BRASILIA, 27 may (Xinhua) -- La transformación del Valle del Río San Francisco, en el noreste de Brasil, impulsada por una experta gestión del agua y los avances en tecnologías de manejo de riego, permitieron la producción de frutas tropicales y de clima templado, convirtiendo al corazón de la semiárida región en un vibrante polo frutícola.
La cuenca del San Francisco, con una superficie total de 641.000 kilómetros cuadrados, representa alrededor del 7,5 por ciento del territorio brasileño y se extiende por los estados de Minas Gerais, Bahía, Pernambuco, Alagoas, Goiás y el Distrito Federal. Atraviesa los biomas de la Caatinga y el Cerrado, donde las difíciles condiciones asociadas al clima seco han sido siempre un desafío para los nordestinos.
"El Río San Francisco es la salvación del sertón (región semiárida)", repiten los pobladores del semiárido lugar.
Reconocido por sus frutas de alta calidad que abastecen tanto al mercado local como al de exportación, el principal centro productivo del Valle se ubica en torno a las ciudades gemelas de Petrolina, en el estado de Pernambuco, y Juazeiro, en Bahía, que en la actualidad reúnen a más de 386.000 y 235.000 habitantes, respectivamente.
Situadas una frente a otra a orillas del río en el noreste del país y conectadas por un puente, ambas ciudades vivieron una profunda evolución a partir de la construcción de la represa de Sobradinho, en la década de 1970.
A partir de entonces, el perfeccionamiento de los sistemas de irrigación permitió optimizar el uso del agua en un entorno donde la precipitación pluvial es limitada y hay más de 300 días de sol anuales. Este control preciso garantiza un suministro adecuado para los cultivos, contribuyendo a la alta productividad agrícola de la zona.
Como resultado, se destacan las variedades de uva y mango, además de otras frutas como guayabas, melones, aguacates, limones, peras y caquis.
Según Jailson Lira, presidente del Sindicato de Productores Rurales de Petrolina, los métodos de irrigación fueron ganando en eficiencia a lo largo del tiempo, dando mejores condiciones a los agricultores para ampliar la producción y sus ingresos.
"El proyecto de irrigación del Río San Francisco experimentó diversas etapas en su evolución, desde los inicios con la captación directa del agua del río. La construcción de la represa de Sobradinho marcó un cambio significativo al elevar el nivel del agua, permitiendo una captación más eficiente", explicó Lira a Xinhua durante una visita a la región.
Al comienzo, la irrigación de los campos se hacía por "inundación", de modo que los productores cubrían toda la superficie con agua. La distribución se optimizó primero mediante la implementación de canales, con mayor aprovechamiento del agua, y luego por aspersión.
Finalmente, con una evolución continua en la tecnología de irrigación, se introdujeron nuevas técnicas, como el riego por goteo y los microaspersores, elevando la productividad agrícola y la sostenibilidad.
La mayoría de las propiedades rurales en la región tienen áreas de 5 a 10 hectáreas (30,9 por ciento), seguidas por áreas de 10 a 20 hectáreas (18,9 por ciento) y de 20 a 50 hectáreas (11,7 por ciento).
En cuanto a la creación de empleo, los datos del Ministerio de Trabajo muestran que en 2022 se crearon 27.000 puestos de trabajo en el cultivo de la uva y el mango en los municipios, contribuyendo al desarrollo socioeconómico de la región.
Lara Secchi, representante de Grand Valle, una empresa que emplea las técnicas más modernas de producción de mango y uva, además de jugos sin aditivos, explicó que la región reúne las condiciones ideales para esas especies.
"En el Valle tenemos una serie de factores que son muy propicias para el desarrollo de la fruticultura en general. Tenemos una unidad relativa del aire baja, que es buena para frutas, y tenemos agua. Estamos en una región muy favorable y privilegiada, al lado de la represa de Sobradinho", explicó Secchi a Xinhua.
También Suemi Koshiyama, fundador de Special Fruit, concentrada en la producción de mango, uva y melón, considera que el Valle es privilegiado y tiene un gran potencial a ser explorado, por lo que la empresa desarrolla investigaciones permanentes en busca de nuevas tecnologías y variedades.
"Con esta sequía que existe en el noreste y con el agua, es posible producir un mango de alta calidad, con un alto dulzor, una calidad de fruta que es más duradera en el (proceso) lineal hasta que llega a los consumidores. Por eso el Valle de San Francisco es reconocido nacional e internacionalmente como un referente en fruticultura de regadío", explicó.
En 2022, los municipios de Juazeiro y Petrolina produjeron 600.000 toneladas de mangos en 21.000 hectáreas, 287.200 toneladas de uvas en 8.100 hectáreas, 76.800 toneladas de guayabas en 1.8000 hectáreas, lo que representa el 18,6 por ciento de la producción nacional de estas frutas.
En 2023, las exportaciones totales de Pernambuco y Bahía alcanzaron los 291,5 millones de dólares en mangos, 181,4 millones en uvas y 0,034 millones en guayabas, representando el 94,5 por ciento de las exportaciones nacionales de estas tres frutas.
Los principales destinos fueron Francia (44 por ciento), Estados Unidos (20,2 por ciento), España (15,6 por ciento), Reino Unido (9,2 por ciento) y Portugal (3 por ciento).
La exitosa trayectoria de la agricultura en el Valle puede servir de inspiración a otros emprendimientos a lo largo del Río San Francisco. Un ambicioso proyecto de transposición que está en curso a cargo del gobierno federal busca llevar agua a otras regiones del noreste, por medio de la construcción de más de 700 kilómetros de canales para desviar las aguas del río, en beneficio de los estados de Ceará, Paraíba, Pernambuco y Rio Grande do Norte, con el objetivo de asegurar el suministro hídrico en áreas afectadas por la escasez y la irregularidad de las lluvias.
