WASHINGTON, 15 feb (Xinhua) -- Tres personas fallecieron y otras cinco resultaron heridas en un incidente de tiroteo ocurrido el lunes en el campus de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos), y el presunto agresor fue encontrado más tarde muerto con una herida de bala autoinfligida, según informó la Policía.
La portavoz de la universidad, Emily Guerrant, detalló que los primeros disparos se realizaron en el interior de una sala, situada en el extremo norte del campus, a las 20:18 hora local del lunes (01:18 GMT del martes). Y más tarde también se escucharon disparos en otra ubicación cercana.
En declaraciones citadas por la cadena de televisión CNN, Chris Rozman, subjefe interino del Departamento de Seguridad Pública de la universidad, dijo que "es una verdadera pesadilla la que estamos viviendo esta noche".
La tragedia del lunes fue el tiroteo masivo número 77 registrado este año en EE. UU., según el sitio web Mass Shooting Tracker, una base de datos sobre los incidentes de este tipo en el país norteamericano.
El martes por la tarde ocurrió el tiroteo masivo número 78 en el estado de Pensilvania. Cuatro estudiantes resultaron heridos de distinta consideración. Y el sospechoso sigue prófugo.
Solo en los primeros 45 días del año en curso, se han registrado 78 tiroteos masivos en Estados Unidos, es decir, un promedio de 1,7 por día, con un saldo de 129 muertos y 294 heridos.
Las cifras también mostraron que la cantidad de tiroteos masivos en todo el país ha aumentado considerablemente, de 339 en 2013 a 753 en 2022, más del doble.
Tres semanas atrás, siete personas murieron y una resultó herida grave en dos tiroteos en la ciudad costera de Half Moon Bay, en el norte de California. Once fallecidos y diez heridos fueron el balance de otro incidente similar registrado en Monterey Park, en el sur del mismo estado.
Los tiroteos letales son un asunto cotidiano en EE. UU. y muchos temen verse atrapados en la próxima tragedia.
"Tenemos las tasas más altas de muertes por armas de fuego en el mundo. Tenemos más armas que personas (...) Tenemos más de un arma por cada hombre, mujer y niño en Estados Unidos. Eso es una locura", dijo a Xinhua el administrador educativo Paul Cole Padilla.
Mucha gente atribuye los tiroteos masivos a una cuestión racial, pero la realidad es mucho más compleja. La cultura estadounidense de la violencia va más allá del color de la piel, por lo que reducirlo todo a la raza no resolverá nada, subrayó Bill Maher, presentador de la tertulia política de HBO "Real Time".
La cultura de la violencia en EE. UU. se manifiesta en varios frentes.
"La cultura estadounidense puede ser entendida de otra forma, trascender su creencia de que los enemigos están siempre ahí fuera, que necesitan ser eliminados", comentó Robert C. Koehler, un periodista radicado en Chicago y escritor de alcance nacional.
A su parecer, la violencia se presenta en la imaginación de las personas, los videojuegos, las películas y los presupuestos de defensa como algo sin consecuencias, instantáneo y necesario.
El mes pasado, el presidente estadounidense, Joe Biden, instó al Congreso a "prohibir las armas de asalto de una vez para siempre". Sin embargo, los republicanos siguen firmes en su respaldo a los derechos sobre las armas de fuego, rechazando más restricciones para portarlas.
El gobernador de Michigan, Gretchen Whitmer, presentó una agenda en enero para dar prioridad a la adopción de leyes más estrictas sobre las armas, pidiendo un chequeo universal sobre los perfiles, normativas seguras de almacenamiento y órdenes de protección extrema para prevenir posibles riesgos, según publicó el diario The New York Times.
Aunque la mayoría de estadounidenses apoya más leyes para el control de armas, los esfuerzos parecen en vano. Una imagen viral en redes sociales sintetiza la ciénaga moral de EE. UU.: "Se produce un tiroteo masivo, espectáculo mediático, pensamientos y oraciones, debates en redes sociales sobre las armas, nadie hace nada, vuelta a la 'normalidad', otro tiroteo masivo tiene lugar".
El control de las armas se ha convertido más en un activo político que en un problema real que necesita ser resuelto.
"Los estadounidenses que se oponen al control de armas tienen más tendencia a contactar con los funcionarios sobre esta cuestión y basar sus votos en función de esto", explicó Matthew Lacombe, profesor asociado de la Universidad Case Western Reserve y antiguo investigador del Instituto Barnard.
"Muchos políticos creen que apoyando la regulación sobre las armas les puede hacer perder votos en lugar de ganarlos", agregó.