(Multimedia) Texto íntegro del informe Raíces, hechos y perjuicios de la hegemonía militar de Estados Unidos (3-Fin) | Spanish.xinhuanet.com

(Multimedia) Texto íntegro del informe Raíces, hechos y perjuicios de la hegemonía militar de Estados Unidos (3-Fin)

spanish.news.cn| 2023-09-07 19:32:15|
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El Instituto Xinhua, grupo de expertos de la Agencia de Noticias Xinhua, publicó un informe titulado "Raíces, hechos y perjuicios de la hegemonía militar de Estados Unidos", y celebró un seminario sobre el tema en Beijing, el 5 de septiembre de 2023. (Xinhua/Cai Yang)

Capítulo 3: Los daños globales de la hegemonía militar estadounidense

"Y en cuanto a una bandera para la Provincia de Filipinas, es fácil de gestionar. Podemos tener una especial, nuestros estados lo hacen: podemos tener simplemente nuestra bandera habitual, con las franjas blancas pintadas de negro y las estrellas reemplazadas por la calavera y las tibias cruzadas". En 1901, el escritor estadounidense Mark Twain escribió estas palabras para condenar la acción imperialista de Estados Unidos al desatar la guerra y llevar a cabo una carnicería en Filipinas.

La hegemonía militar estadounidense tiene una inercia histórica. Los Estados Unidos de América nacieron en medio de la guerra y la matanza, se expandieron a través de la intervención y la conspiración, formaron su hegemonía militar en la lucha por el poder y la obtención de beneficios, y mantuvieron sus intereses estratégicos a través de la dominación y el abuso. Como dijo el académico estadounidense y profesor de Bard College, Walter Russell Mead, "Estados Unidos es la fuerza militar más peligrosa en la historia del mundo".

Innumerables hechos le dicen al mundo que el militarismo y las acciones hegemónicas de Estados Unidos van en contra de la tendencia general hacia la paz y el desarrollo, creando desastres humanitarios en todo el mundo, violando la soberanía de otros países, pisoteando las reglas internacionales y destruyendo el orden internacional. Esto ha traído una gran calamidad e innumerables daños a muchos países, incluyendo a los propios Estados Unidos, y es la principal causa de la inestabilidad y la agitación en el mundo, así como el mayor desafío para el progreso de la civilización humana.

3.1 Desastres humanitarios

Masacre de civiles

El exoperador de drones del ejército estadounidense Brandon Bryant ha contado repetidamente a los medios su experiencia personal: una vez, mientras realizaba una misión de ataque en Afganistán, vio a través de la cámara de un dron a un niño afgano corriendo hacia el área objetivo justo antes de disparar un misil. Más tarde informó del incidente a sus superiores y la respuesta que recibió fue: "no te preocupes por él, solo es un perro".

Según el Bureau of Investigative Journalism, con sede en Londres, entre febrero de 2004 y febrero de 2020, los ataques con drones de Estados Unidos en Afganistán, Pakistán, Somalia y Yemen han resultado en la muerte de entre 910 y 2.200 civiles, incluyendo entre 283 y 454 niños. Algunas investigaciones han encontrado que hasta el 90% de las víctimas de ataques con drones estadounidenses son civiles inocentes, pero estas bajas son pasadas por alto en los documentos oficiales y registradas simplemente como "daño colateral", y rara vez se responsabiliza a los causantes de estos incidentes.

El derecho a la vida es el más fundamental de los derechos humanos, y las máquinas de guerra estadounidenses traen desastres humanitarios interminables. La guerra de conquista contra los indios americanos aniquiló directamente a millones de ellos; la guerra colonial en Filipinas resultó en la muerte de entre 200.000 y un millón de filipinos; la guerra de Corea causó más de tres millones de muertes de civiles; la guerra de Vietnam, dos millones de civiles muertos; la guerra de Afganistán, más de 100.000 civiles heridos o muertos; la guerra de Irak, entre 200.000 y 250.000 civiles muertos. Según cifras publicadas en septiembre de 2021 por el proyecto "Costos de la Guerra" de la Universidad Brown, solo desde 2001 las guerras globales contra el terrorismo lanzadas por Estados Unidos han llevado directamente a la muerte de alrededor de 929.000 personas, incluyendo 387.000 civiles y 38 millones de personas han sido desplazadas o se han convertido en refugiados.

