BEIJING, 12 jul (Xinhua) -- La recién concluida cumbre de la OTAN en Washington estuvo plagada de acusaciones contra China en relación con la crisis de Ucrania, lo que pone de relieve cómo la alianza militar se basa en el alarmismo y en buscar chivos expiatorios para justificar su existencia.
La afirmación de la OTAN de que China es un "facilitador decisivo" del prolongado conflicto no es solo un flagrante desconocimiento de los hechos, sino también un torpe intento de distraer la atención mundial de la gran responsabilidad de la OTAN en la crisis, así como de su papel desestabilizador en el mundo.
Tal campaña de desprestigio contra China revela la hipocresía de la OTAN, especialmente teniendo en cuenta el propio historial de la alianza militar de intervenciones militares no provocadas y violaciones del derecho internacional.
Como reliquia anacrónica de la Guerra Fría, las políticas expansionistas y las acciones intervencionistas de la OTAN a menudo han exacerbado las tensiones mundiales en lugar de aliviarlas, como siempre ha dicho hacer.
Desde el colapso de la Unión Soviética, el bloque hegemónico se ha expandido cinco veces hacia el este, devorando el espacio de seguridad de los países ajenos al bloque en busca de su propia seguridad absoluta. A lo largo de los decenios, estos movimientos egoístas han ignorado las preocupaciones legítimas de los demás, en particular de Rusia, preparando el escenario para el sangriento conflicto actual.
China no es la creadora de la crisis ucraniana ni participa en ella. Por el contrario, ha trabajado constantemente en la mediación y ha promovido las conversaciones de paz. A pesar de que la OTAN le echa la culpa a China, su posición imparcial y su papel constructivo han sido ampliamente reconocidos por la comunidad internacional.
Por el contrario, los miembros de la OTAN, bajo el liderazgo de Estados Unidos, han incrementado su armamento y realizado maniobras militares a una escala cada vez mayor, lo que ha afectado gravemente a la paz y la estabilidad regionales. Su creciente apoyo militar a Ucrania también ha avivado el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Durante la cumbre recién concluida, Washington intensificó sus esfuerzos por cultivar un clima de "rusofobia", presionando a sus aliados para que destinen más armas y ayuda financiera a Ucrania, a riesgo de llevar a la región al borde del limbo.
La comunidad internacional no se deja engañar; cada vez es más evidente que Washington y la OTAN están realmente avivando el fuego y actuando como "facilitadores decisivos" del conflicto.
Tras el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, John Mearsheimer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago, señaló que "Estados Unidos es el principal responsable de provocar la crisis ucraniana".
"Mi punto clave, sin embargo, es que Estados Unidos ha impulsado políticas hacia Ucrania que (el presidente ruso Vladimir) Putin y sus colegas ven como una amenaza existencial para su país; algo que han repetido durante muchos años", escribió Mearsheimer en un artículo titulado "Las causas y consecuencias de la guerra de Ucrania".
Bajo el mando de Estados Unidos, la OTAN también está tratando de ampliar su alcance mucho más allá de la región del Atlántico Norte, aventurándose en áreas como Asia-Pacífico, que no tiene nada que ver con su mandato operacional.
Este intento de expansión hacia Asia refleja la perdurable mentalidad de Guerra Fría de la OTAN y suscita serias preocupaciones sobre el papel de la alianza en el debilitamiento de la paz regional, dado su largo historial de quebrantamiento de la paz.
La región de Asia-Pacífico ni da la bienvenida ni necesita ningún papel de la OTAN en sus asuntos regionales. La expansión de la OTAN en Asia-Pacífico solo aumentará los riesgos geopolíticos y socavará la prosperidad y estabilidad de la región durante décadas.
La OTAN ha dejado de ser útil y se ha convertido en una mera herramienta de Washington con fines puramente geopolíticos. Los pueblos amantes de la paz de todo el mundo deben permanecer muy vigilantes.