QUITO, 10 dic (Xinhua) -- Ecuador se apresta a cerrar 2025 con un giro moderado, pero significativo en su desempeño macroeconómico, tras la recesión registrada en 2024, cuando la dolarizada economía local se contrajo un 2 por ciento en medio de una crisis energética, coincidieron en señalar analistas.
Las últimas estimaciones del Banco Central proyectan un crecimiento del 3,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), impulsado por el mayor dinamismo del consumo de los hogares y el desempeño de las exportaciones.
La cifra supera el 2,8 por ciento que la entidad había previsto en abril pasado, evidenciando una mejora en el panorama económico, por lo que se pronostica que la economía podría expandirse un 1,8 por ciento en 2026.
Según el Gobierno, la economía local muestra un mejor desempeño, y el propio presidente Daniel Noboa, quien inició el pasado 24 de mayo un segundo mandato hasta 2029, ha estimado un crecimiento superior al 4 por ciento para 2025.
"Hace muchísimo tiempo que Ecuador no crece así", destacó el mandatario en una entrevista radial en septiembre pasado, cuyo Gobierno ha implementado a lo largo de este año leyes económicas urgentes y medidas de recorte del gasto público.
Estas medidas incluyen la reducción del tamaño del Estado, que implicó el despido de 5.000 funcionarios, así como la eliminación del subsidio al diésel.
Esta última decisión desencadenó, en octubre pasado, un paro indígena con bloqueos de carreteras, convirtiéndose en la protesta más prolongada de la historia reciente del país.
El analista y consultor económico, Alberto Acosta-Burneo, afirmó en entrevista con Xinhua que la economía está mostrando una mejora significativa respecto al año pasado.
"Los indicadores económicos son positivos en varios frentes. En el ámbito fiscal, el año cerrará con cuentas públicas más sólidas, una reducción del riesgo país con tendencia a la baja y una mejora en la calificación de la deuda ecuatoriana", indicó el experto ecuatoriano.
En el sector externo, señaló que las exportaciones no petroleras presentan un desempeño extraordinario, lo que ha permitido alcanzar un superávit comercial muy robusto.
A esto se suma un fuerte incremento de la liquidez, impulsado tanto por un crecimiento generalizado de los agregados monetarios como por las remesas, que en el segundo trimestre aumentaron un 24 por ciento.
"Esta mayor liquidez se refleja en una caída generalizada de las tasas de interés. Como resultado, la actividad económica se está acelerando y el país cerrará el año con una situación económica mucho más sólida en comparación con la fuerte contracción del año pasado", estimó Acosta-Burneo.
El analista abundó que el crecimiento observado este año es notable, aunque una parte importante responde a un efecto rebote, ya que en 2024 el país experimentó apagones de hasta 14 horas diarias que afectaron gravemente a la economía.
A su parecer, el dinamismo actual es positivo, pero difícil de sostener sin reformas estructurales.
De hecho, las previsiones del Banco Central de Ecuador y de organismos multilaterales sitúan el crecimiento futuro por debajo del 2 por ciento.
"El desafío es, por tanto, mantener tasas de crecimiento elevadas, lo cual requiere continuar atrayendo inversión en sectores estratégicos, abrir nuevos mercados y avanzar en la firma de acuerdos de protección de inversiones", planteó Acosta-Burneo.
Por su parte, Santiago García, analista económico y profesor universitario, dijo a Xinhua que, aunque existe un entorno ligeramente más favorable que el del año anterior, en el que se intenta dejar atrás la recesión, el país sigue enfrentando desafíos estructurales.
"No hay duda de que hay un proceso de recuperación económica en el 2025. Ha habido ciertas mejoras en el empleo formal y el desempleo ha disminuido ligeramente, lo que es innegable. Sin embargo, se requerirá más tiempo para que los frutos de la recuperación económica sean más sólidos", señaló García.