Violaciones a la dignidad humana

En los últimos años, los escándalos de abuso sistemático de prisioneros por parte del ejército estadounidense, que han salido a la luz en numerosas ocasiones, son evidencia del desprecio de Estados Unidos por los derechos humanos y la dignidad humana.

Ya en 2009, el relator especial de la ONU sobre la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo afirmó en su informe presentado a la 10ª sesión del Consejo de Derechos Humanos que Estados Unidos había establecido un conjunto completo de prácticas de entrega extraordinaria, detención prolongada y secreta, así como prácticas que violan la Convención de la ONU contra la Tortura. En su informe presentado a la 64ª Asamblea General de la ONU, el relator especial señaló que Estados Unidos y sus contratistas privados habían utilizado técnicas de interrogatorio como obligar a prisioneros musulmanes varones en Irak y otros lugares a desnudarse, amontonarlos desnudos uno encima de otro y amenazarlos con violación y sodomía.

El proyecto "Costos de la Guerra" indica que después del 11 de septiembre, Estados Unidos estableció prisiones secretas en el extranjero bajo el pretexto de "la lucha contra el terrorismo", involucrando al menos a 54 países y regiones, y deteniendo a cientos de miles de personas, incluidos musulmanes, mujeres y menores de edad.

Bedu al-Hamad, un iraquí que fue detenido por el ejército estadounidense bajo la acusación de "terrorismo", estuvo preso en la prisión de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad. Describió la vida en la prisión como un infierno, con alimentos apenas suficientes para sobrevivir, donde los detenidos eran sometidos a confinamiento solitario durante meses, soportando el calor extremo y el frío. Los soldados estadounidenses obligaban a los iraquíes a torturarse entre ellos, encerrando a un policía iraquí capturado en una celda con extremistas que le rompieron las manos y los pies. Debido a la detención prolongada y los problemas mentales resultantes, al-Hamad incluso dejó de reconocer a su propia familia.

En la prisión de Guantánamo, además del abuso y la tortura generalizados, el personal estadounidense torturó a los prisioneros a través de la profanación del Corán y la violación de las creencias islámicas, incluyendo arrojar el Corán al inodoro, romperlo y quemarlo bajo el pretexto de buscar armas y permitir que guardias mujeres vigilaran a prisioneros varones desnudos en los baños, lo que ha llevado a protestas colectivas e incluso ha provocado suicidios masivos entre los detenidos.

Daño ecológico

La acción militar de Estados Unidos en todo el mundo ha traído graves crisis ecológicas.

Por ejemplo, el ejército estadounidense dejó alrededor de 350.000 toneladas de bombas y minas terrestres en Vietnam, que se estima tardarán 300 años en ser completamente eliminadas. El uso masivo de municiones de uranio empobrecido en el bombardeo de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia, liderado por Estados Unidos, ha provocado un aumento de los cánceres y la leucemia entre la población local, causando graves daños al medio ambiente local e incluso europeo. Entre 2002 y 2016, las tres bases militares estadounidenses en Okinawa, Japón, tuvieron al menos 270 incidentes de contaminación ambiental, la mayoría de los cuales no se informaron al Gobierno japonés. En mayo de 2022, se reveló que la base militar estadounidense en Yongsan, República de Corea, que estaba siendo devuelta al país, tenía grave contaminación del suelo y del agua subterránea. El Ministerio de Medio Ambiente de la República de Corea descubrió que el suelo del área de dormitorios en el sector sur de la base contenía niveles de hidrocarburos totales de petróleo que superaban en 29 veces el límite permitido, mientras que el agua subterránea contenía benceno y fenol que excedían los límites en 3,4 y 2,8 veces, respectivamente.

