SANTIAGO, 19 jun (Xinhua) -- El Instituto Confucio apostado hace 15 años en diferentes ciudades de América Latina y el Caribe ha logrado conectar a miles de personas con el idioma y la cultura de China, afirmó Roberto Lafontaine, director ejecutivo de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Fundación Centro para la Enseñanza de Idiomas y Cooperación (CLEC, siglas en inglés).
"Se ha logrado diversificar el idioma y la cultura china a nivel masivo y la difusión masiva de la cultura china, a un nivel que nunca antes existió en América Latina y el Caribe", dijo a Xinhua Lafontaine, a cargo de coordinar e integrar las instituciones de enseñanza del chino mandarín en la región, donde un total de 23 países latinoamericanos y caribeños cuentan con institutos de este tipo.
Lafontaine destacó al respecto que la instalación de un Instituto Confucio surge de un acuerdo mutuo entre una entidad académica china y una latinoamericana, sin intentar imponer la ideología de un país sobre otro, para "no entrar en temas conflictivos".
Para el director, el éxito de la institución y su creciente adhesión radica en "la conjunción que hubo entre enseñanza del idioma y difusión de la cultura", fórmula perfecta que permitió cautivar a una población alejada, pero cada vez más familiarizada con China, desde niños pequeños hasta personas mayores.
"No se puede enseñar el idioma aparte de la cultura, porque la cultura difunde la historia de un pueblo, difunde la idiosincrasia de un pueblo y, obviamente, el idioma de ese pueblo", dijo Lafontaine, antes director del Centro Regional de los Institutos Confucio para América Latina (CRICAL).
Desde la creación en 2004 del Instituto Confucio, y de la apertura de su centro regional en América Latina en 2014 con sede en Santiago de Chile, se han llevado a cabo varias decenas de actividades culturales, exposiciones de arte, encuentros de cine, de música y de literatura, con el propósito de forjar un vínculo y establecer una conexión entre ambas partes.
"Llegamos a tener más de 1 millón de personas durante un año asistiendo a actividades masivas. Fueron desde grupos de (música) rock chinos hasta grupos tradicionales chinos, de artes marciales chinos, y eso hacía que la gente se interesara en ir estudiar el idioma", apuntó Lafontaine.
A su juicio, todas estas iniciativas permitieron que miles de personas de todas las edades conocieran más sobre la cultura china, "cosa que antes no había sucedido". Ahora diversas universidades latinoamericanas mantienen acuerdos con universidades chinas, lo que ha abierto un sinnúmero de posibilidades para los habitantes de ambos hemisferios, como intercambios, becas y ofertas laborales.
El aprendizaje del idioma chino mandarín, continuó el experto, se ha vuelto trascendental entre estudiantes y profesionales que buscan un sello diferenciador, por lo que el desafío en adelante es promover para ellos un curso electivo de chino en las carreras universitarias.
"La Universidad Santo Tomás en Chile fue la primera que en su carrera de Ingeniería está ofreciendo chino mandarín como optativo a sus alumnos. Queremos replicar eso en otras carreras y universidades de América Latina", aseguró la autoridad y agregó que en esa línea realizarán seminarios virtuales sobre agricultura, tecnología y energías renovables, con el objetivo de potenciar el conocimiento y desarrollo académico, mientras se estudia y se practica chino mandarín.
Asimismo, Lafontaine afirmó que CLEC no solo abarca la difusión del idioma y la cultura, sino que capacita a docentes y voluntarios de ambas regiones, con la idea de lograr una "simbiosis" entre culturas y estimular la oferta de cursos virtuales, que tuvo su auge en la pandemia.