Por Huang Yinjiazi
BEIJING, 14 mar (Xinhua) -- En el despacho lleno de libros del profesor Stelios Virvidakis en la Universidad de Atenas, la institución académica más antigua y prestigiosa de Grecia, una carta se conserva con esmero, como si fuera un preciado y delicado modelo de puente.
La misiva, del presidente chino, Xi Jinping, fue entregada para felicitar la inauguración del Centro de Civilizaciones Antiguas China y Griega en esa reconocida universidad en febrero de 2023.
"Fue una grata sorpresa para todos nosotros", recordó Virvidakis, mientras su mirada filosófica se iluminaba con el recuerdo.
En la carta, Xi destacó que, hace más de 2.000 años, China y Grecia, dos civilizaciones brillantes en los extremos del continente euroasiático, realizaron contribuciones pioneras a la evolución de la civilización humana.
Ahora, enfatizó, la cooperación entre ambas naciones para promover los intercambios y el aprendizaje mutuo reviste una gran importancia histórica y contemporánea, impulsando el desarrollo de todas las civilizaciones.
Esta carta bien preservada refleja la visión más amplia de Xi sobre el fomento del diálogo intercultural y el aprendizaje mutuo como catalizadores de la paz y el desarrollo globales, una visión que ha guiado su acción diplomática en todo el mundo.
Esta aspiración se materializa en su Iniciativa de Civilización Global (ICG), lanzada en 2023 durante una conferencia entre el Partido Comunista de China (PCCh) y agrupaciones políticas mundiales.
En ese evento, Xi subrayó que la tolerancia, la coexistencia, los intercambios y el aprendizaje mutuo entre diferentes civilizaciones desempeñan un papel insustituible para el avance del proceso de modernización de la humanidad, cuando el futuro de todos los países está estrechamente interconectado.
Con la ICG acercándose a su segundo aniversario este sábado, la visión de Xi de construir un mundo donde las civilizaciones no choquen, sino que dialoguen, se ha vuelto aún más relevante y representa tanto un reconocimiento de los vínculos antiguos como un esfuerzo audaz por tejer una red global en un mundo cada vez más fragmentado.
NO IMPORTA ORIENTE U OCCIDENTE
"El joven era un ávido lector de literatura e historia, particularmente cautivado por la poesía de Du Fu", relató Chen Qiuying, quien enseñó a Xi la lengua china en 1965, cuando este era un adolescente.
Du Fu (712-770), el poeta realista más venerado de la dinastía Tang (618-907), era célebre por la profunda empatía y compasión que mostraba en sus obras hacia la gente común. Ese espíritu se refleja en el firme compromiso de Xi de luchar contra la pobreza y mejorar el bienestar del pueblo.
"Xi me pedía constantemente que le recomendara más obras de Du Fu (...) Poseía una actitud serena y racional, se sumergía en extensas lecturas y en una profunda reflexión", recordó Chen.
En 1969, cuando ni siquiera tenía 16 años, Xi se ofreció para ir a Liangjiahe, un pueblo aislado y empobrecido enclavado en el escarpado terreno de la provincia noroccidental china de Shaanxi, como "joven educado".
Llevó consigo dos maletas llenas de libros. Durante los siete años que pasó allí, devoró cuanto texto pudo encontrar, desde antiguos clásicos chinos hasta novelas extranjeras como El rojo y el negro de Stendhal y Guerra y paz de León Tolstói.
"Durante aquellos días en Liangjiahe, Xi no dejaba de leer y reflexionar", cuenta Dai Ming, quien por aquel entonces compartía una vivienda cueva con él.
El gran interés de Xi por las distintas culturas no ha disminuido desde entonces, ya sea como funcionario local o como máximo dirigente de China. Cuando era secretario del Comité Provincial de Zhejiang del PCCh, invitó a eruditos a dar conferencias sobre filosofías tanto chinas como occidentales.
En noviembre de 2019, durante su primera visita de Estado a Grecia, Xi recorrió el Museo de la Acrópolis, ubicado al pie de la histórica y emblemática Acrópolis. En la tercera planta del museo, bajo la luz del sol, se detuvo un instante en la entrada, flanqueada en sus lados este y oeste por exquisitas esculturas de frontón que representan el nacimiento de Atenea y su feroz disputa con Poseidón por el título de protectora de Atenas.
"Esta es la versión griega del Shan Hai Jing", comentó Xi, en alusión a la antigua recopilación china de mitos y leyendas.
Para Dimitrios Pandermalis, entonces titular del Museo de la Acrópolis, el presidente chino "no se interesa solo por un artefacto en particular. Tiene una gran fascinación por la civilización de la antigua Grecia y su historia, además de una alta apreciación por su arte y arquitectura".
EL PODER DE LOS INTERCAMBIOS
Antes de su visita de Estado a Perú en noviembre de 2024, Xi publicó un artículo en el periódico El Peruano en el que reflexionó sobre la piedra Intihuatana de Machu Picchu, la cual "era utilizada por los incas para conocer las estaciones y elaborar calendarios mediante la sombra del sol".
