Por Lisandra Cots
LA HABANA, 2 nov (Xinhua) -- La injerencia y el intervencionismo de Estados Unidos en América Latina en función de sus intereses de política exterior ha sido una constante y no cabe esperar que desaparezca, dijo el investigador cubano Luis René Fernández, del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional.
"Los métodos de intervención de Estados Unidos en nuestra región han privilegiado las medidas económicas coercitivas de alta intensidad, guerra económica contra los países con posturas antiimperialistas como Cuba, Venezuela y Nicaragua", señaló el académico durante una entrevista reciente con Xinhua en la capital de la isla caribeña.
El también profesor de la Universidad de La Habana resaltó que esas políticas de fuerza basadas en el empleo de instrumentos económicos de poder alcanzan el grado de "guerra económica" para dañar las condiciones de vida de la población de estos países.
"Estas políticas se aplican de conjunto con otros instrumentos diplomáticos, comunicacionales y de financiamiento a organizaciones y partidos, para favorecer el llamado cambio de régimen favorable a los intereses imperialistas", añadió.
Fernández, quien recordó que el próximo mes de diciembre cumple dos siglos la Doctrina Monroe, que estableció que "América es para los americanos", entendidos estos últimos como los estadounidenses, estimó que esa política está aún vigente, ya que forma parte del sistema capitalista de Estados Unidos.
"La clase política estadounidense definió su identidad nacional como WASP (blanco, anglosajón y protestante, por sus siglas en inglés) y sus políticos han evidenciado desde el inicio su supuesta superioridad y un desprecio por los pueblos de nuestra América", dijo el analista.
Consideró el catedrático que los cambios y ajustes en la interpretación y aplicación de la Doctrina Monroe, "entendida como un principio de política exterior de Estados Unidos hacia nuestra América", buscan adaptar las estrategias y la forma de emplear sus instrumentos de poder.
Sin embargo, resaltó, se aprecia un proceso de luchas en la región "frente a los intentos injerencistas de Washington".
"La tendencia general es al incremento de la independencia y soberanía de América Latina y el Caribe frente a los objetivos de la Doctrina Monroe de mantener la supremacía estadounidense", apuntó.
"Aunque por momentos triunfen gobiernos regresivos, entreguistas y subordinados a los intereses de Estados Unidos, existen evidencias de que nuestra región es más libre y soberana en el siglo XXI", agregó.
No obstante, consideró que, aunque se han dado resultados importantes en la cooperación política de la región, la integración "es aún insuficiente", y resaltó que "la unidad es una condición clave" para que América "luche y avance por su Segunda Independencia".
"Aceptando las diversidades y particularidades de los países, pero que les permita beneficiarse conjuntamente de recursos naturales, productivos y desarrollo científico técnico", agregó al respecto.
Igualmente subrayó que alcanzar esa integración le otorgará a la región "una dimensión de poder y una voz única" para negociar en un plano de igualdad y basado en un nuevo tipo de relaciones de cooperación en beneficio de todos.
"Los gobiernos de Estados Unidos están ante la disyuntiva de reconocer cada vez más la independencia de la región y respetar sus relaciones internacionales, o continuar con la Doctrina Monroe y políticas cada vez más peligrosas, intervencionistas y agresivas", aseveró.
Fernández estimó que, aunque el proceso de formación de un nuevo orden económico y político internacional está en marcha, este se encuentra "lejos de su configuración y estabilidad", porque "el viejo sistema configurado bajo la hegemonía de Estados Unidos a finales de la Segunda Guerra Mundial no ha desaparecido todavía".
"Se resiste violentamente a desaparecer, aunque evidencia rasgos de su decadencia. El mundo se encuentra dividido y existen fuerzas que tratan de establecer ese nuevo sistema multipolar equilibrado, de justicia social, no basado en asimetrías de poder, la hegemonía y las crecientes desigualdades", estimó.
El académico destacó que en el "complejo e incierto" escenario actual de transformaciones y en la arquitectura económica y financiera internacional, las propuestas del liderazgo de China avanzan "en la dirección correcta".
"Brindan desarrollos teóricos y prácticos, como es la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que contribuyen, sin lugar a dudas, al proceso en curso de modelar las transformaciones necesarias para construir un futuro de beneficios compartidos para toda la humanidad, y no para el beneficio de una parte de ella en detrimento de la otra", subrayó.












