SANTIAGO, 11 nov (Xinhua) -- En las dinámicas del sistema internacional durante la Guerra Fría, China jugó un rol fundamental, reza el libro "China: el otro durante la Guerra Fría", presentado esta semana por la académica chilena especialista en Relaciones Internacionales Mónica Ahumada, cuyo contenido profundiza las relaciones sino-latinoamericanas en un mundo bipolar a través de la historia, principalmente en países como Chile, Argentina y Perú.
"La República Popular China tempranamente procura constituirse a nivel internacional como otro modelo alternativo de desarrollo, en particular ante las sociedades del Tercer Mundo", sostuvo Ahumada, quien ahonda en su investigación en el adelantado acercamiento entre una incipiente potencia y las naciones latinoamericanas en ultramar, en un escenario de rígida polaridad.
El libro de Ahumada exhibe el trazado de las relaciones internacionales de China a partir de su proclamación en 1949, bajo el liderazgo de Mao Zedong, pasando por su inserción en el sistema global y la modernización del Estado varias décadas después, cimentando las bases para su ascenso en el concierto mundial.
"Dados los espacios que fue logrando abrirse la Nueva China, a nivel mundial y su ingreso a las Naciones Unidas, serán los propios actores estatales de Chile, Perú y Argentina quienes la reconocen como un actor relevante y, al mismo tiempo, construirán sólidos vínculos a partir de la firma de relaciones diplomáticas", señala el libro respecto a los lazos suscritos con Chile en 1970, pionero en la región, seguido por Perú (1971) y Argentina (1972).
En palabras de Ahumada, además de los actores estatales, fueron los personajes no oficiales, escritores, intelectuales y políticos representativos de las diversas sociedades latinoamericanas quienes estrenaron fuertes relaciones con China en un momento inesperado, dada la distancia geográfica entre ambas regiones y la limitada incursión internacional.
"Se consolidaron lazos impensados en décadas anteriores, pero el tiempo demostró la relevancia de los vínculos entre Estados que mostraban las mismas problemáticas, como países entrampados en sus precarias realidades socioeconómicas. Sin embargo, fue esa necesidad de interconexión lo que permitió construir sólidos vínculos de China frente a los tres países, expresados en el gran número de acuerdos de cooperación vigentes hasta hoy", aseguró la autora.
Para Ahumada, en el caso de Chile, el pintor, grabador y muralista chileno José Venturelli, ocupa un lugar especial. Su arribo al país asiático, en 1952, lo convirtió en el primer artista reconocido latinoamericano en visitar China desde su fundación.
Ese mismo año, Venturelli junto al poeta chileno Pablo Neruda y el entonces senador chileno, Salvador Allende, quien fue presidente del país en el periodo 1970-1973, establecieron el primer organismo de amistad con China en América Latina, el Instituto Chileno-Chino de Cultura, abriendo así las fronteras culturales entre la región latinoamericana y su lejano socio, uno de los principales aliados comerciales en la actualidad.
"Es José Venturelli, cuyas construcciones desde lo cultural impulsaron otros aspectos de las relaciones internacionales, más allá del comercio, la economía y otros escenarios", comentó Ahumada.
La escritora aseguró que fueron aquellos actores ajenos al Estado, viajeros y exploradores de la década de 1950 y 1960, quienes "llevaron las relaciones por un camino más complejo e invisibilizado, logrando abrir y estrechar los vínculos en un contexto propio de Guerra Fría global".
El libro fue presentado por el analista internacional chileno Gilberto Aranda, quien consideró a China como "una potencia lejana que representa una cultura más que milenaria, con una renovada contingencia".
Por su parte, la consejera cultural de la embajada de China en Chile, Liu Wenqiu, también asistente en el lanzamiento, afirmó que su país mantiene entre sus principios "la lucha por la paz del mundo, por desarrollar cada uno sus economías, por salvaguardar la estabilidad mundial".