BEIJING, 18 nov (Xinhua) -- El carácter chino "verde" apareció por primera vez en las inscripciones sobre huesos oraculares de la dinastía Shang. Este carácter se usa para describir un color entre azul y amarillo. A lo largo de la historia, el color verde ha tenido cada vez más significados como, por ejemplo, frescura, vitalidad, tranquilidad, paz, naturaleza o ecología.
Los dos mayores países en desarrollo de los hemisferios oriental y occidental, China y Brasil, han adoptado una decisión idéntica en su camino hacia el desarrollo: lo verde, medioambiental y sostenible. La colaboración verde chino-brasileña se ha convertido en un componente fundamental de la cooperación pragmática entre los dos países.
MOVILIDAD VERDE
En un taller de afinación de autos ubicado a las afueras de Río de Janeiro, el influenciador brasileño Felipe Fera está presentando en vivo dos coches nuevos a sus seguidores. "¡Mirad, todos! Aquí hay un ORA 3 de GMW. Y, por allí, un BYD Dolphin. Ambos son de marcas chinas. ¿Cuál os gusta más?", pregunta.
Fera no entró en contacto con vehículos eléctricos hasta 2021. Tras evaluar un modelo de BYD, no tardó en darse cuenta de que los fabricantes chinos iban a generar una ola de compras de vehículos eléctricos dentro del mercado brasileño.
Según la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos, BYD, GWM (Great Wall Motor) y Chery estuvieron entre las marcas más vendidas de vehículos eléctricos en Brasil durante 2023. Y, desde enero hasta octubre de este año, siete de los diez modelos de vehículos eléctricos más vendidos en Brasil fueron de marcas chinas.
Por otra parte, los autobuses eléctricos fabricados por empresas automovilísticas chinas también se ven con cada vez más frecuencia en las calles del país sudamericano. Con la ayuda de los autobuses biarticulados eléctricos chinos, la ciudad aeroespacial de São José dos Campos ha establecido el primer sistema de tránsito rápido eléctrico en Brasil.
Ecológicos, económicos, modernos, elegantes y cómodos, los vehículos eléctricos chinos están cambiando el concepto de viaje del público brasileño y ayudando a la industria brasileña del transporte a lograr una transición energética ecológica y con bajas emisiones de carbono.
ENERGÍA VERDE
Gleiviane de Sousa, que vive en el estado brasileño de Rondônia, saca un trozo de carne de res bien congelado del frigorífico y empieza a preparar la cena para la familia. Es una escena que antes ella no podía ni tan siquiera imaginar.
"Solíamos tener apagones casi todos los días. Y el voltaje era tan inestable que a veces, incluso, deterioraba los electrodomésticos de la casa", recordó De Sousa.
Sin embargo, con las nuevas líneas de transmisión eléctrica construidas por empresas chinas, Gleiviane ya no tuvo que preocuparse por los apagones.
La cooperación energética entre China y Brasil tiene una larga historia detrás. En la década de los 80 del siglo XX, China envió técnicos a Brasil que estudiarían en la central hidroeléctrica de Itaipú, con el objetivo de adquirir experiencia para construir la central hidroeléctrica de las Tres Gargantas.
Hoy en día, mientras las inversiones y tecnologías chinas de energía hidráulica, eólica, fotovoltaica y de redes de transmisión de electricidad de ultra alta tensión siguen llegando al sector energético brasileño, los ingenieros chinos han pasado de ser "alumnos" a "maestros".
La cooperación práctica chino-brasileña en energías limpias ha promovido enormemente el desarrollo económico local, mejorado la calidad de vida de los residentes locales y dado un importante impulso a la transición energética para la economía brasileña.
BIODIVERSIDAD VERDE
"Cuando nos encontramos con animales pequeños heridos, los llevamos a la estación veterinaria cercana para su tratamiento y eventual liberación", rememoró el ingeniero medioambiental brasileño Leandro Morais.
Al llevar a cabo la supervisión medioambiental de la segunda fase del proyecto de transmisión de energía generada por la hidroeléctrica de Belo Monte, Morais quedó impresionado por la importancia que conceden las empresas chinas a la protección del medio ambiente.
Según estaba diseñado el proyecto, esta "autopista de la electricidad" tenía que atravesar muchos asentamientos indígenas y reservas ecológicas. Para no perturbar el entorno de los indígenas y animales, las empresas chinas optaron por circunvalar la ruta de las líneas incluso en algunos lugares donde el Gobierno brasileño ya había aprobado su dirección, además de ajustar la altura y distancia entre torres eléctricas con el objetivo de reducir la tala de árboles.
Por otra parte, las empresas chinas contrataron a personal profesional para trasladar y proteger a perezosos, tortugas y otros animales salvajes con la aplicación en total de unas 6.200 medidas de protección animal, junto con la plantación de compensación de bosques de unas 2.000 hectáreas.
Sin duda, estas medidas han aumentado los costes, pero teniendo en consideración la protección medioambiental, el principio de ingeniería verde y el propósito de proteger la flora y fauna silvestres, las empresas chinas creen que estos gastos merecen la pena.
TECNOLOGÍA VERDE
"El programa Satélite de Recursos Terrestres China-Brasil (CBERS, según siglas en inglés) es fundamental para frenar la deforestación en la Amazonía", comentó la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, Luciana Santos, al reconocer el destacado papel del CBERS en la protección de la selva amazónica.
Durante más de 30 años, China y Brasil han desarrollado conjuntamente seis satélites de recursos terrestres. Los satélites CBERS-4 y CBERS-4A, actualmente en órbita, vigilan regularmente la selva amazónica y generan mensajes de alerta cuando detectan indicios de deforestación o incendios.
En abril de 2023, representando al Gobierno brasileño, la ministra firmó un acuerdo con la parte china para acelerar el desarrollo del Satélite CBERS-6. En su opinión, el CBERS-6 es crucial para seguir reforzando la vigilancia medioambiental en la región de la selva amazónica.
Las imágenes proporcionadas por los satélites CBERS se utilizan también en ámbitos como agricultura, gestión de recursos hídricos, planificación urbana o vigilancia del medio ambiente y catástrofes, entre otros.
Esta cooperación bilateral, dentro del programa CBERS, no solo constituye un ejemplo de colaboración espacial entre países en desarrollo, sino que es también un modelo de cooperación Sur-Sur en alta tecnología.