BUENOS AIRES, 17 ene (Xinhua) -- Factores políticos azuzados por fuerzas de derecha que se referencian en Estados Unidos, además de cuestiones económicas derivadas de la desigualdad social y el subdesarrollo, desafían la gobernabilidad en países que tienen administraciones de tinte "progresista" en América Latina, afirmaron expertos argentinos.
"Desde fines del siglo pasado y lo que va del nuevo siglo, los enfrentamientos entre la derecha y los sectores progresistas de gobiernos populares han generado una situación geopolítica complicada en la región", afirmó el académico Enrique Shaw en entrevista reciente con Xinhua.
El director del doctorado en Estudios Internacionales del Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, sostuvo que América Latina "no es ajena a la lucha del capital hegemónico, a los intereses del complejo militar-industrial y financiero global que representa Washington".
Shaw consideró que hechos como los del pasado 8 de enero en Brasil, con violencia protagonizada por simpatizantes del ex presidente Jair Bolsonaro (2019-2022), describen "un enfrentamiento por modelos de país opuestos".
"Lo nacional y popular por un lado, y la derecha más recalcitrante alineada a Estados Unidos por el otro", expuso el entrevistado al explicar este enfrentamiento de modelos opuestos.
"Washington hace años recurrió a los golpes de Estado tradicionales en la región, por medio de las Fuerzas Armadas", recordó el académico, pero ahora "emplea a un conjunto de actores, como las elites, la Justicia y los partidos políticos de derecha, que responden a sus intereses", contrapuso el experto.
El magíster y doctor en relaciones internacionales dijo que distintos gobiernos populares de la región que implementaron planes tendientes al desarrollo económico y social fueron dejados de lado cuando gobiernos de derecha accedieron al poder.
"Ha ocurrido en Argentina, en Brasil, en Bolivia y en México, por citar algunos ejemplos", consideró el académico de la Universidad Nacional de Córdoba.
Por su parte, para el integrante del Centro de Estudios Chinos de la Universidad Nacional de La Plata, Ignacio Michel, la región vive desde hace un tiempo una "segunda ola progresista, con las presidencias de Andrés Manuel López Obrador en México, de Alberto Fernández en Argentina, de Luis Arce en Bolivia".
"A ello se suman los triunfos electorales durante 2022 de gobiernos progresistas en Chile, Colombia y Brasil", agregó el experto con licenciatura en relaciones internacionales.
"El regreso de los mencionados gobiernos se constituye en su totalidad por la vía electoral, lo que afirma su legitimidad popular", subrayó.
Michel recordó que "el retorno de estos gobiernos progresistas se da bajo condiciones políticas y económicas desfavorables, con poblaciones expectantes y con grandes demandas sociales".
"Ese contexto da lugar a una masa crítica, que en su mayoría encuentra representatividad en grupos y partidos de la extrema derecha", advirtió.
El experto afirmó que los sucesos en Brasil y Perú, este último país donde Dina Boluarte asumió la Presidencia tras la destitución de Pedro Castillo (2021-2022), en medio de una crisis política y social con fuertes protestas, son "claros indicios de la fragilidad institucional y democrática que atraviesa la región".
"La situación económica post-pandemia de COVID-19 deja un panorama acuciante para la izquierda en América Latina, con un crecimiento de la extrema derecha y recesión económica", indicó el analista.
Para el entrevistado es "fundamental que esta nueva ola progresista retome su herramienta por excelencia, que es la movilización popular, ya que en ella radica el poder para cumplir con las expectativas de las sociedades que representan".
En tanto, el miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, Rosendo Fraga, explicó a Xinhua que el gran desafío político de América Latina al comenzar 2023 es "la gobernabilidad".
"Desde el punto de vista político, el crimen organizado, las protestas sociales, la migración, el extremismo en las redes sociales, la desigualdad, la polarización y el fraccionamiento de la política al mismo tiempo, son problemas que ponen en riesgo la gobernabilidad", detalló.
El director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría planteó que la región enfrenta un "deterioro económico y social".
"La economía crece menos, y esto se acentúa por la pandemia y los efectos del conflicto en Ucrania. La pobreza dejó de bajar y el desempleo crece", completó.
"De ello deriva una situación de mayor desigualdad, que la gente quiere sea resuelta por los gobiernos, cualquiera que sea su ideología política. Los tiempos se han acortado. En la primera década del siglo XXI eran normales las reelecciones en América Latina, pero al comenzar la tercera década, se hacen difíciles e improbables", comparó Fraga.
De acuerdo con el académico, "ahora los votantes dan mucho menos tiempo que antes a sus gobernantes. A los pocos meses comienza el desgaste. Perú, Chile y probablemente Colombia son ejemplos de ello, lo que constituye una advertencia para Lula en Brasil".
El analista político e historiador dijo que "claramente el trasfondo de estos conflictos en la región es económico, y de este ámbito deriva a lo político, generando el desafío de tener gobernabilidad".
"Aunque no existe una regla matemática, con una economía creciendo son menos probables las crisis de gobernabilidad, aunque hay excepciones como el caso de Perú, que a pesar de su estabilidad y crecimiento tiene una fuerte inestabilidad política desde hace años", precisó.
De cara al futuro, Fraga apuntó que "el desafío" de la izquierda en América Latina es resolver el dilema entre ideología y gobernabilidad.
"Es el caso de Lula, quien quizás tenga un rol centrado más en ser un factor de moderación, que en ser un líder que arrastre a la región, como en alguna medida pareciera estar haciendo López Obrador en México".