El experto en economía internacional agregó que, si bien hay avances, la mejora aún no es suficiente para reducir el empleo precario, y que será necesario implementar políticas económicas adecuadas en 2026 y hasta el final del gobierno, en 2029, para consolidar la recuperación.
Entre los desafíos clave, destacó la necesidad de un manejo adecuado de las cuentas fiscales, mantener la estabilidad financiera y concretar la inversión pública, especialmente en los sectores petrolero, energético y minero, cuya ejecución se ha ralentizado.
García apuntó que el comercio exterior ha sido el sector que mejor ha funcionado, generando un superávit que será necesario mantener en el tiempo.
Entre enero y septiembre de 2025, la balanza comercial total del país registró un saldo favorable de 4.691 millones de dólares, según el último reporte de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
Las exportaciones no petroleras no mineras registraron un incremento interanual del 19 por ciento, siendo el camarón el principal producto exportado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) situó a Ecuador como el tercer país de Sudamérica con la mayor proyección de crecimiento para 2025, detrás de Argentina y Paraguay, según su informe de Perspectivas Económicas para el Hemisferio Occidental divulgado en octubre pasado.
El FMI proyectó un aumento del 3,2 por ciento en el PIB ecuatoriano, pese a la caída de la producción petrolera, atribuida a fallas operativas, reducción de inversiones e inestabilidad interna.
"La economía se recupera satisfactoriamente de la recesión del año pasado", dijo el FMI, organismo que mantiene un programa de crédito de cuatro años con Ecuador vigente desde 2024.
Al cierre de 2025, Ecuador logró acceder a créditos por 2.100 millones de dólares del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, impulsados por los avances en su programa económico.
Para Acosta Burneo, este apoyo financiero constituye una señal positiva de confianza en la gestión económica de Noboa, y los recursos garantizan una sostenibilidad fiscal para el próximo año.
Sin embargo, se prevé que la participación de los multilaterales sea menor en adelante.
Por ello, el gobierno planea colocar en 2026 bonos por 1.000 millones de dólares en el mercado de capitales, lo que hace aún más importante continuar con la reducción del riesgo país para facilitar el retorno de Ecuador a los mercados internacionales de financiamiento.
Según los expertos, esto permitirá reducir la dependencia de los organismos multilaterales y avanzar hacia un modelo en el que el país pueda financiarse de manera directa por sí mismo.
Además, el gobierno ha buscado expandir la presencia de Ecuador en mercados estratégicos, incluyendo países de Asia y Medio Oriente, y ha fortalecido la relación con China en 2025 mediante una visita en junio y la firma de nuevos acuerdos de cooperación.
La relación comercial con China se ha dinamizado aún más con el Tratado de Libre Comercio, que en mayo pasado cumplió su primer año de vigencia.
La presidenta de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China, Magaly Caicedo, señaló a Xinhua que el comercio entre ambos países muestra un crecimiento y destacó las oportunidades que se han abierto gracias al Tratado de Libre Comercio.
"El balance es positivo. Este año se afianzó el TLC; al inicio fue un proceso de aprendizaje, pero ahora ya se observa una mayor madurez en varios productos. El camarón ha sido el producto estrella, aunque también la madera de balsa ha mostrado un buen desempeño, y otros sectores avanzan en la obtención de permisos fitosanitarios", indicó Caicedo.
"Estamos avanzando de a poco, pero con pasos firmes; se está observando una diversificación en un gran mercado", agregó, tras señalar que la Cámara actúa como un puente para incrementar el comercio bilateral.
Las exportaciones no petroleras y no mineras de Ecuador hacia China alcanzaron los 2.895 millones de dólares entre enero y septiembre de 2025, lo que representó un incremento del 8 por ciento en comparación con igual periodo de 2024, según la Fedexpor.
Hasta septiembre pasado, China representó el 16 por ciento de las exportaciones ecuatorianas, impulsado principalmente por la venta de camarón, que alcanzó los 2.481 millones de dólares, seguido de la madera y el banano, entre otros productos. Fin









