ESPECIAL: El Malestar se ha mantenido, aún sin cambios estructurales, a 5 años de estallido social chileno | Spanish.xinhuanet.com

ESPECIAL: El Malestar se ha mantenido, aún sin cambios estructurales, a 5 años de estallido social chileno

spanish.news.cn| 2024-10-18 05:43:30|
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Por Cristóbal Chávez Bravo

SANTIAGO, 17 oct (Xinhua) -- Hace cinco años, miles de personas salieron a la calle en todo Chile para protestar en contra de la desigualdad y el encarecimiento de la vida, un malestar que según expertos se ha mantenido con aprendizajes tras dos procesos constitucionales fallidos, pero sin cambios estructurales significativos.

El 18 de octubre de 2019, el alza del pasaje de 30 pesos (0,03 dólares) en el transporte público de la capital chilena anunciada días antes, provocó que miles de personas se manifestaran en las estaciones del Metro de Santiago, lo que desembocó en protestas a lo largo del país que dejaron 34 fallecidos, miles de heridos y arrestados, así como pérdidas millonarias por destrucción a infraestructura pública y privada.

"Con el estallido social se observó un rechazo mayoritario al modelo neoliberal y a sus instituciones; la privatización, los problemas vinculados a la salud, las previsiones, la educación y también en la necesidad de transformaciones en múltiples ámbitos: medioambiental, pueblos indígenas, derechos sociales en general", explicó a Xinhua el politólogo y doctor en Estudios de América Latina, Gonzalo Álvarez.

Para el profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Tarapacá, el malestar perdura y uno de los aprendizajes que dejó el estallido social, interrumpido por la pandemia del nuevo coronavirus en marzo de 2020, fue que la sociedad chilena no es pasiva ante las injusticias como se pensaba.

"Otro aprendizaje fue que es necesario continuar con el desarrollo; propuestas de cambios que sean capaces de responder a las demandas sociales que se expresaron en el denominado estallido social, y que esas propuestas sean lo suficientemente precisas y legitimadas para generar certidumbre y alternativas de transformación aceptables", dijo.

El experto hizo alusión a los dos procesos constitucionales nacidos como una salida institucional a la crisis, que fueron rechazados de manera amplia por la población chilena.

En la primera instancia, la Convención la conformaron en su mayoría ciudadanos representantes de movimientos sociales y políticos de izquierda, mientras que en la segunda oportunidad, el órgano fue dominado por políticos y representantes de la derecha.

A un lustro del estallido, para Álvarez no ha habido cambios en la estructura del modelo social-económico chileno.

"Ha habido intentos, pero la mayoría de la agenda se ha movido en las transformaciones más vinculadas a los temas de la seguridad pública y a los temas de la reactivación de la economía", abundó.

Las últimas encuestas en el país sudamericano plantean que más de la mitad de los consultados rechaza o ve de forma negativa al estallido social, un fenómeno que para el politólogo no se debe a un rechazo al acontecimiento mismo, sino que lo asocian con la inestabilidad.

"Ha sido concomitante el proceso post estallido con una crisis de seguridad sobre todo relativa a la magnitud y connotación de los delitos: aumento del crimen organizado. No son factores necesariamente atribuibles al estallido, pero son concomitantes y generan una sensación de asociación de ambos procesos como que fueran vinculados", dijo.

Sopesó, sin embargo, que en el último lustro Chile se ha estancado y no ha sido capaz de responder a las demandas sociales.

En tanto, para el académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mario Herrera, la percepción de los chilenos apunta a cambios significativos y graduales más que a cambios rápidos como lo fue en los procesos constituyentes.

"Los intentos de cambio constitucional marcaron el fin de la expectativa de cambios profundos en el modelo", afirmó el doctor en Estudios Americanos.

"Las percepciones de los chilenos han vuelto a la moderación, reflejando un estado casi idéntico al que teníamos previo al estallido social. Incluso, los proyectos de ley para reformas estructurales como pensiones o tributarias siguen la norma de ser cambios graduales", complementó el académico.

Sobre la evolución del país en los últimos cinco años, Herrera planteó que en términos económicos hay un crecimiento más lento, además de que hubo una aceleración de la inflación, producto de la pandemia y del estallido social.

Herrera profundizó que, probablemente, el cambio más significativo fue la construcción de una clase política "más politizada y fragmentada", pero con una ciudadanía que privilegia acuerdos por sobre el conflicto. 

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