RÍO DE JANEIRO, 28 may (Xinhua) -- El sector de la minería de Brasil pretende alcanzar la emisión cero de carbono a la atmósfera en un máximo de dos décadas, con el uso de hidrógeno verde, la sustitución de combustibles fósiles y el uso de energías renovables, anunció hoy martes el Instituto Brasileño de Minería (Ibram).
El Ibram divulgó este martes su informe sobre la contaminación del sector en 2022, según el cual las actividades mineras en el país liberaron a la atmósfera 12,8 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e). El inventario tiene en cuenta las emisiones de CO2 propiamente dichas y las de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), estas dos últimas con mayor potencial de calentamiento global que el dióxido de carbono.
Según el presidente del Ibram, Raul Jungmann, este total representa apenas el 0,55 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del país en 2022, calculadas en 2.300 millones de toneladas, según un estudio del Sistema de Estimaciones y Remociones de Gases de Efecto Invernadero del Observatorio del Clima.
"Pero no nos conformamos con eso. Nuestro objetivo es llegar al carbono cero en 2030 o 2040, que aún no se ha establecido", dijo Jungmann.
El estudio mostró que el 85 por ciento de las emisiones son de CO2, un gas con menor potencial de calentamiento, pero que permanece en la atmósfera durante más tiempo, unos 1.000 años, y el 10 por ciento son de metano, un gas con un potencial de calentamiento 28 veces mayor que el CO2, según Ibram, y que permanece en la atmósfera durante una década, según la ONU.
Otro 3 por ciento es óxido nitroso, que tiene un potencial de calentamiento 265 veces mayor que el CO2 y puede permanecer en la atmósfera durante 120 años.
Del total de emisiones de la industria minera brasileña, 11,3 millones de toneladas fueron producidas por las propias operaciones de las empresas mineras, mientras que 1,5 millones de toneladas, o el 12 por ciento del total, procedieron de la generación de electricidad utilizada por las empresas mineras.
De las emisiones propias, 7,6 millones de toneladas, o el 59 por ciento del total, proceden de los costes de combustión de los medios de transporte utilizados en la explotación. Otras fuentes de emisiones son la deforestación, que supuso 1,8 millones de toneladas (14 por ciento); el uso de combustible para equipos fijos (1,2 millones de toneladas, un 9 por ciento), fuentes no intencionadas (445.000 toneladas o el 3 por ciento), procesos industriales (305.000 o el 2 por ciento) y residuos sólidos o efluentes líquidos (18.000 toneladas).
"Reducir las emisiones es un compromiso que estamos adquiriendo. No hablamos de crisis climática, sino de emergencia climática. Hay Rio Grande do Sul que no nos deja mentir. Hemos llegado definitivamente a la era de los fenómenos extremos", afirmó Jungmann, en alusión a la catástrofe que vive el estado de Rio Grande do Sul, por unas fuertes inundaciones.
El inventario también sugiere las adaptaciones que debe realizar el sector minero para reducir sus emisiones. Las medidas que tendrían un mayor impacto positivo serían la adopción de hidrógeno verde en camiones y equipos mineros, la sustitución de combustibles fósiles y la electrificación de equipos y flotas.
Estas medidas, sin embargo, son muy difíciles de aplicar en la industria. El uso de energías renovables y los procesos de optimización del consumo serían los más fáciles de aplicar, pero su impacto en la descarbonización es sólo medio.
Los procesos de producción más eficientes y el uso de vehículos autónomos también se citan como medidas de descarbonización.
"Todo el sector está preocupado por dos puntos muy importantes en la contribución que podemos hacer a los objetivos de descarbonización de Brasil. El primero es la mitigación y reducción de nuestras emisiones. Y el segundo es la cuestión de los minerales críticos. El sector está ahí para ayudar a la descarbonización, no sólo en Brasil, sino también en el exterior, extrayendo minerales críticos que son estratégicos para la transición energética", afirmó Alexandre Mello, director del Ibram.
