QUITO, 18 ago (Xinhua) -- Los ecuatorianos acudirán el domingo a las urnas para elegir a un nuevo gobierno y una nueva Asamblea Nacional (Congreso) en unas elecciones atípicas marcadas por la incertidumbre en un contexto de violencia e inseguridad sin precedentes que vive el país, dijeron hoy analistas.
Ocho candidatos, una mujer y siete hombres de variadas ideologías políticas, buscarán suceder en la Presidencia a Guillermo Lasso, un exbanquero conservador, quien acortó su mandato de cuatro años tras decretar de manera inédita la figura constitucional de "la muerte cruzada" el pasado 17 de mayo.
Bajo esa medida, Lasso, quien gobierna desde mayo de 2021, disolvió el Poder Legislativo y llamó a elecciones generales anticipadas en medio de una crisis política.
Para la analista política internacional, Katalina Barreiro, la jornada electoral del domingo será crucial para el futuro cercano de Ecuador, cuyos ciudadanos piden frenar la inseguridad y la violencia que tomaron protagonismo durante la campaña electoral, ensombrecida por asesinatos a políticos.
En entrevista con Xinhua, Barreiro señaló que el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, en un ataque armado ocurrido el pasado 9 de agosto, sacudió el tablero político y favoreció a los candidatos que han ofrecido "mano dura" contra la delincuencia.
"Entonces, estas elecciones generan varias incertidumbres. Lo que sí es cierto, es que la violencia política exacerbó los discursos de seguridad y dio una mejor oportunidad a los candidatos que se han apegado a eso", apuntó.
La también profesora de Política Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad San Francisco de Quito añadió que la inseguridad ha tocado a toda la sociedad y eso "ha generado una sensación de una autosobrevivencia y de un Estado que no puede garantizar nada".
Además, consideró que existe un clima de apatía política porque "hay un desconcierto, un camino sin salida", ya que a su juicio falta "una estrategia clara para poder solucionar los problemas de los ecuatorianos" como el desempleo.
Por su parte, el analista internacional, Gustavo Isch, opinó que, si bien la inseguridad ya se encontraba entre las preocupaciones de los ecuatorianos, la escalada de la violencia ha cobrado protagonismo.
"Hemos llegado a un punto de no retorno, de sobrevivencia. El país ya no es el mismo", dijo Isch, tras señalar que con el asesinato del candidato Villavicencio, atribuido al crimen organizado, la delincuencia está enviando un mensaje de que tiene el poder de actuar.
En ese contexto, Isch, quien es consultor político y profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, dijo que "la gente va a ir a votar porque tiene necesidad de hacerlo, porque necesita un norte, una hoja de ruta que le dé certezas".
Frente a ese panorama, ambos analistas coincidieron en señalar que un triunfo en primera vuelta es muy poco probable, lo que hace prever que habrá un balotaje programado para el 15 de octubre.
La Ley Electoral de Ecuador dispone que para que un candidato gane en primera vuelta debe reunir el 40 por ciento de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo aspirante.
Al cierre público de las encuestas de intención del voto el pasado 9 de agosto, tres empresas ubicaron a la candidata Luisa González, de 45 años, del Movimiento Revolución Ciudadana que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017), como favorita en las preferencias.
Detrás de González, exlegisladora socialista, sobresalían el exvicepresidente Otto Sonnenholzner (2018-2020) y el candidato indígena de izquierda y excandidato presidencial en 2021, Yaku Pérez, de acuerdo con las encuestas, que además coincidieron en un alto nivel de indecisión que supera el 50 por ciento.
Sin embargo, tras un debate presidencial realizado el pasado 13 de agosto, analistas y medios locales consideraron que despuntaron las candidaturas de Daniel Noboa, exlegislador auspiciado por la alianza ADN, y del empresario y exsoldado en la Legión Extranjera Francesa, Jan Topic, por la alianza Por un País sin miedo.
A su juicio, ambos, destacaron en el careo por su discurso político contra la inseguridad, principal problema del país.
De ahí que, se cree que las tendencias pudieron haberse modificado de cara a los comicios, así como haber incidido en los indecisos, por lo que el resultado de las elecciones es impredecible.
El correísmo, que representa la Revolución Ciudadana, de izquierda progresista, y goza de un voto duro del 23 por ciento del electorado, busca en estos comicios impedir la repetición de un gobierno de derecha en Ecuador.
Esto, tras el viraje ideológico de Lenín Moreno, excoideario de Correa, y la llegada al gobierno de Lasso, quien se acerca a terminar una gestión de poco más de dos años con baja popularidad.
El espacio del "anticorreísmo" es disputado por otros siete candidatos que buscan proyectarse como alternativa presidencial a la postulante Luisa González.
El nuevo gobierno solo tendrá un mandato de un año y medio, es decir, será un gobierno de transición con el tiempo limitado para cumplir sus promesas de campaña.
Según un informe difundido en julio pasado por la organización Latinobarómetro, que hace estudios de opinión en 18 países de América Latina, Ecuador es un país con debilidad democrática y un alto contingente de ciudadanos proclives al populismo, cuya tendencia política se evidenciará en las elecciones del próximo domingo.
A esto se suma que el jueves terminaron 35 días de campaña electoral en la que varios aspirantes pidieron seguridad policial, usaron chalecos antibalas y hasta cascos ante eventuales sucesos inesperados.
El Consejo Nacional Electoral dejó listo con la Policía y las Fuerzas Armadas un megaoperativo de seguridad para el día de los comicios con la participación de más de 100.000 efectivos en los recintos de votación y sitios estratégicos para garantizar el normal desarrollo de la jornada.
Este viernes inició un periodo de silencio electoral para meditar el voto y rige la ley seca, que prohíbe la venta y consumo de bebidas alcohólicas hasta el próximo 21 de agosto.