Además, el ejército estadounidense es la organización de consumo de combustible más grande del mundo, y su consumo fuera de la guerra, así como la consiguiente huella de carbono, supera la de la mayoría de los países del mundo. Aunque Estados Unidos apoya verbalmente el ecologismo y la neutralidad en carbono, el ejército de EE. UU. prioriza la seguridad y la potencia de fuego en sus operaciones. Cada sistema de armas importante, ya sea un avión de combate o un portaaviones, está equipado con tecnologías intensivas en carbono. Ningún otro ejército en el mundo puede igualar el efecto de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Según un estudio publicado en 2019 por la Universidad de Lancaster y la Universidad de Durham en el Reino Unido, "el ejército estadounidense es uno de los mayores contaminadores de la historia", consumiendo más combustibles líquidos y emitiendo más gases de efecto invernadero que la mayoría de los países del mundo. "Si el ejército estadounidense fuera un país, solo en términos de su consumo de combustible, sería el 47º mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo". Según datos del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown, desde la guerra global contra el terrorismo en 2001, el ejército estadounidense ha generado 12 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

3.2 Violación de la soberanía

En 1648, cuando la Paz de Westfalia puso fin a la Guerra de los Treinta Años y sentó las bases del moderno sistema de Estado-nación, se estableció el principio de soberanía.

Los casos en los que Estados Unidos ha violado el principio de soberanía utilizando su dominio militar son numerosos e incluyen, entre otros, la intervención militar directa en otros países, el cambio de régimen, el ejercicio de jurisdicción extraterritorial y la violación del espacio aéreo y marítimo de otros países.

Intervención militar en el extranjero

Desde su declaración de independencia en 1776, Estados Unidos ha intervenido militarmente (incluyendo invasiones directas y el uso de la fuerza) en todo el mundo. El expresidente estadounidense Jimmy Carter dijo una vez que Estados Unidos es el país más beligerante de la historia del mundo, y que en los más de 240 años desde su fundación, solo ha estado en paz durante 16 años.

Según un informe de investigación de la Universidad de Tufts titulado "Proyecto de intervención militar: Nuevo conjunto de datos de intervención militar estadounidense, 1776-2019", Estados Unidos ha llevado a cabo 392 intervenciones militares en todo el mundo desde su fundación hasta 2019 (incluyendo amenazas y demostraciones de fuerza, así como operaciones de fuerzas especiales), de las cuales alrededor de la mitad han ocurrido desde 1950 y una cuarta parte después del final de la Guerra Fría. En términos regionales, el 34% de las intervenciones militares estadounidenses han sido en América Latina y el Caribe, el 23% en Asia Oriental y el Pacífico, el 14% en el Medio Oriente y África del Norte, y el 13% en Europa y Asia Central.

Cambio de régimen en otros países

Poco después de su fundación, Estados Unidos comenzó una larga historia para subvertir gobiernos extranjeros. Durante la Guerra de Trípoli de 1801 a 1805, con la autorización del entonces presidente estadounidense Thomas Jefferson, el cónsul de Estados Unidos en Túnez participó en la planificación del derrocamiento del Gobierno de Trípoli, y fue la primera vez en la que Washington participó en un cambio de régimen en el extranjero.

La profesora asociada de la Universidad de Boston, Lindsay O'Rourke, escribe en su libro "Cambios de régimen encubiertos: La Guerra Fría secreta de Estados Unidos" que entre 1947 y 1989, Estados Unidos llevó a cabo 70 operaciones de cambio de régimen, 64 de las cuales fueron operaciones secretas y seis fueron operaciones públicas, sin importar si eran amigos o enemigos, o el tipo de régimen político. Después del final de la Guerra Fría, Estados Unidos llevó a cabo operaciones de cambio de régimen en Haití, Afganistán, Irak, Libia, Siria, Venezuela, entre otros países. El exasesor de Seguridad Nacional estadounidense John Bolton admitió sin rodeos en 2022 que había ayudado a planificar golpes de Estado en otros países, en referencia al intento de golpe en Venezuela en 2019.

"Disfrutar" de jurisdicción extraterritorial

Las tropas estadounidenses desplegadas en todo el mundo a menudo cometen delitos en los países en los que están estacionadas, pero Estados Unidos se esfuerza por evitar que el personal militar estadounidense esté bajo la jurisdicción de los tribunales locales, lo que constituye una violación de la soberanía judicial de los países anfitriones.

