QUITO, 22 oct (Xinhua) -- El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó la previsión del crecimiento económico de Ecuador a 0,3 por ciento en 2024, una leve mejoría frente a la proyección hecha en abril pasado de 0,1 puntos porcentuales, de acuerdo con su último informe Perspectivas de la Economía Mundial, publicado hoy martes.
En el documento se difunden las nuevas proyecciones para el Producto Interno Bruto (PIB) de las naciones, entre ellas, la de Ecuador, que tendrá un desempeño levemente mejor.
El organismo multilateral incluso mejoró la proyección de crecimiento de la dolarizada economía ecuatoriana para 2025 a 1,2 por ciento, después de que en su informe previo, de abril pasado, preveía que sólo crecería 0,8 por ciento.
En lo que respecta a la inflación, el FMI proyecta que este indicador llegue a 1,9 por ciento en 2024, superior al 1,4 por ciento que preveía en su informe de abril; mientras que, para 2025, pronostica que la inflación será de 2,2 por ciento.
La economía ecuatoriana decreció 2,2 por ciento en el segundo trimestre de 2024 comparado con el mismo periodo del año anterior, según informó el Banco Central de Ecuador, en septiembre pasado.
Este comportamiento se produjo debido a contracciones en el consumo de los hogares, el gasto del Gobierno y en las inversiones, indicó el organismo.
El panorama económico de la nación andina se ha complicado también por la crisis energética provocada por la peor sequía de las últimas seis décadas, lo que ha llevado al Gobierno a aplicar cortes masivos de electricidad de hasta 10 horas desde el pasado 23 de septiembre.
Esta situación ha impactado no sólo en los hogares sino en el sector industrial y productivo, que estima una pérdida de 12 millones de dólares por cada hora de desconexión a escala nacional.
En medio de esta crisis, un equipo técnico del FMI está revisando con autoridades de Ecuador la situación de la economía del país de cara a la entrega de un segundo desembolso del programa de crédito por 4.000 millones de dólares alcanzado en mayo pasado.
En junio pasado, el país recibió el primer desembolso por 1.000 millones de dólares, orientados a la lucha contra la inseguridad y a la implementación de políticas públicas que promuevan la estabilidad económica y social.
