Imagen del 11 de julio de 2024 de un científico trabajando en un laboratorio de PhageLab, en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, capital de Chile. La empresa biotecnológica chilena PhageLab apunta a reducir el uso excesivo de antibióticos en granjas animales para el consumo humano a través de innovadoras soluciones que combinan virus llamados bacteriófagos e inteligencia artificial, con lo cual buscan combatir infecciones resistentes a los medicamentos en plantas avícolas de Chile y Brasil. (Xinhua/Jorge Villegas)
SANTIAGO, 22 jul (Xinhua) -- La empresa biotecnológica chilena PhageLab apunta a reducir el uso excesivo de antibióticos en granjas animales para el consumo humano a través de innovadoras soluciones que combinan virus llamados bacteriófagos e inteligencia artificial, con lo cual buscan combatir infecciones resistentes a los medicamentos en plantas avícolas de Chile y Brasil.
A la fecha, aseguran que han logrado reducir más del 50 por ciento de salmonela en granjas y tienen planes de expandirse a otros países.
"Nosotros hacemos terapias personalizadas para productores intensivos de animales, con foco en pollos, basados en unas partículas llamadas bacteriófagos. Los fagos son virus medioambientales, predadores naturales de las bacterias, y una serie de procesos nos permiten ocupar esas partículas para controlar brotes bacterianos infecciosos en planteles (granjas) de crianza", dijo a Xinhua el fundador y director ejecutivo de PhageLab, Hans Pieringer.
PhageLab nació hace 14 años con la idea de reemplazar o complementar el uso de antibióticos en el sector ganadero, principalmente para el control de bacterias comunes como la salmonela y la "Escherichia coli", cuya aparición genera cuantiosas pérdidas para la industria de la carne y restringe el acceso a ciertos mercados.
A diferencia del antibiótico, con el cual el "Escherichia coli" puede permanecer en el alimento, el bacteriófago se autodestruye por completo en 48 horas, por lo que se promueve como una alternativa más saludable en comparación a los químicos comunes.
"Los bacteriófagos tienen la capacidad de infectar específicamente a especies bacterianas sin alterar la microbiota en general. Se multiplican dentro de la bacteria y provocan su eliminación. Esto es superespecífico y seguro también para el consumo humano (...) Estudiamos las bacterias del lugar (granja) y cómo eliminarlas específicamente", explicó Pieringer.
Según un estudio publicado en la revista médica británica "The Lancet" (2022), más de 1,27 millones de muertes fueron atribuidas directamente a bacterias multirresistentes en 2019 en el planeta, mientras que unos cinco millones de fallecimientos fueron asociados a estos microorganismos.
La investigación concluyó que las "superbacterias", que no responden a tratamientos médicos tradicionales, ocasionaron ese año más decesos que el sida y la malaria. Regiones como África subsahariana y el sur de Asia, que carecen de recursos y medicinas, fueron las zonas más afectadas.
El director ejecutivo de la compañía señaló que su objetivo es hacer frente a la "crisis" global por la creciente resistencia antimicrobiana o antibiótica (AMR, en inglés), que podría ser la mayor causa de muerte en el mundo en 2050. Se estima que más de 10 millones de personas morirían al año por enfermedades provocadas por bacterias infecciosas, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Estamos ante una crisis de antibióticos. La creación de nuevas moléculas de antibióticos (por la industria farmacéutica) ha ido cayendo de manera dramática. En los años 80, se registraban 50 diferentes moléculas cada 10 años, mientras que en la última década fueron cinco", alertó Pieringer, en relación con las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 2021, la compañía desarrolló una plataforma de inteligencia artificial para cruzar datos, con un catálogo propio de más de 4.800 bacterias y 750 bacteriófagos que les permite estudiar su comportamiento a gran escala.
Actualmente, PhageLab colabora con granjas industriales que producen más de 500 millones de pollos anuales, para las cuales han diseñado un producto líquido con bacteriófagos seleccionados. Esta sustancia es añadida al agua que beben las aves, al tiempo que los científicos evalúan nuevas soluciones en polvo o espray para facilitar el transporte y almacenamiento del producto.