Un estudio reciente mostró que el grado de delincuencia de las fuerzas militares estadounidenses en el extranjero supera con creces lo que se había pensado anteriormente. Entre 1954 y 1970, los departamentos de justicia extranjeros abrieron más de 360.000 casos penales contra personal militar estadounidense y sus familias, pero solo alrededor de un tercio de los casos fue juzgado por los tribunales locales. Además, cuanto mayor es la dependencia de un país anfitrión de la protección de seguridad de Estados Unidos, menor es la probabilidad de que los casos que involucren a personal militar estadounidense sean juzgados. Un informe de los medios de comunicación de la República de Corea en 2017 decía que la tasa de no enjuiciamiento de delitos cometidos por las fuerzas estadounidenses en el país superaba el 70%, y la tasa de no enjuiciamiento de delitos violentos cometidos por el ejército estadounidense alcanzaba el 81%.

Violación del espacio aéreo y marítimo

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos utilizó su superioridad militar para violar el espacio aéreo de otros países y llevar a cabo actividades militares de vigilancia a gran altitud. Solo entre junio de 1956 y finales de 1959, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos utilizó aviones de reconocimiento U-2 para realizar más de 250 misiones de vuelo a través del espacio aéreo y la vigilancia periférica en Europa, la Unión Soviética, Oriente Medio y Asia Oriental, con el objetivo de obtener información en imágenes y señales. Después de que la Unión Soviética derribara un avión espía U-2 estadounidense en mayo de 1960, la CIA trasladó sus actividades de reconocimiento de gran altitud a América Latina y Asia Oriental, incluida China, y continuó sus actividades de reconocimiento en Asia Oriental hasta 1974. Desde los ataques del 11 de septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo ataques aéreos a gran escala con aviones no tripulados en países como Pakistán, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, lo cual es un ejemplo de la violación de la soberanía del espacio aéreo de otros países, y los ataques aéreos han causado la muerte de un gran número de civiles.

Para mantener su capacidad de despliegue militar global, Estados Unidos ha estado llevando a cabo desde 1979 lo que llama "operaciones de libertad de navegación" para desafiar las "excesivas reivindicaciones de derechos marítimos" de otros países. De acuerdo con el informe anual de "Operaciones de Libertad de Navegación" publicado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, entre 1990 y 2021, Washington utilizó medios militares para desafiar la soberanía y jurisdicción de 70 países y regiones costeras en aguas territoriales, zonas económicas exclusivas, archipiélagos y estrechos. Entre los países desafiados se encuentran Japón, la República de Corea, Italia, Arabia Saudita y otros socios y aliados tradicionales.

3.3 Disrupción del orden

El profesor Stanley Hoffmann de la Universidad de Harvard, especializado en relaciones internacionales, señala que el orden mundial es un modelo idealizado de relaciones armoniosas entre los Estados, y es una condición importante para la convivencia pacífica y la regulación del comportamiento entre los países. Es un medio efectivo y un estado ordenado para resolver disputas y conflictos de manera razonable y llevar a cabo cooperación internacional para el desarrollo común.

La hegemonía militar estadounidense se niega a "seguir las reglas" y "respetar las normas" y siempre actúa deliberadamente en contra de ellas.

Estados Unidos ha ignorado durante mucho tiempo el principio básico del derecho internacional que prohíbe el uso ilegal de la fuerza o la amenaza de usarla, y ha lanzado guerras contra países soberanos en numerosas ocasiones; Estados Unidos ha creado una Fuerza Espacial, establecido un Comando Espacial, acelerado las pruebas de armas espaciales y ejercicios militares, alejándose gravemente de la idea de uso pacífico del espacio. Además, los escándalos de abuso sistemático a prisioneros en la cárcel de la Bahía de Guantánamo demostraron que el ejército estadounidense ha pisoteado la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

En septiembre de 2022, en una reunión oficial de consulta de los Estados parte de la Convención sobre la Prohibición de Armas Biológicas celebrada en Ginebra, Suiza, la delegación rusa reveló una serie de documentos acusando a Estados Unidos de violar la Convención. Uno de los documentos, titulado "Sistema de liberación de mosquitos infectados desde el aire", describe una tecnología que utiliza drones para transportar y liberar grandes cantidades de mosquitos infectados con patógenos en áreas específicas, con el objetivo de infectar a la población con enfermedades infecciosas virulentas y así lograr la "propagación a bajo costo de enfermedades mortales" y paralizar al adversario. El documento añade que esta tecnología podría utilizarse inmediatamente con fines militares y convertirse en una herramienta más efectiva que las armas más avanzadas existentes una vez que se eliminen o modifiquen las restricciones legales.

