SHENYANG, 7 may (Xinhua) -- Un celular, una computadora, varias ropas... La ecuatoriana Estefanía Ortiz aún recuerda la emoción de su primera compra en línea en China.
Diez años después, Ortiz no solo ha sentido la conveniencia del rápido desarrollo de la industria de internet de China, sino que, como presentadora de transmisión en directo, también contribuye al desarrollo del comercio electrónico transfronterizo.
"Antes de venir a China, nunca había comprado nada en línea. Solo escuché a mi marido decir que las compras en línea en China eran convenientes y rápidas", recuerda Ortiz, quien llegó por primera vez al país con su novio chino en 2011, visitando Shenyang, Beijing y otras ciudades.
El vasto territorio, la economía en rápido desarrollo y el entorno de vida moderno dejaron una profunda impresión en la ecuatoriana e hicieron que pensara a menudo en los días en que viajó a China después de regresar a su país.
Dos años después, los novios se casaron en Ecuador. Tras su matrimonio, decidieron alojarse en Shenyang, en la provincia nororiental de Liaoning, que está a solo 100 kilómetros de la ciudad natal de su marido, Tieling.
Para obtener más oportunidades, Ortiz empezó desde 2015 sus estudios de grado en el idioma chino en la Universidad Normal de Shenyang.
En su tiempo libre, Ortiz a menudo hacía compras a través de las plataformas de comercio electrónico para decorar su acogedor hogar. La olla arrocera, la cafetera, la aspiradora... Se percataba de que casi todos los electrodomésticos inteligentes en la casa estaban "hechos en China".
Cada vez que presentaba los buenos productos a sus amigos en Ecuador, le pedían ayuda para comprarlos.
Para sorpresa de Ortiz, su interés se convirtió en un oficio. Cuando se graduó, la transmisión en vivo del comercio electrónico venía experimentando un rápido desarrollo en China.
La ecuatoriana que es extrovertida y dispuesta a compartir, se ha convertido en una presentadora de transmisión de una plataforma mundial multilingüe de comercio electrónico.
Antes de la transmisión, prepara por varias horas los detalles de los productos que serán presentados, así como sus propios comentarios.
Tan pronto como llega el tiempo de transmisión en línea, la presentadora con delicado maquillaje aparece oportunamente delante de los cibernautas, recomendando en español productos hechos en China como vestidos, juguetes para niños y productos digitales.
Los consumidores son principalmente jóvenes de España y de países latinoamericanos.
"Me siento afortunada de vivir en estos tiempos", sostiene Ortiz y agrega que el desarrollo del comercio electrónico transfronterizo ha mejorado su calidad de vida y la de su familia, y se alegra de poder utilizar su ventaja lingüística para promocionar los productos chinos entre más personas hispanohablantes, para que puedan disfrutar de un buen servicio y productos de calidad a precios bajos.
Siempre hay mucha interacción con Ortiz durante la transmisión, y a ella le resulta "muy satisfactorio" ver cómo puede ayudar a los demás.
Según la ecuatoriana, los avances tecnológicos de China hacen cada vez más accesible a las personas.
"Cuando estudiaba en la universidad, cada fin de semana visitaba a mis suegros. Me costaba más o menos una hora y media de viaje, pero con la apertura del tren de alta velocidad, solo necesito menos de 20 minutos".
Los pagos sin dinero en efectivo, la economía compartida y la logística altamente conveniente impresionan a Ortiz, quien precisa que está tan acostumbrada a la comodidad de los pagos por teléfono móvil que cuando vuelve a Ecuador a visitar a su familia, se olvida de llevar dinero en efectivo.
Cuando recién llegó a China, Ortiz no podía hablar con sus familiares ecuatorianos con regularidad debido al alto coste y la lentitud de la internet, y sus padres "sufrieron bastante" por no poder contactar con ella.
"Gracias al desarrollo de la tecnología, ellos también descargaron aplicaciones chinas. Es bastante rápido y la llamada es clara", comenta Ortiz, quien bromea que "hablamos todos los días y mi suegra siempre dice que mi hermana me pasa un informe diario de todo lo que pasa por mi casa".
Este año Ortiz cumple los 30 años, edad en la que las personas se paran con firmeza, según las Analectas de Confucio. La ecuatoriana continúa trabajando en su pasión. Sus dos encantadoras hijas ya dominan los idiomas chino y español.
"Estoy súper agradecida con mis suegros, porque me tratan súper bien como su propia hija", resalta. "Puedo decir que tomé la mejor decisión y estoy feliz".
