Por José Gabriel Martínez y Douglas Martínez
SAN SALVADOR, 20 feb (Xinhua) -- Para el empresario salvadoreño Carlos Rodríguez, la actual temporada alta del turismo en su país ha sido un asombro continuo por su duración y la permanencia en todo momento de un elevado número de visitantes.
La temporada alta del turismo en El Salvador, de acuerdo con Rodríguez, solía iniciar entre noviembre y diciembre y "siempre terminaba más o menos a mediados de enero", cuando "bajaba de forma muy marcada". Este 2024, sin embargo, la temporada "no ha bajado". Se ha mantenido hasta febrero y apunta a seguir.
"Es algo que nunca nos había pasado en los tres años que tenemos de operación. Prácticamente tenemos la misma afluencia, un poquito menos, tal vez, pero muy alta, que la afluencia que tuvimos en noviembre o en diciembre", señaló.
"Todo enero ha sido muy bueno y hoy día, en febrero, también, lo que nos ha dado la pauta de crecer un poco más", expresó con orgullo Rodríguez, dueño de Equinoccio Hotel, un hotel boutique ubicado en el lago de Coatepeque, en el occidente de El Salvador, que se distingue por un conjunto de actividades acuáticas y de turismo de naturaleza que aprovechan los atractivos naturales del lugar.
El "boom" de turistas nacionales e internacionales que el empresario ha presenciado en su hotel le resulta balsámico tras los duros años que afrontó con la pandemia del nuevo coronavirus, cuando la actividad turística se detuvo totalmente por más de un año y la recuperación se veía como un proceso gradual y lento.
Pero el comportamiento positivo del sector no es exclusivo de Equinoccio Hotel, sino que se extiende a todo El Salvador, tal y como confirman los datos del Gobierno salvadoreño y organizaciones internacionales vinculadas a la llamada "industria sin chimeneas".
Según las cifras oficiales, El Salvador recibió en 2023 más de 3,4 millones de visitantes extranjeros, la mayor marca de su historia, que lo ubicó como el cuarto país con mayor crecimiento en el rubro ese año.
El flujo de visitantes dejó al "Pulgarcito de América", como se conoce al país centroamericano por su pequeña extensión en comparación con otros países del continente, una derrama económica de 3.793 millones de dólares, a la vez que posicionó al turismo como el segundo sector que más impulsó la economía hasta el tercer trimestre de 2023, de acuerdo con datos del Banco Central de Reserva (BCR).
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) refirió en un reciente estudio que El Salvador, además, será el país latinoamericano que tendrá el mayor dinamismo en la llegada de turistas internacionales en el primer semestre de 2024.
En sus proyecciones de crecimiento para América Latina, el WTTC estima que la región recibirá en los primeros seis meses del año en curso un 12 por ciento más de llegadas de turistas internacionales en comparación con el mismo período de 2019.
El Salvador emerge en las proyecciones como uno de los principales destinos regionales, con un crecimiento previsto de turistas internacionales de un 157 por ciento en comparación con el primer semestre del año previo al retroceso derivado de la pandemia.
Los números consagran al país centroamericano como uno de los cuatro destinos que más impulsan el crecimiento del turismo en América Latina y el Caribe, junto a Colombia, Curazao y República Dominicana, según consideró en días pasados la directora ejecutiva de ONU Turismo, Natalia Bayona, en una entrevista citada por medios locales.
Bayona situó las claves del repunte del turismo en El Salvador en el mejoramiento de las condiciones de seguridad del país como consecuencia de la estrategia de seguridad del Gobierno encabezado por el presidente Nayib Bukele, que ha conducido a El Salvador a ser uno de los países con menores tasas de homicidio en el continente, luego de tener durante años tasas de las más altas del mundo.
El empresario Rodríguez coincide con el análisis de la directora ejecutiva de ONU Turismo, en tanto consideró que el mejoramiento de la seguridad "ha venido a cambiarle la cara al país" y la forma en la que lo ve el mundo.
"Antes el mundo nos veía como un país que no se podía visitar por la peligrosidad y la delincuencia. Ahora es al contrario. Todo el mundo está hablando de El Salvador, estamos como de moda. El Gobierno ha hecho un magnífico trabajo en cuestión de seguridad y todo el mundo lo percibe", explicó.
Además de la seguridad, el empresario refiere que el país se va consagrando como un destino turístico atractivo gracias también a sus "lugares lindos", su café y la calidez de la gente.
La mayoría de los huéspedes con los que ha hablado en su hotel coincide en que "la calidez humana del salvadoreño es bien especial", al igual que la geografía y extensión del país, que permiten que el turista tenga "diversidad de cosas".
"La gente se vuelve loca cuando puede desayunar en el volcán, almorzar en la playa y llegar a cenar a una fiesta en la capital sin tener que hacer ese gran sacrificio de recorrer ocho horas de viaje en vehículo", ilustra Rodríguez.
De manera similar, la ministra salvadoreña de Turismo, Morena Valdez, ha destacado en varias ocasiones que, además de por su notoria mejoría en seguridad, El Salvador se posiciona como un destino turístico atractivo por su riqueza turística, cultural, gastronómica y natural.
Para aprovechar al máximo todas las potencialidades de ese posicionamiento, El Salvador busca mejorar la oferta habitacional y de servicios en el sector turístico, de manera que su aporte a la economía nacional pueda mantener una tendencia positiva sostenible en el tiempo.
Valdez dijo a Xinhua en entrevista que el país tiene un déficit de alrededor de 7.000 habitaciones para poder complementar la demanda turística que está teniendo.
Por ello, expuso la funcionaria, los planes gubernamentales con respecto al turismo, encaminados a convertir al país en un referente no sólo de Centroamérica, sino global, se basan en tres pilares fundamentales: mejor infraestructura turística pública, capacitación y perfeccionamiento del recurso humano, y fortalecimiento de los tejidos sociales y productivos.
