aspectos", relata, y agrega: "Era bastante difícil encontrar recursos para estudiar, pero todavía tengo que reforzar más".
En 2015, Fuentes Benítez recibió una beca del Instituto Confucio para aprender chino por un mes en la Universidad de Jilin. "Me imaginaba que Beijing iba a ser una ciudad muy grande con mucha infraestructura y trenes. Cuando llegué a Jilin, me encontré con una infraestructura igual de desarrollada a la de la capital, y estaba limpia la ciudad con los trenes y las autopistas", recuerda, y añade: "Me di cuenta de que China se había desarrollado realmente, no solamente económicamente pero también en todo sentido".
La experiencia consolidó su determinación de venir a vivir en China. Un año después fue aceptado por el Schwarzman Scholars de la Universidad de Tsinghua, y volvió a China para hacer un máster. Y mientras hacía todo esto mantenía vivo su pequeño sueño.
Fuentes Benítez ama el deporte, pero al mismo tiempo le encantan los refrigerios. Sin embargo, los "snacks" que se ofrecen en las tiendas no le convencen, pues, a su juicio, tienen demasiada sal, azúcar y conservantes. Entonces, el argentino decidió crear refrigerios saludables él mismo.
Tomás Fuentes Benítez realiza experimentos propios para mejorar su producto en Guomao, en el centro de Beijing, en febrero de 2019. (Cortesía)
La cocina de sus padres, el dormitorio de la Universidad de Tsinghua, el laboratorio en el centro de Beijing...., Fuentes Benítez siempre mantiene presente su sueño sin importar dónde se encuentre.
Después de años de ensayos, hoy en día los "snacks" de la marca "Stokes" se producen en dos fábricas, una en Shanghai y la otra en Zhongshan, en el sur de China.
"Hacía 'snacks' saludables en Argentina solamente como una actividad secundaria. Cuando llegué a China, empecé a encontrar que el mercado es gigantesco y que los consumidores chinos prestan cada vez más atención a la salud, no solamente a lo que comen sino también al ejercicio, de ahí fue cuando dije, quizá acá hay una oportunidad para desarrollar una empresa", explica.
"Siempre tuve el sueño de crear un producto, porque un producto tiene su vida propia. Hoy la gran mayoría de los consumidores no saben quién soy yo, y solamente consumen los productos porque les gustan", comenta el empresario.
Cumpliendo su sueño creó un producto sano en China y lo puso en las góndolas de los supermercados. Un día fue a comprar una botella de agua y vio a un cliente cualquiera tomar su producto y comprarlo sin tener la menor idea de que el fundador de la empresa estaba justo a su lado.
"Eso fue el año pasado, y fue un momento muy mágico", cuenta el emprendedor con un tono de orgullo.
Según Fuentes Benítez, la tradición de la cocina china es favorable para crear comidas nuevas. "De la comida china nunca te puedes aburrir porque hay para todos los gustos, como los platos picantes de la cocina de Sichuan, los pasteles de Guangzhou, el pato asado de Beijing...".
El grupo emprendedor combina la carne de Argentina con la tradición culinaria de China para crear refrigerios con bajo contenido de grasa, pocas calorías y alto contenido proteínico.
El proceso de creación no ha sido fácil. Tomando como ejemplo su último producto, el palito de carne a la flama ahumado con madera, requiere de un total de 240 horas para completar un proceso de 24 pasos, entre los que se cuenta el adobo de la carne con ingredientes chinos, la fermentación lenta a baja temperatura y la tostadura con madera.
De acuerdo con Fuentes Benítez, el trabajo en equipo ha sido definitivo para superar los desafíos. La empresa ha atraído a varios talentos que tienen experiencia en la industria de los lácteos y los alimentos "light".
"Yo soy el más joven en el equipo y estoy muy agradecido por la confianza que han tenido en mí. Somos una 'startup' y queremos hacer productos innovadores. Siempre pensamos en proporcionar lo mejor para el consumidor chino", asegura.
Tomás Fuentes Benítez desarrolla con su equipo las patatas fritas hechas con pechuga de pollo en el laboratorio, en junio de 2021. (Cortesía)
Desde el lanzamiento de la empresa, en noviembre de 2019, Fuentes Benítez y su equipo han desarrollado alimentos para aperitivos tales como carne de res rebanada, patatas fritas hechas con pechuga de pollo y palitos de carne a la flama ahumados con madera, y han "personalizado" varios sabores, como tomate, pimienta de ratán y pepino, pensando en los consumidores chinos.
Además de las cadenas de supermercados, también se pueden encontrar productos acompañados del retrato de Fuentes Benítez en plataformas de comercio electrónico.
El 18 de octubre del año pasado, antes del festival de compras en línea también conocido como "Doble Once", Fuentes Benítez realizó una transmisión en vivo para promocionar sus productos. Para su sorpresa, a lo largo de las tres horas que estuvo al aire, decenas de miles de seguidores y clientes potenciales estuvieron pendientes de él y sus tentempiés.
Ahora, la tienda en línea cuenta con más de 30.000 seguidores. Durante el festival de este año, las ventas crecieron un 256 por ciento con respecto al año pasado, el 33 por ciento de las cuales vinieron de usuarios recurrentes.
Fuentes Benítez lleva ya más de diez años aprendiendo chino. Todos las días, de lunes a viernes, toma una hora de clase antes del trabajo.
"Lo que me diferencia de algunos extranjeros que están en China es que no tengo un plazo para mi vida en China. Para mí, China es parte de mi vida y lo va a seguir siendo siempre. Espero que la empresa sea consolidada y se convierta en una de las principales empresas de 'snacks' de China en un futuro", dice.
Ahora China está creando un mejor entorno empresarial para los talentos de todo el mundo, quienes, como este joven argentino, vienen aquí con la mente puesta en concretar sus sueños.
En el centro de Shanghai hay espacios de trabajo compartidos para empresarios extranjeros que vienen a iniciar negocios en China, una de las muchas y cada vez más efectivas políticas de apoyo implementadas por la ciudad.
Desde que estaba en la universidad, Fuentes Benítez ya tenía el sueño de convertirse en alguien que pudiera ser un puente entre Latinoamérica y China. A lo largo de estos diez años cambió varias veces de trabajo. "Pero todo lo que empecé a hacer desde los 21 años siempre fue en esa dirección, aprendiendo más sobre China. Ha sido un camino extremadamente desafiante, pero también muy enriquecedor", concluye. ■