Señaló que la estructura funcionaba según los mismos principios que inspiraron la creación del reloj solar Rigui usado en la antigua China. "Muchos me dicen que los chinos y los peruanos siempre se sienten cariñosos al encontrarse, y les resulta familiar al contemplar las reliquias históricas del otro", escribió Xi.
Desde que asumió la presidencia china, Xi ha hecho del intercambio cultural una seña de identidad de su enfoque diplomático. El intercambio cultural es un proyecto destinado a "acercar los corazones y las mentes de los pueblos y construir un futuro mejor", ha dicho. Una creencia que mantiene desde sus días de trabajo en cargos locales.
En 2005, como jefe del Partido de Zhejiang, Xi envió una carta de felicitación por la inauguración de la Semana Cultural de esa provincia oriental china en Francia, la primera de su tipo en Europa. Entre lo más destacado del evento, celebrado en los Alpes Marítimos franceses, figuraba una exposición de pinturas de agricultores y pescadores locales.
Como presidente chino, Xi ha abogado constantemente por el respeto, el entendimiento y el aprendizaje mutuos entre diferentes culturas y civilizaciones.
Durante su visita de Estado a Francia en mayo del año pasado, Xi obsequió a su homólogo galo, Emmanuel Macron, traducciones chinas de clásicos de la literatura francesa. A cambio, Macron le regaló una edición especial de una obra del escritor francés Victor Hugo.
Gracias al dinámico impulso de Xi, los intercambios culturales entre China y otros países han florecido. En la última década, China ha organizado más de 30 programas en el marco del Año de la Cultura o del Turismo con diversas naciones, en especial aquellas que participan en la Franja y la Ruta.
"La civilización china (...) se ha convertido en lo que es hoy mediante sus constantes interacciones con otras civilizaciones", afirmó Xi en la ceremonia de apertura de la Conferencia sobre el Diálogo de las Civilizaciones Asiáticas celebrada en mayo de 2019 en Beijing.
"El autoaislamiento a largo plazo hará que una civilización decaiga, mientras que los intercambios y el aprendizaje mutuo sostendrán su desarrollo. Una civilización solo puede florecer a través de los intercambios y el aprendizaje mutuo con otras civilizaciones", añadió.
COLORES DE CIVILIZACIONES
En los últimos años, algunos académicos y políticos occidentales han resucitado la teoría del choque de civilizaciones, propuesta por primera vez por el politólogo estadounidense Samuel Huntington en 1993. Ellos presentan a unas civilizaciones como superiores a otras y pretenden dividir a los países por líneas ideológicas y raciales.
En el trasfondo del resurgimiento de tales sentimientos se encuentra un mundo que experimenta transformaciones sin precedentes en un siglo. Los países del Sur Global, en ascenso colectivo, exigen con más fuerza su legítimo derecho a la modernización, mientras que los déficits mundiales en materia de paz, seguridad, desarrollo y gobernanza son cada vez mayores.
A ojos de Xi, ninguna civilización del mundo es superior a las demás, y cada civilización es igual y única. "Las civilizaciones vienen en diferentes colores, y esa diversidad hace que los intercambios y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones sean relevantes y valiosos", afirmó en un discurso pronunciado en la sede de la Unesco en París en 2014.
Meses después de presentar la ICG en 2023, Xi explicó en un acto en San Francisco (Estados Unidos) que la iniciativa pretende "instar a la comunidad internacional a abordar el desequilibrio entre el avance material y cultural y promover conjuntamente el progreso continuo de la civilización humana".
Las iniciativas globales de China, incluida la ICG, abogan por un orden igualitario e inclusivo en pos de una gobernanza mundial justa y coherente, comentó Ong Tee Keat, presidente del caucus de la iniciativa de la Franja y la Ruta para Asia y el Pacífico y exministro de Transporte de Malasia.
Al mismo tiempo, recalcó que "la ICG ha transmitido un mensaje claro de que todas las naciones tienen derecho a elegir sus propios caminos de desarrollo en su búsqueda de la modernización, que no es necesariamente sinónimo de occidentalización".
En septiembre de 2024, durante la ceremonia de apertura de la Cumbre del Foro de Cooperación China-África, Xi propuso 10 acciones de asociación para la modernización, siendo la primera de ellas la "Acción de asociación para el aprendizaje mutuo entre civilizaciones".
"China mejorará los intercambios culturales y entre pueblos con África, defenderá el respeto mutuo, la inclusión y la coexistencia de diferentes civilizaciones en nuestro camino hacia la modernización y se esforzará conjuntamente por obtener resultados más fructíferos en el marco de la ICG", declaró Xi.
Dado que el orden mundial diseñado para servir a los intereses de las potencias occidentales ya no satisface las necesidades y aspiraciones cambiantes de los países del Sur Global, un llamamiento al cambio es una respuesta natural, afirmó Ong.
"Esto debe ocurrir (...) libre de cualquier subordinación mental. Solo entonces podrá establecerse un entorno propicio para la modernización y el desarrollo de una nación. En este sentido, la ICG es, sin duda, un poderoso facilitador", agregó el experto malasio.
