RÍO DE JANEIRO, 18 oct (Xinhua) -- El trabajo infantil en Brasil disminuyó el año pasado al 4,2 por ciento de la población entre cinco y 17 años de edad, equivalente a poco más de 1,6 millones de personas, el menor nivel desde que empezó a medirse el indicador en 2016 y un 14,6 por ciento inferior a 2022, informó hoy viernes el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Entre los menores que trabajaron en 2023 en Brasil, 586.000 lo hicieron en las peores condiciones laborales con riesgo de accidentes o perjuicios para la salud.
El IBGE define el trabajo infantil como una actividad riesgosa o perjudicial tanto para la salud como para el desarrollo físico, mental y social de los menores, al interferir también en su educación escolar, en un marco en que la legislación brasileña prohíbe en cualquier circunstancia las labores productivas para menores de 13 años.
Los adolescentes de 14 y 15 años solo pueden trabajar en Brasil como aprendices, mientras que de los 16 a los 17 años sí se les permite laborar, pero no en contextos insalubres, peligrosos o nocturnos, por lo que cualquier situación que se desvíe de la norma es considerada trabajo infantil.
"El año 2023 fue muy favorable para el mercado laboral. Hubo un aumento significativo de la renta per cápita de los hogares", afirmó IBGE.
"También hubo un aumento significativo en los ingresos medios y en el número total de hogares cubiertos por Bolsa Familia (programa gubernamental de apoyo)", agregó.
De acuerdo con el reporte, entre 2016 y 2019 el trabajo infantil registró una disminución anual, al pasar de 2,1 millones (2016) a poco más de 1,7 millones (2019).
