HARBIN, 13 dic (Xinhua) -- El antiguo emplazamiento del cuartel general de la Unidad 731, una notoria unidad japonesa de guerra bacteriológica que operó durante la Segunda Guerra Mundial, fue reabierto hoy viernes al público, con una exposición especial que revela pruebas de sus actividades en esta clase de guerra.
Cerca de 2.100 artículos, incluidos archivos, materiales históricos, reliquias y publicaciones que en los últimos años ha recopilado la Sala de Exhibición de Evidencias de Crímenes Cometidos por la Unidad 731 del Ejército Imperial Japonés, han sido desvelados en la muestra, según Zhang Yang, subdirector del lugar.
Zhang dijo que algunas de las pruebas que han empezado a mostrarse sirven como complementos cruciales a los materiales históricos existentes y proporcionan recursos valiosos para posteriores investigaciones sobre las actividades de Japón en la guerra bacteriológica durante el conflicto mundial.
De acuerdo con Zhang, en esta exposición también se presentan varias revistas médicas publicadas en Japón entre las décadas de 1920 y 1940, con un total de 347 volúmenes. Una investigación conjunta de la sala de exhibición y la Universidad Internacional de Heilongjiang ha identificado 42 artículos médicos escritos por miembros principales de la unidad, tales como Shiro Ishii y Masaji Kitano.
Jin Shicheng, investigador de la sala de exhibición, afirmó que estas revistas médicas de períodos bélicos documentan numerosos de los llamados "logros de investigación", publicados por los miembros de la unidad, e involucran enfermedades bacterianas y virales como el ántrax y la peste.
"Esta evidencia destaca las interacciones y los intercambios de personal entre las universidades médicas japonesas en tiempos de guerra, los hospitales militares y las instituciones investigativas con la Unidad 731, exponiendo el papel de la comunidad médica de Japón en el apoyo a la guerra de agresión contra China", señaló Jin.
La exposición también muestra documentos de litigios sobre incidentes relacionados con armas químicas abandonadas por el ejército japonés en China, junto con confesiones de criminales de guerra japoneses.
Además, se exhiben 616 reliquias recolectadas por el lugar en los últimos años y donadas por propietarios privados, entre ellas sables militares, uniformes, equipos médicos, bombas bacterianas y medallas japonesas.
La Unidad 731 fue establecida en Harbin y funcionó como una base de investigación de máximo secreto para la guerra química y biológica, sirviendo de centro neurálgico para esta última por parte de Japón, tanto en China como en el Sudeste Asiático durante la Segunda Guerra Mundial.
Utilizó al menos 3.000 seres humanos para experimentos y más de 300.000 personas en China murieron por las armas biológicas japonesas.
Desde el invierno pasado, la sala de exhibición ha atraído a más de 3,5 millones de visitantes.