Cuando el español Sergio Lorente arribó por primera vez al distrito de Pingle de la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, en el sur de China, toda su atención se centró en lo que observaba desde la ventanilla del vehículo que lo transportaba por una carretera rural.
Sacó su teléfono móvil y tomó fotos del "mar dorado" de caquis en los campos de Pingle, conocido como el "pueblo natal de los caquis", donde casi todos los hogares se dedican a procesar la fruta secándolos delante y detrás de sus casas.
Lorente, de 31 años, enseña español en el Colegio de Turismo de la ciudad de Guilin. De acuerdo con él, los caquis tienen un gusto crujiente y dulce en las zonas de producción de la fruta en España. Por eso, cuando ya instalado en Guilin, una ciudad de Guangxi, probó los caquis secados al sol por primera vez, la experiencia fue totalmente novedosa.
En la actualidad, la superficie total de plantación de caquis en Pingle supera las 10.600 hectáreas, con una producción anual de 550.000 toneladas de frutos frescos y una capacidad anual de 350.000 toneladas de caquis secos. La producción de caquis se ha convertido en una de las industrias pilares de la economía local y en una importante fuente de ingresos para los residentes locales. ■