MÉXICO, 8 dic (Xinhua) -- El basamento prehispánico Nohoch Mul, uno de los más representativos y el más elevado del norte del área maya, fue reabierto al público en el sitio arqueológico de Cobá, ubicado en el sureste de México, tras la puesta en operación de una nueva escalinata que permite el ascenso y descenso de visitantes.
Los peldaños, elaborados en madera, permiten ascenso y descenso seguros al monumento prehispánico de 42 metros de altura, y también brindan a los visitantes una experiencia cultural y ambiental única, junto con vistas privilegiadas a la selva maya.
Su instalación responde a las demandas sociales que visitantes y ejidatarios planteaban desde 2019, cuando se suspendió el ascenso al monumento debido al desgaste natural que, acentuado por el intenso tránsito de turistas, se había causado a sus escalones originales.
La intervención, que forma parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), vinculado con el Tren Maya, busca fortalecer la conservación del patrimonio, ordenar el flujo de visitantes y ampliar las condiciones de acceso cultural, en un esquema que articula investigación, restauración e infraestructura.
La secretaria (ministra) de Cultura de México, Claudia Curiel de Icaza, fue la encargada de inaugurar el domingo la nueva escalinata del Nohoch Mul, uno de los basamentos más representativos de la civilización maya.
"Venimos a reconocer el esfuerzo de quienes han protegido a lo largo de la historia este territorio y han sostenido su continuidad a lo largo del tiempo. Cobá es una ciudad que sigue revelando nuestra historia", expresó De Icaza.
La vía de acceso fue ejecutada por ejidatarios de la comunidad mexicana de Noh Bec, quienes cuentan con una gran experiencia en la elaboración de estructuras con maderas regionales.
La escalinata del Nohoch Mul también permitió la renovación de los espacios de diálogo y colaboración con la comunidad de Cobá, para fortalecer la apropiación social del patrimonio y elevar las condiciones para su cuidado, protección y respeto.
En su oportunidad, el titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, Joel Omar Vázquez Herrera, resaltó que, en su periodo de mayor desarrollo, entre los años 200 y 600 d.C., esta antigua ciudad alcanzó una extensión aproximada de 70 kilómetros cuadrados y llegó a concentrar a cerca de 50.000 habitantes.
Su crecimiento estuvo estrechamente vinculado a las redes de intercambio que estableció con otros centros mayas como Chichén Itzá, Ichkabal y Tikal, así como asentamientos situados en la costa del Caribe.
Asimismo, el antropólogo mexicano señaló que, desde 1972, el INAH realiza un trabajo sistemático en el sitio y, de manera reciente, los análisis epigráficos que se desprenden de su proyecto arqueológico han podido definir su fecha de fundación, el 12 de mayo de 569 d.C.
En adición, el representante de las autoridades ejidales de Cobá, Atilano Huicab Nájera, afirmó que su comunidad honra a los antepasados que trabajaron y cuidaron esa tierra, reafirma su identidad maya y reconoce que su historia permanece viva y presente.
Señaló que la escalinata simboliza una invitación a mirar hacia lo alto y hacia la grandeza de sus orígenes, así como la apertura de una nueva etapa en la que la unidad ejidal debe constituirse como la base de las decisiones colectivas.
Cobá es uno de los centros mayas más relevantes del norte de la península de Yucatán por su extensión territorial, su compleja red de caminos elevados y su papel como nodo comercial y político entre diversas ciudades de Mesoamérica, así como sus hallazgos epigráficos, lo convierten en una fuente fundamental para comprender la organización social y económica de la civilización maya.