La Convención sobre la Prohibición de Armas Biológicas, acordada en 1972 y en vigor desde 1975, cuenta con 185 Estados parte y es la piedra angular de la gobernanza de la bioseguridad a nivel mundial. Sin embargo, Estados Unidos, como uno de los Estados parte, ha llevado a cabo experimentos biológicos peligrosos en países como la República de Corea y ha tenido una "historia negra" de experimentos en humanos dentro de su territorio. Durante años, sus investigaciones biológicas han sido poco transparentes y ha sido el único país en oponerse a la creación de un mecanismo de verificación multilateral, lo que ha provocado que las negociaciones sobre un protocolo de verificación de la Convención se hayan estancado hasta la fecha.

Ha sido una práctica constante de Estados Unidos ser selectivo en su enfoque de las leyes, normas y organizaciones internacionales, cumpliendo cuando sirve a sus intereses y retirándose cuando no.

Según las estadísticas, desde la década de 1980, Estados Unidos ha abandonado 17 organizaciones o acuerdos internacionales, incluyendo el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la OMS, la UNESCO, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, el acuerdo nuclear con Irán, el Tratado sobre el Comercio de Armas, el Tratado INF y el Tratado de Cielos Abiertos. En algunos casos, Estados Unidos se retiró y luego volvió a incorporarse a estas organizaciones o acuerdos, solo para retirarse nuevamente.

Aunque la actual administración norteamericana ha anunciado con fanfarria que "Estados Unidos ha vuelto" y ha reingresado a algunas organizaciones o acuerdos internacionales, en esencia no ha abandonado su política de "Estados Unidos primero". Para acuerdos como el Tratado de Cielos Abiertos, que no está en consonancia con los intereses estadounidenses, sigue aplicando la táctica de abandonar y romper el pacto. Como dijo el historiador estadounidense Alfred McCoy, Washington continuará rechazando las leyes internacionales o convenios que restrinjan su poder, y esto es una "regla no escrita en nuestro planeta".

3.4 Sufrir las consecuencias de sus propias acciones

El lanzamiento de guerras y la agresión externa por parte de Estados Unidos, entre otras acciones de hegemonía militar, ha traído desastres a varios países del mundo, pero también ha causado graves daños a sí mismo. El historiador francés Thomas Rabino, en su libro "Cultura de guerra en América", señala que casi cada generación de estadounidenses ha sufrido las consecuencias políticas, económicas y sociales del caos provocado por la guerra.

Bajas de ciudadanos estadounidenses

Las guerras lanzadas e intervenidas por Estados Unidos han causado la muerte de un gran número de soldados estadounidenses. Según datos del Departamento de Defensa norteamericano, aproximadamente 36.000 soldados estadounidenses murieron en la guerra de Corea, con más de 100.000 heridos. En la larga guerra de Vietnam, 58.000 soldados estadounidenses murieron, con más de 150.000 heridos. El proyecto "Costos de la Guerra" muestra que más de 7.000 soldados y aproximadamente 8.000 contratistas de defensa estadounidenses han muerto en las guerras lanzadas por Washington después de los ataques del 11 de septiembre.

Además, en comparación con la población en general, los veteranos que sirvieron en Irak y Afganistán tienen una mayor proporción de suicidios, traumas mentales, adicción a medicamentos y alcoholismo, así como tasas más altas de divorcio y abuso infantil en sus familias. Más de 30.000 soldados estadounidenses se han suicidado en las guerras después del 11 de septiembre, una cifra que es cuatro veces mayor que el número de bajas en combate.

Costo económico

El alto costo militar que Estados Unidos ha invertido para mantener su máquina de guerra y llevar a cabo operaciones militares ha puesto una pesada carga a los ciudadanos.

