QUITO, 29 dic (Xinhua) -- Los monigotes o "años viejos", muñecos elaborados con papel y cartón que se quemarán a la medianoche del 31 de diciembre, volvieron a ser protagonistas en las principales calles y avenidas de Ecuador a pocas horas de despedir el año 2021.
Artesanos y familias enteras que se dedican a esta actividad tienen la esperanza de recuperarse de las pérdidas económicas causadas por la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), ofreciendo la mercadería a bajo costo.
Y es que en 2020, debido a la pandemia, se prohibieron las ventas de monigotes y demás artículos característicos de la festividad. Pero hoy, en una feria del barrio Carcelén, ubicado al norte de Quito, la capital del país, se instalaron más de una docena de puestos para el expendio de muñecos de todos los modelos y tamaños, elaborados con papel maché, y venidos de la ciudad costera de Guayaquil (suroeste).
La comerciante Alicia Trejo, de 60 años, dijo a Xinhua que las ventas se han dinamizado un poco en medio de la pandemia, aunque la COVID-19 aún genera dudas entre los visitantes a la feria, quienes "acuden poco a poco, (pero) tampoco nos quejamos porque sí ha habido más o menos venta".
La mujer, que lleva 40 años comercializando monigotes, agregó que los vendedores se han alistado para dar seguridad a los clientes siguiendo cursos sobre medidas de bioseguridad ya que "siempre debemos estar protegiéndonos con el uso de la mascarilla y el alcohol".
En la feria también se ofertan caretas de caucho y pelucas a un precio de cuatro dólares, máscaras de cartón a dos y globos del deseo a un dólar.
La quema del Año Viejo en Ecuador es una tradición que se celebra en el último feriado del año (viernes 31 de diciembre, sábado 1 y domingo 2 de enero de 2022) y trata de despedir el año quemando con el monigote todo lo malo que pudo pasar y abrigando la esperanza de que el nuevo año llegue cargado de situaciones positivas para alcanzar éxitos personales y profesionales.
Sin embargo, la despedida de este 2021 será un poco diferente ya que debido al aumento de contagios de la COVID-19 y de la nueva variante ómicron, se impusieron nuevas restricciones en el país sudamericano.
El Comité Nacional de Operaciones de Emergencia (COE), que maneja la crisis sanitaria, prohibió la quema de años viejos en espacios públicos, festivales y bailes populares, así como también restringió la presencia de "viudas", hombres o mujeres vestidos de negro o con atuendos llamativos que pasan horas en las calles para interrumpir el tránsito o pedir caridad y llorar por la partida del año viejo.
No obstante, el COE resolvió a último momento permitir la quema de monigotes siempre que se lo haga dentro del círculo familiar y no se generen aglomeraciones. Es por eso que algunas familias han optado por comprar los monigotes para quemarlos en casa, como es el caso de Fernando Fabara, quien visitó la feria y adquirió un "año viejo" para quemarlo en familia.
"Nosotros lo hacemos en casa tomando las medidas de precaución y la expectativa es que esta pandemia vaya acabando con la quemada también del monigote y todos los problemas que ha ocasionado este virus, que todavía sigue. Ojalá como cábala vaya disminuyendo y podamos llegar a la normalidad", dijo a Xinhua.
Como en años anteriores, la avenida Amazonas, en el centro norte de Quito, se prepara para acoger el 31 de diciembre el Festival de Años Viejos, una celebración que ya se había cancelado el año pasado por la pandemia y actualmente no se presentarán paradas para evitar aglomeraciones, según los organizadores.
La despedida del año 2021 estará marcada por la incertidumbre de los ecuatorianos sobre el curso de la pandemia, que lleva 22 meses en el país sudamericano con una tendencia al alza de casos y acumuló hasta este miércoles 545.800 casos y 23.844 muertes confirmadas por COVID-19.