VARADERO, Cuba, 4 abr (Xinhua) -- La selección cubana de lucha grecorromana, una de las esperanzas olímpicas de la isla, entrena en el afamado balneario de Varadero, donde sus atletas se ponen a punto con la mira puesta en los venideros Juegos Olímpicos de París 2024 que se llevarán a cabo del 26 de julio al 11 de agosto.
Dieciséis luchadores conforman un grupo en el que se mezclan las primeras figuras del equipo y sus parejas de entrenamiento, en una base de preparación que debe extenderse durante casi cuatro semanas.
Bajo la mirada atenta del jefe de entrenadores de la selección nacional, Raúl Trujillo, los luchadores ejecutan duras sesiones que incluyen al amanecer carreras en la arena combinadas con "topes" ligeros (combates).
A media mañana cumplen un entrenamiento técnico con duras tandas de ejercicios y en la tarde otra sesión de trabajo físico y más combates.
"El equipo se encuentra en un estado óptimo de preparación y en los últimos tests que hemos realizado todo marcha a la perfección desde el punto de vista fisiológico, técnico, táctico y sicológico", explicó Trujillo a Xinhua.
El entrenador, quien desde 2015 asumió el acondicionamiento de la escuadra, consideró que sus deportistas están "muy enfocados en el resultado previsto".
En el equipo sobresalen Mijaín López, de los 130 kilogramos, quien en la capital francesa buscará su quinto título olímpico en línea; así como el titular de Tokio-2020, Luis Orta, de los 67 kilos, y el campeón mundial de los 97, Gabriel Rosillo.
Esos tres luchadores tienen asegurado el boleto a la capital francesa, así como Kevin de Armas (60) y Yosvany Peña (77).
En las próximas semanas, deberá ganar el pasaje a París el titular panamericano de los 87, Daniel Gregorich.
"Creo que tenemos uno de los mejores equipos del mundo y no solo por mi apreciación, sino por la valoración de otros grandes entrenadores", afirmó Trujillo, quien además es el jefe técnico de la Comisión Nacional de Lucha.
El preparador no quiso revelar mucho sobre su particular método de entrenamiento, aunque explicó que es una combinación de un plan general con programas individuales que van más allá de la parte física y sicológica, para "incluso ubicar al hombre en su entorno familiar".
Lo cierto es que todos los luchadores cubanos, incluso aquellos que no podrán participar en los venideros juegos estivales, mantienen un alto nivel de entrega sobre los colchones, sabedores, como señaló Trujillo, de que las medallas se ganan en el entrenamiento.
"Voy a darlo todo por coronarme otra vez", dijo Orta, quien acaba de regresar de una base de entrenamiento en Croacia para pulir algunos detalles, al igual que Gregorich.
Por su parte, Rosillo mostró una increíble seguridad en sí mismo, luego de ganar en septiembre último, en el Mundial de Belgrado, Serbia, tras derrotar al armenio Artur Alexanián, cuatro veces monarca del orbe, titular olímpico de 2016 y subcampeón en Tokio-2020.
El próximo día 20, las selección regresará a La Habana y a inicios de mayo saldrá hacia Europa donde hará estancias en Croacia, Bulgaria y Hungría, país este último donde está previsto participar en un torneo de primer nivel.
Desde hace unos años, la lucha grecorromana disputa al boxeo como mayor aportador al medallero de Cuba en Juegos Olímpicos, Panamericanos y Centroamericanos, así como en Campeonatos Mundiales.
En la Olimpiada de Tokio la isla ocupó el lugar 14 en la tabla de medallas por países, al alcanzar siete de oro, tres de plata y cinco de bronce, la mejor actuación de los deportistas de la isla caribeña desde Atenas 2002.