Según datos ajustados a la inflación en dólares de 2011, el gasto militar estadounidense en la guerra de Vietnam (1965-1975) ascendió a 737 mil millones de dólares, lo que tuvo un grave impacto en la economía, y resultó en una alta inflación y enormes déficits, que en última instancia llevaron al colapso del sistema de Bretton Woods.

Las guerras posteriores al 2001 han costado más de 5,8 billones de dólares. Según informes de medios estadounidenses en 2019, Estados Unidos ha gastado alrededor de 350 mil millones de dólares en atención médica para veteranos discapacitados de las guerras en Afganistán e Irak, y se espera que se gasten otros 2,2 billones de dólares en el futuro.

La guerra ha traído costos de oportunidad a la economía y la sociedad estadounidenses. El dinero gastado en las guerras posteriores al 11 de septiembre podría haber proporcionado atención médica a 13 millones de niños estadounidenses que viven por debajo del umbral de pobreza hasta la edad adulta, así como educación primaria para ellos durante dos años, becas universitarias públicas para 28 millones de estudiantes, atención médica por 20 años para un millón de veteranos y salarios por diez años para cuatro millones de trabajadores en la industria de energías limpias.

Desde la bancarrota de la reputación hasta las consecuencias de sus actos

Desde el "Incidente del Golfo de Tonkín" hasta la invención de armas de destrucción masiva, desde los "Documentos del Pentágono" hasta los "Documentos de Afganistán", el ejército estadounidense ha tenido la costumbre de fabricar engaños y mentiras para iniciar y prolongar las guerras. Además, ha intentado ocultar sus múltiples atrocidades en guerras externas, como el incidente de No Gun Ri en la guerra de Corea, la masacre de My Lai durante la guerra de Vietnam, los abusos en la prisión durante la guerra de Irak y los ataques indiscriminados de drones en la guerra contra el terrorismo.

Una tras otra, estas mentiras y engaños han dañado la imagen y la reputación de Estados Unidos. El actual embajador estadounidense en China y exprofesor de Harvard, Nicholas Burns, señaló en 2010 que la decisión de ir a la guerra en Irak fue un error estratégico para Estados Unidos y el mayor golpe a su poder e influencia desde Vietnam. Las prisiones de Abu Ghraib y Guantánamo dañaron permanentemente la reputación de Estados Unidos entre los más de mil millones de musulmanes del mundo. Una encuesta del Pew Research Center en 2019 mostró que la reputación internacional de Estados Unidos cayó significativamente entre 2013 y 2018, con un aumento del 25% al 45% en las personas que ven el poder e influencia de EE. UU. como una amenaza.

La hegemonía militar de Estados Unidos y sus acciones bélicas en el extranjero han fomentado y fortalecido las fuerzas extremistas, que finalmente han tenido repercusiones en su propia seguridad.

El ataque del 11 de septiembre de 2001 es un ejemplo típico de cómo la dominación militar de Estados Unidos puede volverse en su contra. Casi 3.000 personas murieron en el peor ataque terrorista en suelo estadounidense, y la herida aún no ha cicatrizado en la mente de los norteamericanos. En los años posteriores, Estados Unidos, bajo la bandera de "la lucha contra el terrorismo", ha emprendido una serie de intervenciones hegemónicas, iniciando guerras y derrocando gobiernos en todo el mundo. Estas acciones han llevado al auge de organizaciones extremistas como el Estado Islámico y han causado inestabilidad continua en la región. Al mismo tiempo, ha continuado trayendo múltiples consecuencias negativas a sí mismo: el ataque a la embajada de Estados Unidos en Bengasi en 2012, la explosión en el maratón de Boston en 2013 y el ataque con un vehículo en Nueva York en 2017 son ejemplos de ello.

Erosión de la política y de la sociedad

Las guerras extranjeras a largo plazo también han exacerbado la agitación interna en los Estados Unidos. Durante la guerra de Vietnam, las bajas y atrocidades de las fuerzas armadas estadounidenses, así como la conscripción y los impuestos en el país, provocaron fuertes sentimientos antibélicos y desconfianza hacia el gobierno en los Estados Unidos. En mayo de 1970, la Guardia Nacional de Ohio disparó a estudiantes que protestaban contra la guerra en la Universidad Estatal de Kent, matando a cuatro estudiantes e hiriendo a nueve, lo que marcó una división abrupta en la política y la sociedad estadounidense en ese momento. El entonces jefe de gabinete de la Casa Blanca, H.R. Haldeman, dijo más tarde que este incidente fue un punto de inflexión para Nixon y el comienzo de la crisis del Watergate.

