LA PAZ, 5 dic (Xinhua) -- Bolivia cerró noviembre con una inflación acumulada del 19,69 por ciento, una de las más altas en las dos últimas décadas, de acuerdo con un informe difundido hoy viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El INE indicó que la inflación mensual de noviembre aumentó 0,4 por ciento con respecto a octubre. Los productos de mayor incidencia positiva fueron la carne de res sin hueso, el tomate, la carne de pollo y la carne de res con hueso.
El ente estadístico explicó que el incremento de 0,40 por ciento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en noviembre último se debe principalmente a la variación positiva de los precios en las divisiones de alimentos y bebidas no alcohólicas; alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar; bebidas alcohólicas y tabaco; vivienda y servicios básicos; salud y educación.
Detalló que el mes más inflacionario de este año fue junio, con un aumento de 5,21 por ciento, mientras que septiembre registró la cifra más baja, con 0,2 por ciento.
En comparación con octubre, cuando la inflación fue de 0,75 por ciento, el dato de noviembre supone un descenso, aunque los precios de los alimentos continúan siendo uno de los componentes más determinantes del índice general.
Por su parte, el Ministerio de Planificación del Desarrollo y Medio Ambiente señaló en un comunicado que la variación de noviembre fue inferior a la estimada en un inicio y que "la tendencia de la inflación apunta a la baja".
El economista y gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Antonio Rodríguez, dijo a Xinhua que este registro marca "un quiebre histórico para una economía que, durante 15 años, exhibió tasas inflacionarias moderadas frecuentemente por debajo del 5 por ciento anual, gracias al fuerte control de precios, subvenciones energéticas y políticas de estabilidad cambiaria".
En las dos últimas décadas, 2008 fue el año más inflacionario, con 11,85 por ciento, mientras que 2009 registró el nivel más bajo, con 0,26 por ciento, según datos del INE.
Rodríguez añadió que ese modelo "empezó a dilatarse con mayor fuerza a partir de 2023 por la caída de reservas internacionales y de las exportaciones de gas natural, el desajuste fiscal y el creciente peso de las importaciones de combustibles".
Señaló que, aunque el nuevo Gobierno ha aplicado medidas para contener la escasez de dólares y mejorar la provisión de combustibles, "el margen de maniobra sigue siendo estrecho" y consideró previsible que la inflación supere el 20 por ciento hacia fin de año, cuando aumenta el dinamismo económico y las presiones inflacionarias.
Para el experto, el desafío inmediato es ejecutar "acciones urgentes para evitar que la presión inflacionaria se consolide en 2026 y empuje al país hacia una espiral de precios difícil de revertir".








