LHASA, 2 may (Xinhua) -- ¿Qué impacto tiene un ambiente a una altitud ultra alta en la salud humana? ¿Cuáles son los peligros para el cuerpo humano si se enfrenta a contaminación ambiental a esas elevadas altitudes? ¿Qué deben hacer las personas para proteger su salud en un ambiente de gran altitud?
Investigadores chinos de la actual expedición científica integral al Monte Qomolangma, la cima más alta del mundo ubicada en la frontera entre China y Nepal, están tratando de responder esas preguntas. Con una cima a 8.848,86 metros, la famosa montaña proporciona una excelente oportunidad para esos estudios.
Un equipo de 27 investigadores monitorizan el estado de salud de 50 voluntarios ubicados en varias altitudes: 5.200 metros, 5.800 metros, 6.350 metros y 8.848 metros.
Portando sensores de saturación y monitorización de electrocardiograma, ZhuTong, líder del equipo, es también uno de los voluntarios.
Zhu, jefe del Colegio de Ciencias e Ingeniería del Ambiente (CESE) de la Universidad de Peking (PKU), con su mochila y un bastón de excursionista va de un lado para otro cerca del campamento base de alpinismo de la Montaña Qomolangma, situado a 5.200 metros sobre el nivel del mar.
"Algunos de los miembros de mi equipo llegaron a un área a 6.350 metros de altura. Me estoy preparando para poder reunirme con ellos allá", dijo Zhu, de 59 años de edad. "A medida que asciendes de altitud, tu cuerpo cambiará consecuentemente, lo cual vuelve valiosos estos datos".
Los investigadores reunirán muestras de sangre, orina, saliva, heces y otras, medirán la presión arterial y monitorizarán la velocidad del pulso de los voluntarios, incluido Zhu, para proporcionar muestras para la investigación de seguimiento.
Mediante un seguimiento a largo plazo, el equipo de Zhu descubrió que la zona del Qomolangma tiene una alta densidad de ozono, casi al mismo nivel que en algunas ciudades chinas. Los estudios han especulado que esta contaminación por ozono se debe a la alta concentración de aire rico en ozono en la atmósfera superior que desciende por los vientos glaciares en el helado monte Qomolangma.
Hua Qiaoyi, miembro de la brigada y médico del CESE, dijo que incluso una baja concentración de ozono, un fuerte contaminante oxidante, perjudica la salud humana, ya que puede agitar y dañar las vías respiratorias y el sistema cardiovascular.
"La expedición es una oportunidad única para que nuestro equipo comprenda los efectos nocivos de los altos niveles de contaminación en el organismo en entornos de gran altitud y con falta de oxígeno", indicó Hua.
La investigación lleva tiempo, ya que los datos aún se están recopilando y clasificando. Zhu señaló que al final tendrán muchos "resultados interesantes", que pueden ayudar a proporcionar medidas preventivas y de protección para la salud de las personas que viven y trabajan a grandes altitudes, así como de los visitantes de corta duración.
La brigada de Zhu forma parte del equipo de investigación científica formado por más de 270 miembros en la expedición científica integral al monte Qomolangma, que se enmarca en el segundo estudio de investigación científica de China en la meseta Qinghai-Tíbet.
Con el mayor número de disciplinas cubiertas, el mayor número de participantes en la investigación científica y el equipo más avanzado utilizado, la expedición es la mayor desde que se inició el estudio de la meseta Qinghai-Tíbet en 2017.