BRASILIA, 8 ene (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y los presidentes del Congreso, el senador Rodrigo Pacheco, y del Supremo Tribunal Federal (STF), Luís Roberto Barroso, encabezaron hoy lunes un acto conjunto en defensa de la democracia, a un año de los ataques contra los Tres Poderes.
El acto, bajo el lema "Democracia Inquebrantable", fue realizado en el Salón Negro del Congreso, en Brasilia, con la presencia de unos 500 invitados, entre gobernadores, ministros, parlamentarios y personal del cuerpo diplomático.
El evento recordó el asalto a la sede de los Tres Poderes en Brasilia, el 8 de enero de 2023, por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), una semana después de la asunción del mandato de Lula da Silva.
La invasión, que dejó graves pérdidas materiales, resultó en la prisión de más de 2.000 personas, la mayoría luego liberadas, y fue caracterizado por la Corte Suprema como una tentativa de golpe de Estado.
En su discurso, el presidente brasileño dijo que no habrá perdón para quienes atentaron contra la democracia, el país y el pueblo, y sostuvo que si la "intentona golpista" hubiera tenido éxito, el país estaría hoy inmerso en el caos social y económico.
"Todos los que financiaron, planearon y llevaron a cabo la intentona golpista deben ser castigados ejemplarmente. No puede haber perdón para quienes atacan a la democracia, al país y a su propio pueblo", afirmó.
Por su parte, Pacheco anunció que, tras un año, serán retiradas las vallas que fueron puestas luego de la invasión del edificio, a fin de "abrir el Congreso Nacional al pueblo".
"Retirar estas rejas que rodean el Congreso Nacional para que todos entiendan que esta Cámara es su casa, es la casa del pueblo, es la casa de los representantes electos, donde se deben tomar las decisiones para el rumbo de Brasil", enfatizó.
En tanto, Barroso afirmó que Brasil "merece" y aún necesita pasar por una "verdadera pacificación de la sociedad", y recordó que presenciar los destrozos fue un "espectáculo de horror".
"Una escena de barbarie, motivada por la animosidad", dijo Barroso, quien definió el episodio como "una especie de alucinación colectiva".
El presidente del STF también dijo que "ningún juez" se alegra de condenar a las personas, pero que tratarlas con "condescendencia" es animar a los derrotados en las próximas elecciones a que también se sientan con derecho a depredar los edificios de las instituciones públicas.
"Quien piensa distinto a mí no es mi enemigo, sino mi compañero en la construcción de una sociedad abierta, plural y democrática. La verdad no tiene dueño. Hay auténticos patriotas con distintas visiones del país. Nadie tiene el monopolio del amor a Brasil", afirmó el ministro.
Como símbolo de la resiliencia democrática, fueron instaladas este lunes réplicas de gran tamaño de la Constitución brasileña frente a los edificios de los Tres Poderes.
