NACIONES UNIDAS, 9 ene (Xinhua) -- El crecimiento económico mundial se mantendrá en 2,8 por ciento en 2025, es decir, sin cambios en comparación con el año pasado, de acuerdo con los pronósticos de un informe de la ONU publicado hoy.
A pesar de la reducción de la inflación, de condiciones del mercado laboral cada vez mejores y de la flexibilización monetaria, se pronostica que el crecimiento mundial se mantendrá por debajo del ritmo visto antes de la pandemia, y la economía mundial seguirá enfrentando una gran incertidumbre, se indicó en el informe de Situación y Perspectivas de la Economía Mundial 2025 de la ONU.
El informe pronostica que la economía mundial crecerá 2,9 por ciento en 2026.
El informe también señaló que una menor inflación y la flexibilización monetaria actual en muchas economías podrían brindar un impulso moderado a la actividad económica mundial en 2025. Sin embargo, la incertidumbre sigue acechando, con riesgos derivados de los conflictos geopolíticos, las crecientes tensiones comerciales y los elevados costos de endeudamiento en muchos países.
Estos desafíos son particularmente agudos para países vulnerables y de bajos ingresos, en donde el crecimiento frágil y por debajo del promedio amenaza con socavar aún más los avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Se pronostica que el crecimiento de Estados Unidos sea moderado, de 2,8 por ciento en 2024 a 1,9 por ciento en 2025, mientras los mercados laborales se ablandan y el gasto del consumidor se ralentiza.
Se espera que Europa se recupere modestamente, con un incremento del producto interno bruto (PIB) de 0,9 por ciento en 2024 a 1,3 por ciento en 2025, apoyado por la reducción de la inflación y mercados laborales resilientes, aunque el endurecimiento fiscal y los desafíos de largo plazo, como el débil crecimiento de la productividad y el envejecimiento de la población, sigan repercutiendo en el panorama económico.
El pronóstico para Asia Oriental es un crecimiento de 4,7 por ciento en 2025, impulsado por el crecimiento estable esperado en China de 4,8 por ciento, apoyado por el robusto consumo privado en toda la región.
Se espera que Asia Meridional se mantenga como la región con más rápido crecimiento, con un pronóstico de crecimiento del PIB de 5,7 por ciento en 2025, dirigido por el crecimiento de 6,6 por ciento en la India.
Se pronostica que África crecerá de forma moderada de 3,4 por ciento en 2024 a 3,7 por ciento en 2025, gracias a la recuperación en grandes economías como Egipto, Nigeria y Sudáfrica.
A pesar de la continua expansión, se proyecta que la economía mundial crecerá a un ritmo más lento que el registrado durante el periodo 2010-2019 (antes de la pandemia) de 3,2 por ciento, indicó el informe. "Este desempeño atenuado refleja cambios estructurales actuales como inversión débil, lento crecimiento de la productividad, elevados niveles de deuda y presiones demográficas".
Se prevé que la inflación global bajará de cuatro por ciento en 2024 a 3,4 por ciento en 2025, lo cual proporcionará cierto alivio a los
hogares y las empresas. Se espera que importantes bancos centrales recorten aún más las tasas de interés este año mientras las presiones inflacionarias siguen reduciéndose.
Sin embargo, se espera que en muchos países en desarrollo la inflación permanezca por arriba de los promedios históricos y que en 2025 uno de cada cinco enfrente niveles de dos dígitos.
En particular, la inflación alimentaria permanece elevada. Cerca de la mitad de los países en desarrollo registraron cifras superiores al cinco por ciento en el 2024. "Esto ha profundizado la inseguridad alimentaria en las naciones de bajos ingresos", advirtió el informe.
Para las economías en desarrollo, la flexibilización de las condiciones financieras podría ayudar a reducir el costo de los préstamos, pero el acceso al capital sigue siendo desigual, agregó el informe. Muchos países de bajos ingresos siguen batallando con la pesada carga del servicio de la deuda y el acceso limitado al financiamiento internacional.
El informe enfatiza que los gobiernos deben aprovechar todos los espacios fiscales creados por la flexibilización para priorizar las inversiones en desarrollo sostenible, sobre todo en sectores sociales críticos.
El informe pide acciones multilaterales audaces para abordar las interconectadas crisis de deuda, la desigualdad y el cambio climático.
"La flexibilización monetaria por sí sola será insuficiente para revitalizar el crecimiento global o superar disparidades cada vez mayores. Los gobiernos deben evitar políticas fiscales excesivamente restrictivas y concentrarse en cambio en movilizar inversiones en energías limpias, infraestructura y sectores sociales críticos como salud y educación", agregó.
