Imagen del 15 de enero de 2020 del pintor cubano, Alexis González, pintando en su estudio, en la Casa de las Artes y Tradiciones Chinas, en el barrio chino de La Habana, capital de Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 11 feb (Xinhua) -- Una exposición de doce cuadros del cubano Alexis González, elaborados sobre papel de arroz, con marcada influencia china, y con la que el artista rinde homenaje al Año del Conejo, fue inaugurada en la sede del Instituto Confucio en La Habana.
"Esta es la visión que tenemos los cubanos del Año Nuevo Lunar. Yo solo quise reflejar a partir del conejo la forma que tenemos los cubanos de ver al animal desde el punto de vista asiático", dijo a Xinhua el autor de la exposición "Conejo de primavera".
El pintor consideró que el valor fundamental de su obra está "en la síntesis entre pintura, caligrafía y el arte del sello, tres cosas que le dan sentido al arte tradicional chino".
González refirió que sus obras son una mezcla conceptual, que une la apropiación del arte chino y la visión de un caribeño, para expresar una similitud de cada conejo con el clima de cada mes.
Cada uno de los doce cuadros está dedicado a un mes con conejos diferentes, animales que aparecen en las posturas más usuales, pero en distintos colores, y son acompañados por fragmentos de poemas chinos escritos en una exquisita caligrafía.
Los cuadros están colocados en el vestíbulo de la biblioteca del centro Confucio, un sitio muy accesible a los alumnos, quienes cada día podrán apreciar esa particular apropiación de la cultura china.
"Lo que hace el profesor Alexis es algo casi mágico", afirmó Wilson Barroso, un cubano que desde hace ocho años vive en China, donde cursa un Doctorado en Relaciones Exteriores en la Universidad del Pueblo, en Beijing.
Barroso, quien en 2015 ganó el segundo lugar en pintura en el Concurso Puente Chino, ha sido uno de los más aventajados discípulos de González, quien lo adentró en la pintura y caligrafía china desde uno de los talleres que imparte en el Instituto Confucio.
"Esas obras nos convidan a captar el mundo circundante desde una perspectiva en la que se mezclan realidad y poesía, nostalgia y reflexión", estimó por su parte la directora cubana del instituto, Yorbelis Rosell.
González, delgado y con trenzas al estilo del músico jamaicano Bob Marley, es un hombre de 56 años que desde hace cerca de una década y media encontró su pasión profesional en la práctica de la pintura tradicional y la caligrafía chinas.
El pintor, cuya bisabuela estaba casada con un emigrante chino, tiene un pequeño estudio en la Casa de las Artes y Tradiciones Chinas, en pleno corazón del Barrio Chino de la capital cubana y donde tuvo su primer contacto con esa lejana cultura.
En busca de sus ancestros chinos, llegó a esa institución en 2007 para inscribirse en un curso sobre la pintura tradicional china, al mismo tiempo que aprendía los rudimentos de la caligrafía.
Mientras comenzaba a incursionar en ambas disciplinas, de manera paralela empezó a estudiar no solo el idioma chino, sino la historia del país asiático, para poder entender lo que más tarde pintaría.
Emulando a los maestros chinos y superando las dificultades que encuentra a la hora de conseguir el papel de arroz, el artista intenta atrapar la magia del estilo pictórico Xieyi, que floreció durante la dinastía Tang.
González tiene en su haber seis exposiciones personales, así como más de una veintena de muestras colectivas, en las que ha expuesto su particular acercamiento a la cultura tradicional china.