Casi medio siglo después, con las libertades constitucionales estadounidenses violadas por la legislación y el trabajo de inteligencia, la llamada "guerra contra el terrorismo" liderada por Estados Unidos ha llevado a la erosión de derechos sociales y políticos básicos a nivel nacional, al tiempo que también aumentó la militarización de la policía estadounidense, significativamente después de los ataques del 11 de septiembre.

En 20 años de guerra contra el terrorismo, los departamentos de policía de los Estados Unidos han recibido una gran cantidad de armas militares y equipos de vigilancia del ejército, lo que ha llevado a cambios en la cultura organizativa, la formación y las tácticas de las fuerzas del orden y ha causado una ruptura en la relación de confianza entre los oficiales de policía y el público. Algunos observadores han señalado que existe una correlación entre la adquisición de equipos militares por parte de la policía estadounidense y su uso de la fuerza.

Además, según una investigación del proyecto "Costos de la guerra", el Gobierno de los Estados Unidos ha financiado sus guerras mediante préstamos de billones de dólares mientras reducía impuestos, lo que probablemente continuará exacerbando la desigualdad social.

Como dice el profesor de política internacional de Harvard, Stephen Walt, no se puede ignorar la relación entre las "aventuras imperiales" de los Estados Unidos en el extranjero y la agitación interna. Estados Unidos ha liberado una serie de fuerzas políticas en sus "guerras interminables" en el extranjero, como el militarismo, el fortalecimiento del poder ejecutivo, la xenofobia, el falso patriotismo y el comportamiento incendiario, que son contrarias a la ética cívica en la que se basa un sistema democrático sólido.

Conclusión

Estados Unidos se fundó en la guerra, se expandió en la guerra y dominó por la guerra.

A lo largo de sus más de 240 años de historia, Estados Unidos, con su innato pensamiento imperial, ha participado en numerosas guerras y actos de expansión militar, como la guerra México-Estados Unidos, la guerra hispano-estadounidense, la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, la "guerra contra el terrorismo", entre otras. De ser una nación aislada en una esquina de América del Norte, ha crecido hasta convertirse en una superpotencia militar global, obteniendo una posición dominante en un mundo unipolar y, por lo tanto, ejerciendo su poder, practicando la dominación y la opresión.

Estados Unidos nunca ha estado satisfecho con su posición de control y dominio y ha buscado incansablemente expandir su poder militar. Estas acciones no solo surgen de la naturaleza expansiva del capitalismo y la codicia por los beneficios, sino también de su ambición y obsesión por el poder, influenciadas por la política interna y los grupos de interés en el país.

Durante mucho tiempo, Estados Unidos ha mantenido su posición como una superpotencia militar global a través de la iniciación o intervención en guerras, la construcción de una red global de bases militares como medidas explícitas y el sistema de alianzas y las reglas internacionales lideradas por Estados Unidos como medidas implícitas. También ha utilizado nuevos modelos, tecnologías y conceptos en respuesta a los cambios de la situación, para prevenir cualquier desafío potencial a su dominio.

La historia y la realidad demuestran que las acciones de Estados Unidos basadas en la supremacía militar, en la que el fuerte oprime al débil y se apropia de lo ajeno, son profundamente perjudiciales. No traerán paz ni seguridad, sino que causarán guerra y desastre; no traerán igualdad ni libertad, sino que resultarán en esclavitud y opresión; no traerán desarrollo ni cooperación, sino que crearán conflictos y divisiones, presentando desafíos sin precedentes para la sociedad humana.

Hoy en día, el mundo está experimentando profundos cambios no vistos en un siglo, mientras Estados Unidos continúa expandiendo su hegemonía militar, causando inestabilidad y perjuicio a nuestro futuro compartido. Fin

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