Mientras que la crisis entre Rusia y Ucrania ha dejado un número incontable de personas desesperadas y un mundo que enfrenta problemas energético y alimentario, el año pasado también presenciamos la subida vertiginosa de los precios de las acciones de los fabricantes estadounidenses de armas, el aumento de las ventas de las empresas energéticas estadounidenses y el crecimiento de los beneficios de granos producidos en Estados Unidos.

