Imagen del 12 de abril de 2023 de una máquina agrícola vertiendo granos de soja en un camión en la granja Bandeirinha, en Formosa, Goiás, Brasil. (Xinhua/Lucio Tavora)
RÍO DE JANEIRO, 13 feb (Xinhua) -- El aumento de la productividad de la agroindustria en los últimos años, así como la tecnología punta y el clima del país, han permitido que Brasil se sitúe como uno de los mayores productores y exportador de alimentos del mundo.
Los agricultores brasileños siembran el próximo cultivo con los restos de la soya recién cosechada, mientras que el maíz tiene que entrar en la tierra a tiempo para aprovechar la lluvia.
"Quiero cosechar mi soya y plantar el maíz a más tardar el 15 de febrero, lo que creo, basándome en mi experiencia, que significa que la lluvia llegará pronto este año", explicó a Xinhua el agricultor del estado de Mato Grosso (centro-oeste), Sidney Flach.
Sembrar en el momento adecuado para garantizar el agua, el insumo más básico para los cultivos, es el primer paso hacia una buena cosecha. Pero para que la misma superficie produzca más sacos de maíz cada año, hay que ir más allá.
"He mejorado tanto la tecnología de las semillas como la de los fertilizantes. He mejorado la fertilización del maíz. Quiero ver si puedo cosechar más que el año pasado. Quiero ver si cosecho una media del 10 por ciento más que el año pasado", agregó Flach.
El maíz que este agricultor brasileño cosechará en el municipio de Sinop, Mato Grosso, en pleno invierno, era impensable hace años.
"El factor climático es importante, tenemos sol todo el año, en invierno es cuando más luz hay. A partir de abril, apenas se ven nubes en el cielo. Así que hay luz solar directa. Eso asusta a los europeos. Sabemos que, por mucho que quieran, nunca podrán competir con nosotros, porque nuestra capacidad, nuestro potencial de producción, es muy alto", dijo Flach.
Plantar varios cultivos a lo largo del año en la misma zona es una ventaja que Brasil tiene sobre países que se enfrentan a inviernos rigurosos, como Francia, donde los agricultores protestan contra un posible aumento de las importaciones de productos agrícolas. El frío extremo hace inviable una segunda cosecha, lo que en Brasil reduce los costos, aumenta la escala de producción y, por tanto, hace más competitiva la agricultura.
Hasta finales de los años 70 del siglo pasado, los agricultores en Brasil solo recogían la cosecha de verano. Fue con la conquista de las tierras del Cerrado (sabana tropical ubicada en el centro-oeste del país) en los años siguientes cuando esto empezó a cambiar, y comenzaron a recoger dos cosechas al año: una en invierno y otra en verano.
En aquella época, aumentar la producción de alimentos era una necesidad urgente para el país.
"Éramos importadores netos de alimentos. En los años 80, durante la crisis de la deuda, tuvimos que decidir qué hacer: ¿Importar alimentos o importar combustible? ¿Cómo conseguimos darle la vuelta a la tortilla? La conquista del Cerrado brasileño desempeñó un papel fundamental", comentó el investigador del Centro de Agroestudios de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), Felipe Serigati.
"No es solo que ya no seamos importadores netos de alimentos. Según la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), desde 2017 somos el mayor exportador neto de alimentos al resto del mundo. ¿Cómo lo hemos conseguido? Precisamente con la tecnología", explicó Serigati.
Brasil pasó de ser importador a convertirse en el mayor exportador de maíz del mundo en 2023, superando a Estados Unidos. La cosecha de invierno, que solía considerarse una apuesta, era casi cuatro veces mayor que la de verano en 2023.
En poco más de cuatro décadas, la productividad de los cultivos de maíz de invierno se ha multiplicado por 11. Esto ha abierto espacio para la soya, el principal producto cosechado y exportado por Brasil, que actualmente ocupa la mayor parte de los campos en verano, especialmente en el Cerrado.
Imagen de archivo de una máquina agrícola cosechando maíz en la granja Nativa, en el área rural de Brasilia, Brasil. (Xinhua/Lucio Tavora)
Para Serigati, la tecnología ha ayudado a la región centro-oeste del país, principal zona productora de Brasil, a especializarse en cultivos típicos de climas más suaves.
"Hoy tenemos aquí, en la región (centro-oeste), un gran productor de soya que antes estaba en el sur del país. Tenemos la producción de café, que antes estaba en (el estado de) Paraná (sur) y São Paulo, hoy el gran productor de café es el Cerrado brasileño. Y más recientemente también está la historia del trigo", destacó.
"Pongámonos en la piel de ese productor europeo. Están ante un gigante que intenta entrar ahora en este mercado, y es natural que pidan alguna protección, alguna barrera, para poder protegerse. Si se les pone en igualdad de condiciones, van a tener enormes dificultades para competir con los productos brasileños", agregó el investigador de la FGV.
Precisamente, este proteccionismo europeo, principalmente de Francia, es el que dificulta el acuerdo comercial entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea, que se negocia desde hace más de tres décadas y que tras un principio de acuerdo, las reticencias francesas, ante el temor a la entrada de productos de la agricultura sudamericana, parece que postergarán más el ansiado pacto entre los dos bloques económicos.
Por su parte, el ingeniero agrónomo, Domingos Ribeiro, resaltó que en Brasil se ha logrado disminuir el costo de producción.
"Brasil ha conseguido mostrar este potencial de la agricultura tropical de forma muy eficiente, investigando principalmente genética, manejo de cultivos y mucha investigación de suelos. Y también tenemos mucha rotación de cultivos aquí, y la rotación de cultivos es muy eficiente porque rompe el ciclo de enfermedades, plagas y enfermedades, y hace que la agricultura sea más sostenible", explicó.
"Tanto es así que en los dos últimos años hemos recibido a varias empresas de Europa (principalmente de Alemania, Francia y Reino Unido) que buscaban información aquí sobre el potencial, por ejemplo, del trigo, esta regla de productividad. Porque conocen el potencial que tenemos aquí, saben que investigamos, trabajamos y buscamos una agricultura cada vez más eficiente", añadió Ribeiro.
