BEIJING, 6 ene (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prestó juramento al cargo el primero de enero de 2023, lo que marca el comienzo de un nuevo direccionamiento para el país más grande de América Latina y completa el giro de varias naciones latinoamericanas hacia los Gobiernos de izquierda.
Además de Brasil, otro proceso electoral vivido en 2022 que dejó a un líder de izquierda en la presidencia ocurrió en Colombia donde el triunfo de Gustavo Petro marcó un cambio histórico en el panorama político del país.
Los nombres de Petro y Lula se suman a los de Alberto Fernández en Argentina y Gabriel Boric en Chile, ambos identificados con la izquierda.
Los países latinoamericanos enfrentan desafíos que van desde consolidar sus panoramas políticos, promover el crecimiento económico, mejorar la calidad de vida de las personas, concretar la unidad y la cooperación dentro de la región, hasta fijar la independencia respecto a intereses extranjeros.
Lo anterior se suma a que algunos países latinoamericanos han mostrado signos de crisis de gobernabilidad el año pasado y su reto para 2023 es estabilizar sus posiciones y resolver difíciles problemas de gobernabilidad.
Esto se suma al ya difícil panorama internacional enrarecido con el aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense, lo que exacerbó la carga de la deuda de los países latinoamericanos y aumentó la inflación, el impacto de la escalada de la crisis en Ucrania, que trajo rupturas en las cadenas de suministro y el alza de los costos financieros.
En 2023, el foco principal de la situación política en América Latina estará sobre si las fuerzas de izquierda pueden lograr la unidad entre partidos y consolidar su estatus gobernante para encarar los retos citados.
Xu Shicheng, miembro honorario de la Academia de Ciencias Sociales de China, señaló que el estatus gobernante de varios líderes de izquierda latinoamericanos recién elegidos no es estable.
Por su parte, Zhou Mi, subdirector del Instituto de Estudios Americanos y Oceánicos de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica, señaló que los países latinoamericanos deben determinar su propia dirección política para atraer inversiones, guiar la transformación y la modernización industrial y fortalecer la coordinación e integración económicas regionales.
En los últimos años, el proceso de integración latinoamericana ha sufrido retrocesos debido a factores como el desarrollo desequilibrado de la región y la dificultad para zanjar las discrepancias.
Sin embargo, con la llegada de los liderazgos de izquierda, muchos países pusieron más énfasis en la unidad regional y la independencia diplomática, y se espera que la integración latinoamericana recupere su impulso.
Tras la toma de posesión el pasado mes de agosto, Petro retomó las relaciones diplomáticas con la vecina Venezuela, rotas durante tres años, lo que fue visto como un revés para el "intervencionismo" estadounidense en América Latina.
Por su parte, Lula ha confirmado el retorno de Brasil, en 2023, a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Varios analistas como Sun Yanfeng, subdirector del Instituto de Estudios Latinoamericanos, dependiente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, considera estos pasos como una iniciativa de los líderes de izquierda por mantener la independencia en las relaciones internacionales y rechazar las ingerencias de Estados Unidos en la región.
