MADRID, 29 ago (Xinhua) -- Las citas de psicología y psiquiatría de niños y jóvenes aumentaron en España un 65 por ciento este año respecto a 2021, con un importante pico concentrado en octubre, en la antesala del nuevo curso escolar que comenzará en septiembre, según un estudio divulgado hoy jueves.
La incidencia de trastornos mentales en la infancia y adolescencia es de entre un 15 y un 20 por ciento, sobre todo alrededor de los 14 años, apuntó la especialista en psiquiatría Paloma Varela en el informe, elaborado por la plataforma internacional de telemedicina "Top Doctors".
"Cuando los trastornos mentales no son tratados, existe un mayor riesgo de altas tasas de abandono escolar, baja productividad, problemas familiares, sociales y legales, aumento de tasas de suicidio y resultados desfavorables que afectan a los individuos, las familias y la sociedad en general", dijo la experta.
Los trastornos entre los escolares varían según el grupo de edad: ansiedad por separación de los padres, desconexión de pantallas, estrés académico y de adaptación, problemas de identidad, autoestima o imagen corporal y "bullying" (acoso escolar), entre otros.
En los adolescentes, la adicción a los juegos digitales está asociada con ansiedad social, depresión y soledad, y la experimentan más los varones, indicó.
"El acceso mediante la tecnología a información que no son capaces de gestionar o modular, y la exposición a contenidos digitales inapropiados como la pornografía 'online', preocupa cada vez más a profesionales sanitarios, con suficiente evidencia científica sobre el impacto que producen en la salud mental", señaló.
En las edades más tempranas, entre tanto, la psicóloga especialista en salud integrativa Olga Albaladejo se refirió al acoso escolar y consideró esencial "que los padres estén atentos no solo a la víctima, sino también al posible rol que juegue su hijo como agresor, un tema que a menudo requiere intervención familiar más que individual".
Por otro lado, dijo, en el sistema educativo español se sigue identificando como "problemático" a los niños que no son capaces de permanecer quietos y prestando atención durante un tiempo prolongado, o bien de aprenderse de memoria lo que toca en cada momento.
"Estos niños se ven abocados a un diagnóstico de trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), o al fracaso escolar cuando, en realidad, es más que posible que sean muy inteligentes... de otra manera", precisó.
En su opinión, en los últimos años se ha tendido a una sociedad "niño-céntrica" donde, en muchos casos, el niño llega a la adolescencia sin resistencia a la frustración, con poca valoración de la importancia del esfuerzo y con un sistema de valores confuso.