BRASILIA, 1 ene (Xinhua) -- El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió este domingo por un mandato de cuatro años, tendrá como principales desafíos la relación con un Congreso sin mayoría oficialista, la reconstrucción de las políticas públicas y superar la polarización política que dividió a la sociedad brasileña en los últimos años.
Analistas consultados por Xinhua coincidieron que el gobierno deberá apelar a mucha habilidad política y promover el diálogo para superar el desafío de la división entre los brasileños y el riesgo de inestabilidad.
Vanessa Elias de Oliveira, profesora de la Universidad Federal del ABC (Ufabc) y presidenta de la Asociación Brasileña de Ciencia Política (ABCP), dijo que la gestión no será fácil, porque tendrá "pocos recursos y muchas demandas", pero que "será un gobierno importante en el sentido de la reconstrucción".
"Un gobierno de retomada de la capacidad del Estado de atender demandas sociales y sostener políticas públicas. Un gobierno de reconstrucción con muchos desafíos. Creo que puede conseguir muchas cosas, pero ese proceso de reconstrucción no es simple", dijo a Xinhua.
Consideró que el mayor reto será la relación con un Congreso en el que habrá una fuerte oposición de la derecha, para lo cual será muy importante la capacidad negociadora del presidente y sus ministros.
"Desde el punto de vista político el principal desafío será lidiar con un Congreso que tiene una parte muy grande de bancadas más a la derecha, una posible oposición fuerte y un centro político enorme", consideró.
En el mismo sentido, Claudio Couto, profesor de la Fundación Getulio Vargas (FGV), dijo que la formación de un gabinete ministerial con la presencia de nueve partidos es un paso en la dirección de una base parlamentaria de apoyo.
"Pienso que el desafío comenzó a ser adecuado con la formación del gabinete, que le permite, si no tener una amplia mayoría, tener un apoyo razonable a sus propuestas en el Congreso. El gran desafío va a ser tener esa base en el Congreso operando de manera efectiva", señaló.
Ambos analistas coincidieron en que el segundo desafío será reconstruir las políticas públicas luego de lo que calificaron como un "desmonte" promovido por el gobierno de Jair Bolsonaro.
"El nuevo gobierno ya ha dicho que quiere retomar algunas de las antiguas políticas, como el programa Minha Casa Minha Vida. Para ello, el Gobierno tendrá que hacer frente al desmantelamiento de la maquinaria pública, lo que incluye el desmantelamiento del personal técnico de los ministerios", explicó Elias de Oliveira.
Agregó que "reconstruir el Estado en términos de capacidad de gestión es algo que lleva tiempo, convocar a nuevas personas, implicar a la gente. Esto significa que el Gobierno tardará más en ejecutar y también está el reto de conseguir fondos para elaborar nuevas políticas públicas".
Para Couto, será necesario reestructurar las áreas de medio ambiente, educación, cultura, salud, entre otras, donde fueron colocadas muchas personas sin competencia técnica.
"Será necesario traer de vuelta empleados que fueron separados, reorganizar programas. Claro que va a tomar tiempo para que el gobierno pueda mostrar resultados palpables", consideró.
Couto resaltó que hay varios indicadores que muestran una situación de emergencia social, "con mucha gente pasando hambre".
"Una parte del problema tiene que ver con el desempleo, que sólo se va a resolver con una reactivación económica, pero una parte tendrá que ser atendida con medidas inmediatas", afirmó.
Ambos analistas coincidieron también en que otra clave será reducir la fuerte polarización en el seno de la sociedad brasileña.
"El debate fue muy polarizado, ese fue un trabajo que hizo el gobierno de Bolsonaro y su radicalización. Para entender lo que la sociedad quiere hoy, creo que en primer lugar hay que escuchar a los movimientos sociales, no sólo a la izquierda sino también a la derecha, y reducir esta polarización", consideró Elias de Oliveira.
Según Couto, será necesaria "una cierta pacificación de la sociedad brasileña", que va a llevar tiempo.
"No es un tema simple. Es algo que no se va a resolver de un día para el otro. Creo que se va a mantener una polarización muy radicalizada en los próximos años. Con riesgo de violencia política, y cuestionamientos de la propia legitimidad del gobierno", evaluó.
Por otra parte, una oportunidad se presenta al nuevo gobierno en el frente externo, luego de un período en que Brasil perdió presencia en la escena global.
"Lula es un presidente que tiene una imagen muy positiva en el exterior, como se vio en la reacción muy rápida y positiva en el plano internacional (luego de la victoria electoral). Lula tiene una gran facilidad de circular internacionalmente, eso abre espacios. Hay una expectativa positiva con lo que puede ocurrir con la política ambiental de Brasil", afirmó.
A su vez, Elias de Oliveira consideró que la política externa es un área con potencial de avances importantes.
"Sin duda es una cosa que Lula sabe hacer muy bien, políticamente tiene mucha habilidad en ese tránsito internacional y el diálogo con otros países. Eso es muy importante, porque es una señal de estar abierto al diálogo para nuevos negocios y nuevas alianzas", acotó.
