RÍO DE JANEIRO, 30 oct (Xinhua) -- El proyecto creado por una joven brasileña que quería aprovechar todos los residuos que deja el Carnaval para reciclar permite a centenares de personas pobres en Brasil mantener sus familias a través del reciclaje.
Brasil es el cuarto mayor productor de residuos del mundo y recicla solo el 4 por ciento de los 80 millones de toneladas generadas cada año.
Pensando en este problema, Saville Alves, de 31 años, fundó la start-up SOLOS en la ciudad de Salvador, capital del estado nororiental de Bahía, con la intención de crear soluciones de logística inversa para empresas, marcas y autoridades públicas en proyectos y servicios que impulsan la recogida selectiva y el reciclaje.
"Mi elección es ser emprendedora", explicó Alves a Xinhua. Actualmente, la empresa opera en seis estados brasileños, tres en el noreste (Bahía, Ceará y Pernambuco), dos en el sudeste (São Paulo y Río de Janeiro) y uno en el sur (Río Grande del Sur), y tiene que enfrentarse a grandes retos logísticos.
Alves calcula que hay cerca de 35.000 personas participando en proyectos de inclusión productiva y educación ambiental.
Su compañía logró reciclar ya 800 toneladas de residuos, 100 solo durante el Carnaval de 2023, generando 736.330 reales (unos 147.000 dólares) para cooperativas y recicladores.
El principal reto es superar las enormes distancias que hay en Brasil. "Tengo que pensar cómo puedo gestionar la logística y el transporte de pasta reciclada de Ceará a Santa Catarina con un valor económico competitivo", explica.
Otra barrera es lograr trabajar en un mercado dominado por los hombres. "Al entrar en las capas de este mundo masculino, está el hecho de ser mujer", comenta.
En SOLOS, 12 de los 15 trabajadores son mujeres. "La fuerza que tengo viene de las mujeres que, como mi madre y mis tías, siempre me han educado y me han hecho sentir especial", dijo Alves.
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Federal de Bahía, Alves trabajó en grandes empresas y fue voluntaria en organizaciones no gubernamentales antes de emprender su proyecto personal.
"La basura simboliza todas las vulnerabilidades. Toda ciudad sucia es una ciudad pobre. Eso es lo que me sensibilizó cuando empecé a trabajar como voluntaria en la periferia. Fundé la start-up en el noreste con la misión de superar colectivamente los retos de la economía circular", manifestó.
Ahí rompió otro tabú. Según el informe Female Founders Report, en Brasil solo el 4,7 por ciento de las start-ups son fundadas por mujeres y apenas el 2,41 por ciento de la inversión destinada a ellas llega al noreste de Brasil, la región más pobre del país.
Alves explica que trabaja en esa región porque es la segunda mayor generadora de residuos de Brasil y tiene la menor renta per cápita por reciclador.
"¿Has pensado alguna vez lo injusta que es la cadena de producción en la que, en un extremo, hay una persona que gana 300 reales (60 dólares) al mes, sin vivienda permanente, asistencia sanitaria ni educación formal, y, en el otro, hay una multinacional que gana miles de millones al año?", inquirió.
El éxito de la joven brasileña y SOLOS también se basa en la triangulación entre la gestión pública, las grandes empresas y los recicladores. Al atraer a empresas, cooperativas, gestores públicos y líderes del movimiento nacional de recicladores, Alves busca que todos salgan ganando.
En este sentido, ha innovado adoptando el uso de sistemas inteligentes, que implican vehículos eléctricos, el lastrado del material recogido, que permite a las empresas presentar al Gobierno federal la eficacia de la reutilización de sus productos, e incluso el reciclaje puerta a puerta, así como acciones educativas para influenciar el comportamiento de la sociedad brasileña en torno al cuidado del medio ambiente.