RÍO DE JANEIRO, 21 jun (Xinhua) -- Brasil almacena en su suelo el equivalente a 70 años de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el país, una de las principales causas del efecto invernadero, según un informe divulgado hoy miércoles por MapBiomas y que refuerza la necesidad de preservar la cobertura vegetal nativa del territorio.
"Del total de 37.000 millones de toneladas (gigatoneladas-Gt) de carbono orgánico del suelo (COS) existentes en Brasil en 2021, casi dos tercios (el 63 por ciento) están almacenados en suelos bajo cobertura nativa estable (23,4 Gt COS)", señaló el estudio.
Solo 3,7 Gt de COS están almacenadas en suelos de áreas convertidas a uso antrópico desde 1985, agregó.
El Bosque Atlántico y la Pampa tienen las mayores reservas medias de carbono orgánico del suelo por hectárea, en comparación con otros biomas, con una media de 50 toneladas por hectárea (t/ha) y 49 t/ha, respectivamente, mientras que en la Amazonia este valor es de 48 t/ha.
Las menores reservas se encuentran en la Caatinga, un bioma ubicado en el noreste de Brasil, con una media de 31 t/ha.
En términos absolutos, la Amazonia tiene la mayor reserva de COS de Brasil, con un registro de 19,8 Gt medido en 2021.
De 1985 a 2021, la cantidad de carbono almacenada en el suelo cubierto por bosques en Brasil se redujo de 26,8 Gt a 23,6 Gt, lo que representa una pérdida de 3,2 Gt, una cantidad superior a todo la reserva de Caatinga en 2021 (2,6 Gt) y equivalente a casi seis años de emisiones de gases de efecto invernadero de Brasil.
Según MapBiomas, el suelo es uno de los cuatro mayores reservorios de carbono del planeta, junto a la atmósfera, los océanos y las plantas, que absorben carbono en el proceso de crecimiento.
El suelo que almacena este carbono orgánico, cuando se encuentra en estado de degradación, puede liberar el elemento a la atmósfera en forma de CO2 y metano, agravando el cambio climático.
La profesora Taciara Zborowski Horst, una de las coordinadoras de la cartografía, dijo que el estudio es innovador en muchos aspectos y ha demostrado que es posible realizar un mapeo a gran escala de todo Brasil, observando los cambios que se producen en el suelo.
"Pudimos mostrar en estos mapas cómo los cambios y el uso, cómo las decisiones que se toman respecto a la planificación territorial afectan a este recurso del suelo. También pusimos de relieve algunos biomas que a menudo se pasan por alto en el discurso medioambiental, como el Bosque Atlántico, que tiene las mayores reservas de carbono por unidad de superficie", dijo.
La experta señaló que, a la hora de debatir cualquier tipo de política pública dirigida a la preservación del bioma, es muy importante ser consciente de que la necesidad de preservación no solo está por encima del suelo.
"Bajo tierra tenemos una gigantesca reserva de carbono que tenemos que preservar y dirigir los esfuerzos para que la agricultura pueda seguir almacenando carbono y evitar en lo posible la emisión de éste a la atmósfera", agregó.
Advirtió que el uso de este suelo con una alta reserva de carbono por la agricultura y la conversión a pastizales suponen un riesgo de emisión de este carbono a la atmósfera.















