BRASILIA, 8 dic (Xinhua) -- Las perspectivas para la economía internacional en 2023 presentan un alto grado de incertidumbre, debido a las consecuencias del conflicto en Ucrania, las altas tasas de interés en Estados Unidos y las fluctuaciones en los precios de las materias primas, según un grupo de especialistas brasileños consultados por Xinhua.
Con relación a América Latina y Brasil, en caso de que no ocurra una recuperación de la economía internacional, los problemas fiscales y una eventual caída del precio de los productos básicos podrían provocar estanflación (estancamiento más inflación).
Para Luís Antonio Paulino, profesor de Economía de la Universidad Estatal Paulista (Unesp), a pesar de todos los problemas enfrentados por la economía mundial en 2022, no se puede decir que el desempeño haya sido necesariamente malo.
"Según las previsiones del FMI, la economía mundial debe crecer un 3,2 por ciento en 2022. Según las mismas previsiones, el crecimiento de los países emergentes en 2022 será del 3,7 por ciento y el de los desarrollados del 2,4 por ciento. El crecimiento de Brasil debería ser del 2,8 por ciento", puntualizó.
Además de las repercusiones previstas de la crisis de los tipos de interés en Estados Unidos, recordó, las economías locales están siendo afectadas por el conflicto en Ucrania.
Paulino evaluó que el escenario para 2023 es muy incierto, lo que se refleja en las proyecciones económicas.
"Según las previsiones del FMI, las economías desarrolladas solo crecerán un 1,1 por ciento, los países emergentes un 3,7 por ciento y el mundo en su conjunto un 2,7 por ciento", dijo.
"Las previsiones para Brasil en 2023 apuntan a un crecimiento de solo un 1 por ciento. El único país que debería mostrar crecimiento en 2023, según el FMI, será China, que debería crecer en torno al 4,4 por ciento", agregó.
Dijo que es necesario prestar más atención a la desigualdad entre ricos y pobres, con casi 1.000 millones de personas en todo el mundo pasando hambre.
Paulino resaltó que China ha sido durante varios años el principal motor de crecimiento de la economía mundial, representando alrededor de un cuarto del crecimiento mundial en los últimos años, y desempeñó un papel importante en el sostenimiento de la economía mundial en 2022.
"La mejora prevista de la economía china en 2023 contribuirá sin duda a equilibrar las tendencias negativas del resto del mundo", consideró.
De acuerdo a Hsia Hua Sheng, especialista financiero de la Fundación Getulio Vargas (FGV), solo la recuperación de China, la reducción de los tipos de interés estadounidense, y la solución del conflicto entre Rusia y Ucrania pueden reducir el riesgo de estanflación en el mundo para 2023.
"Además de la reordenación de la cadena mundial y un mayor compromiso con las causas medioambientales y la sostenibilidad, para (conseguir) una nueva oleada de inversiones públicas y privadas que promuevan todo el crecimiento mundial", apuntó.
Resaltó que las respuestas clave de China al mundo han quedado claras, con el fomento a las importaciones de todos los países y una mayor participación de la moneda china en el comercio mundial y regional.
"El papel de China será clave para la recuperación y el desarrollo mundiales en 2023, ya que existe consenso entre la mayoría de los economistas sobre las perspectivas de estanflación para 2023", resaltó.
Según él, el mayor reto para los Gobiernos latinoamericanos en materia económica es su precaria situación fiscal y el agravamiento de la desigualdad social.
"Los Gobiernos latinoamericanos tienen un alto nivel de deuda sobre el PIB. Algunos países están en mejor situación, como por ejemplo Brasil, que es una potencia en el área de las materias primas para generar divisas y gestionar sus finanzas de forma óptima", dijo.
Para Marcos Pires Cordeiro, especialista en Economía Política Internacional de la Unesp, la situación mundial tiende a deteriorarse con el avance de la guerra de Ucrania, el estancamiento de la Unión Europea, y las incertidumbres relacionadas con la ruptura de las cadenas de producción, en particular de semiconductores.
"Si se confirma la caída de los precios de las materias primas, América Latina, y Brasil, enfrentarán problemas de balanza de pagos y crisis fiscales, ya que la estructura de gasto creada en tiempos de auge de las materias primas no puede sostenerse en tiempos de caída de los precios", apuntó.
Destacó al mismo tiempo que, a diferencia de la crisis de otras épocas, la fortaleza de la economía china funciona en la actualidad como una segunda turbina para la economía mundial.
"Mientras Estados Unidos avanza hacia una política industrial proteccionista, China podría recrear cadenas industriales fuera del contexto asiático, con países como Brasil, Argentina, Nigeria, Etiopía, Sudáfrica, República Democrática del Congo, etc., para ayudar a diversificar y (re)industrializar estas economías y modernizar las infraestructuras", sugirió.
