GINEBRA, 8 dic (Xinhua) -- EE. UU. ha gastado demasiado en guerras y armamento, una desgracia considerando el hambre y la pobreza que tantas personas sufren en el mundo, dijo recientemente Alfred-Maurice de Zayas, antiguo experto independiente para la promoción de la democracia y un orden internacional justo de la ONU.
"Es realmente una desgracia considerando que millones de personas se mueren de hambre, y estamos haciendo muy poco para erradicarla, estamos haciendo muy poco para acabar con la pobreza extrema", declaró a Xinhua durante una entrevista en los aledaños del Palacio de las Naciones de Ginebra, Suiza.
"Estamos quemando nuestro dinero adquiriendo nuevos submarinos nucleares, entregando nuevos misiles, aumentando la investigación y el desarrollo en inteligencia artificial, así como en los denominados sistemas autónomos letales de armas, robots asesinos, etcétera", añadió De Zayas. "Ahí es donde va nuestro dinero", aseveró.
Gran parte del beneficio, según este historiador suizo-estadounidense, ha acabado en los bolsillos de grandes contratistas pertenecientes al complejo militar-industrial de EE. UU., una red de individuos e instituciones dedicada a la fabricación de armas y tecnologías militares.
"Están muy satisfechos con sus beneficios", puntualizó, refiriéndose a los fabricantes de armas de Estados Unidos. "Cada guerra que provocan genera enormes beneficios para ellos, pero hunden en la miseria a millones de seres humanos", aseveró.
De Zayas citó el último discurso en la Casa Blanca del entonces presidente estadounidense Dwight Eisenhower a principios de 1961. Eisenhower, que también había sido general del Ejército condecorado con cinco estrellas, alertó sobre lo que definió como "una influencia injustificada, buscada o no de manera activa, por parte del complejo militar-industrial".
"Estaba absolutamente en lo cierto", comentó el historiador acerca de esta visión. "El único problema es que la situación actual es mucho peor si se compara con 1961. Sólo Dios sabe cuántas guerras hemos librado desde entonces. Y cuántas personas han sido asesinadas bajo la excusa de garantizar la democracia y los derechos humanos".
Refiriéndose a la invasión de Iraq en 2003, un país rico en petróleo, De Zayas afirmó que altos funcionarios de EE. UU. mintieron al mundo para justificar esa guerra, incluido el entonces secretario de Estado Colin Powell, quien llegó demasiado lejos al mentir diciendo que el Gobierno de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.
"Quiero decir, aquí tenemos a EE. UU. engañando al mundo entero y al Consejo de Seguridad de la ONU, a un Colin Powell sin pruebas convenciendo a la gente", añadió este autor de múltiples obras sobre Derecho e Historia. "Sucede que, geopolíticamente, nos interesaba estar presentes en Iraq. Teníamos un interés económico en su petróleo. Pero Saddam Hussein no nos seguía el juego y, por lo tanto, tenía que irse".
Además, EE. UU. es bueno creando divisiones e inestabilidad en los países donde tiene objetivos, observó De Zayas, destacando a los servicios de inteligencia, incluida la Agencia Central de Inteligencia (CIA), las organizaciones no gubernamentales como Fondo Nacional para la Democracia, así como también los medios de comunicación, a quienes acusa de participar en una "guerra de propaganda".
"El Fondo Nacional para la Democracia participa abiertamente en las operaciones encubiertas de la CIA, subvierte el orden de los países a través de prestar apoyo financiero a la oposición y organizaciones no gubernamentales para diseminar noticias falsas, con el objetivo de crear una atmósfera de confusión y hasta de consternación", explicó este experto.
"Haciendo estas cosas intentas desestabilizar a los países con noticias falsas", apostilló. "Pretendes desestabilizar países inventando situaciones que no existen, ofreciendo una narrativa falsa, con la idea de anestesiar a la población para que acepte un cambio de régimen mediante una intervención militar", analizó.
De Zayas también cargó contra el concepto de "excepcionalidad" de EE. UU., definido como la superioridad de los valores y del sistema político estadounidense, universalmente aceptados, lo cual ha sido instrumentalizado para blanquear su intervencionismo militar en el mundo.
"Esta "excepcionalidad" es un chiste. Los medios tradicionales se refieren a este concepto como si fuese una cosa legítima", remarcó. "Pero todo forma parte del adoctrinamiento, de un juego epistemológico, en el cual la realidad se retuerce", zanjó.
