SANTIAGO, 20 dic (Xinhua) -- El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, deberá conducir entre 2022 y 2026 un país fragmentado por la desigualdad e impactado económicamente por la pandemia, y responder a un electorado con esperanzas por los cambios estructurales prometidos en su campaña, señalaron analistas políticos.
El diputado de 35 años superó en el balotaje del 19 de diciembre a su contendor José Antonio Kast con 55,8 por ciento de los votos, convirtiéndose en el mandatario más joven y votado en la historia del país sudamericano, con 4,6 millones de papeletas a su favor.
El politólogo Mario Herrera delineó a Xinhua los principales retos que asumirá a partir del 11 de marzo próximo el representante del pacto Apruebo Dignidad, integrado por el Frente Amplio y Partido Comunista, impulsores de un proyecto de corte socialdemócrata empeñado en construir un estado de bienestar, con mayores impuestos a los ricos y sistemas universales de jubilación, salud y educación.
El académico de la Universidad de Talca y miembro del Centro de Análisis Político sostuvo que hay "altas expectativas" por estas medidas, pero el siguiente Gobierno deberá enfrentar un escenario de alta inflación y bajo crecimiento proyectado a causa de la crisis económica global, lo que dificulta el financiamiento de sus políticas sociales.
Boric afirmó la noche del domingo, tras ganar la elección, que en su mandato habrá crecimiento económico sostenido y cohesión social "a pasos cortos, pero firmes", y brindó garantías para una vida más tranquila, segura y con más libertades, especialmente para mujeres, niñas y niños.
Entre vítores y banderas alusivas a causas sociales, aseguró en su primer discurso a la nación que su plan gubernamental "puede sintetizarse en pocas y simples palabras: avanzar con responsabilidad en los cambios que Chile viene demandando, sin dejar a nadie atrás", ante más de 100.000 personas reunidas en el centro de Santiago para celebrar el triunfo del ex dirigente estudiantil.
La socióloga Emmanuelle Barozet coincidió en que el contexto económico "poco auspicioso es un flanco para el nuevo Gobierno", y detalló entre sus primeros retos la decisión de quitar o prolongar los aportes monetarios que el Estado ha transferido a los sectores bajos y medios para sortear la emergencia, y que acrecientan la deuda pública.
En un país aquejado por la brecha económica y el estancamiento, que quedó de manifiesto en el estallido social de 2019 con protestas por la equidad, la académica de la Universidad de Chile enfatizó la importancia de trabajar en mantener alto el apoyo ciudadano, más allá de los primeros tres meses, para evitar los "momentos fuertes contenciosos" de hace dos años atrás.
"A Boric le toca leer todas las demandas que hay hoy en la sociedad chilena, ordenarlas, priorizarlas y darles un presupuesto", sostuvo la investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), frente a las exigencias por mejorar la eficiencia del Estado y terminar con los abusos del mercado, para poder acceder a bienes y servicios "a un trato justo y precios alcanzables", sostuvo.
Boric tendrá además la tarea de mantener unido al grupo amplio y diverso de partidos y movimientos de centro e izquierda, agrupados para levantar al candidato en los comicios, y que ahora tendrán que formar bancada y alcanzar acuerdos con otros sectores políticos para aprobar importantes leyes, en un Congreso dividido en facciones y sin mayoría para el presidente electo.
Otro objetivo prioritario será resguardar la elaboración de la nueva Constitución para Chile, que viene a reemplazar la impuesta por el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990) y que surgió de un acuerdo impulsado y firmado por Boric como legislador, junto a otras fuerzas políticas en noviembre de 2019, para aplacar la revuelta social contra los privilegios y abusos del libre mercado.
El proceso de redacción de la Carta Fundamental por una convención paritaria, integrada en su mayoría por ciudadanos sin militancia política y con representación de los pueblos originarios, culminará a mediados de 2022 con un plebiscito de voto obligatorio para aceptar o rechazar el texto, que Boric espera "sea de encuentro y no de división", y acoja todas las visiones.
La oleada de inmigración irregular por la frontera norte de Chile, en medio de una crisis migratoria mundial, y el violento y centenario conflicto que el Estado mantiene con el pueblo originario mapuche en el sur del país, son otros temas que cruzarán el mandato del nuevo mandatario y que además serán discutidos en la asamblea constituyente.