"El proceso (de fabricación) se compone de dos fases. Una es el diagnóstico, donde tomamos muestras de todas las bacterias que hay en una granja, las que se analizan con inteligencia artificial y luego creamos un mapa de riesgos, con el que formulamos una solución a la medida para controlar esas bacterias", explicó el ingeniero en biotecnología por la Universidad Andrés Bello de Chile.
Pieringer precisó que poseen la "colección de bacterias más grande del mundo" en su laboratorio, situado al interior de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, enriquecida con las muestras de heces animales, agua, suelos y otras variables medioambientales que obtienen en granjas previo al diseño del antídoto.
"El algoritmo nos permite tomar una proyección de bacterias de un cliente, compararla con nuestra base de datos y ordenar las bacterias que hay. Con eso, podemos reconocer resistencia a antibióticos, susceptibilidad a vacunas, cuán patógenas son, hace cuánto tiempo viven ahí, y con esa información el algoritmo nos sugiere qué bacteriófagos de la librería serían los mejores para eliminarlas", señaló el científico.
Recientemente, la empresa fue distinguida por el "World Economic Forum" (WEF) para la lista "Technology Pioneers" 2024, que reconoce a empresas tecnológicas innovadoras que contribuyen en diversos sectores como la salud y la producción de alimentos, entre otros, mediante el uso de tecnologías avanzadas.
En ese contexto, Pieringer viajó en junio pasado a Dalian, China, para participar en el "Annual Meeting of the New Champions", la reunión global de innovación, ciencia y tecnología del WEF.
"La experiencia fue increíble, el mercado asiático es una locura, es gigantesco y lo que vivimos fue muy interesante. La biotecnología y la inteligencia artificial son el tren de hoy, incluso por sobre el cambio climático (...) Fue superbueno estar en el lugar, donde están los mayores jugadores del mundo y la conexión fue muy directa y nutritiva, porque se habló de los 'trends' (tendencias) de la economía global", comentó Pieringer.
PhageLab trabaja para aumentar la capacidad de su fábrica y expandirse a nuevos mercados como el asiático y Estados Unidos, donde "la producción sustentable está muy en boga en grandes productores que están buscando alternativas (a los antibióticos)". También anhelan aplicar en un futuro su terapia en humanos.
Imagen del 11 de julio de 2024 de un científico trabajando en un laboratorio de PhageLab, en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, capital de Chile. La empresa biotecnológica chilena PhageLab apunta a reducir el uso excesivo de antibióticos en granjas animales para el consumo humano a través de innovadoras soluciones que combinan virus llamados bacteriófagos e inteligencia artificial, con lo cual buscan combatir infecciones resistentes a los medicamentos en plantas avícolas de Chile y Brasil. (Xinhua/Jorge Villegas)
Imagen del 11 de julio de 2024 de científicos trabajando en un laboratorio de PhageLab, en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, capital de Chile. La empresa biotecnológica chilena PhageLab apunta a reducir el uso excesivo de antibióticos en granjas animales para el consumo humano a través de innovadoras soluciones que combinan virus llamados bacteriófagos e inteligencia artificial, con lo cual buscan combatir infecciones resistentes a los medicamentos en plantas avícolas de Chile y Brasil. (Xinhua/Jorge Villegas)
Imagen del 11 de julio de 2024 de un científico observando una placa mientras trabaja en un laboratorio de PhageLab, en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, capital de Chile. La empresa biotecnológica chilena PhageLab apunta a reducir el uso excesivo de antibióticos en granjas animales para el consumo humano a través de innovadoras soluciones que combinan virus llamados bacteriófagos e inteligencia artificial, con lo cual buscan combatir infecciones resistentes a los medicamentos en plantas avícolas de Chile y Brasil. (Xinhua/Jorge Villegas)
Imagen del 11 de julio de 2024 de una científica trabajando en un laboratorio de PhageLab, en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, capital de Chile. La empresa biotecnológica chilena PhageLab apunta a reducir el uso excesivo de antibióticos en granjas animales para el consumo humano a través de innovadoras soluciones que combinan virus llamados bacteriófagos e inteligencia artificial, con lo cual buscan combatir infecciones resistentes a los medicamentos en plantas avícolas de Chile y Brasil. (Xinhua/Jorge Villegas)