Por Tian Rui y Chen Haoquan
BEIJING, 18 ene (Xinhua) -- "Tengo una sensación de victoria (...) Logramos llegar donde queríamos, con la mayoría de la población inmunizada", dijo Mónica Calazans, la enfermera brasileña que se convirtió en la primera persona inoculada con una vacuna contra la COVID-19 en el país sudamericano.
El 17 de enero de 2021, Calazans recibió la primera dosis de CoronaVac, vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinovac, tras lo que expresó su deseo de que vacunaran también a su madre y a su abuela, para que pudieran reunirse en la siguiente Navidad.
Un año después, la vacuna china no solo le ha facilitado el reencuentro con su familia, sino que también le ha proporcionado una protección fiable para poder desempeñar su trabajo en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Emilio Ribas de Sao Paulo.
DESEO CUMPLIDO
Antes de la llegada de las vacunas, la situación epidemiológica en Brasil era totalmente preocupante. "Todo el mundo trabajaba preocupado, con el número de casos y muertes aumentando", recordó Calazans.
Como trabajadora sanitaria, Calazans era consciente del riesgo alto e incluso mortal que suponía tanto para su madre de 72 años como para su abuela de 88 su contacto con ellas, así que pasó la Navidad de 2020 alejada de sus seres queridos, lo que le hizo sentir triste y sin esperanza.
Sin embargo, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil aprobó el 17 de enero de 2021 el uso de emergencia de la vacuna CoronaVac, y ese mismo día, la enfermera, que sufre de obesidad y comorbilidades, recibió la primera dosis de la vacuna china.
La enfermera Mónica Calazans (i) recibe la vacuna contra la COVID-19, desarrollada por la farmacéutica china Sinovac, en Sao Paulo, Brasil, el 17 de enero de 2021. (Xinhua/Rahel Patrasso)
Después de recibir la vacuna, su experiencia le convenció de que esta era extremadamente segura.
"Me sentí muy bien, sin reacciones adversas (...) Mi rutina siguió igual, no tuve que dejar de trabajar, así que estoy segura de que la vacuna es confiable", afirmó.
Por eso, la enfermera quiso que vacunaran lo antes posible a su madre y su abuela, para poder cumplir su objetivo del año: pasar la fiesta de la Navidad de 2021 juntas.
Un año después, el sueño se ha hecho realidad: su madre y su abuela están vacunadas con tres dosis de CoronaVac y Calazans pasó la Navidad de 2021 y el Año Nuevo de 2022 con sus familiares.
Según datos ofrecidos por la página web del diario brasileño O Globo, más del 68 por ciento de la población del país está totalmente inmunizada, con dos dosis o una dosis única de alguna de las vacunas contra la COVID-19, lo cual anima a Calazans.
"Me siento orgullosa porque la vacunación está teniendo éxito. Yo tomé CoronaVac. Las personas tienen más confianza en la vacuna y no hay discusión, es la vacuna la que salva vidas", indicó la enfermera.
DÍA DE SUERTE
El 17 de enero de 2021 fue un día de suerte para Calazans, ya que fue la primera en recibir la vacuna CoronaVac en representación de los trabajadores sanitarios brasileños y también recibió un mensaje de agradecimiento de la familia de un paciente.
El 31 de diciembre de 2020, cuando la enfermera trabajaba en un hospital de campaña especializado en el tratamiento de COVID-19 designado por el Gobierno de Sao Paulo, recibió a un hombre de 75 años.
Después de un examen médico, decidieron transferirlo a la unidad de cuidados intensivos de otro hospital con mejores instalaciones, ya que su estado era bastante grave. Calazans participó en todo el proceso del traslado del paciente.
Una enfermera prepara una dosis de la vacuna contra la COVID-19 en Sao Paulo, Brasil, el 17 de enero de 2021. (Xinhua/Rahel Patrasso)
"Ese ingreso me causó un gran impacto, porque tuve que decirle al hijo que no podía visitarlo, que su padre tenía que pasar el Año Nuevo solo enfrentando la COVID-19", narró con emoción.
Gracias a la ayuda de la trabajadora sanitaria, el anciano recibió un tratamiento oportuno y fue dado de alta del hospital días después.
"El 17 de enero, en mi celular entró un mensaje del hijo de ese hombre, diciendo que su padre se había recuperado y que sentía orgullo de que yo hubiera sido la enfermera de su padre", relató Calazans.
Se sintió feliz de que el paciente pudiera volver a reunirse con su familia, y desde aquel día pudo seguir ayudando tranquilamente a más pacientes con COVID-19 gracias a que ya estaba protegida por la vacuna china de Sinovac, que lleva adelante una cooperación en vacunas con el Instituto Butantan, el laboratorio público del estado de Sao Paulo.
"Con la vacuna conseguimos trabajar más tranquilos. Estamos todos vacunados y sabemos que existen vacunas para protegernos", comentó.
A ojos de la trabajadora sanitaria brasileña, repleta de esperanza, todavía hay más esfuerzos que hacer para poder ver la luz al final del túnel que es la pandemia, y para que familias y amigos puedan volver a abrazarse y que vuelvan las sonrisas a los labios de la gente.
"Quiero que todos regresen a la vida normal para que podamos mostrar nuestra sonrisa. Los brasileños somos muy acogedores", manifestó.