Sylvia B. Zárate y Zhou Shengping
BOGOTÁ, 11 jun (Xinhua) -- La Caja de Vivienda Popular (CVP) de Bogotá fortaleció este año su programa de vivienda para miles de familias refugiadas en asentamientos improvisados en las montañas que rodean la capital del país, ciudad que recibe a miles de personas vulnerables, incluidos migrantes y desplazados por la violencia.
En entrevista con Xinhua, Juan Carlos Fernández, director de la CVP creada hace poco más de 80 años, explicó que en esta nueva etapa se busca hacer intervenciones integrales en barrios como Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, donde viven familias hace décadas, para facilitar el proceso de reubicación.
"En 2024, el Fondo de Vivienda Popular será reconocido por su liderazgo e impacto en el mejoramiento integral de la vivienda para que los bogotanos tengan una vivienda segura y digna. Los objetivos estarán marcados por el nuevo Plan de Desarrollo Distrital, pero serán históricos, con calidad e innovación que redunden en la transformación del urbanismo social", aseguró.
Fernández explicó que el programa de Reasentamiento del Fondo de Vivienda Popular surgió para garantizar este derecho fundamental a la población en condiciones de vulnerabilidad ubicada en zonas de alto riesgo no mitigable, para que sean reubicadas en edificios construidos de forma segura en la misma zona.
Subrayó que para acceder a este beneficio es requisito tener nacionalidad colombiana y aclaró que la prioridad es para aquellas personas que pertenecen a grupos de interés, por ser víctimas del conflicto armado o desplazamiento forzado.
Recordó que entre los riesgos de vivir en estas construcciones improvisadas están las inundaciones, desbordamientos e incendios, razón por la cual la CVP construye viviendas en la misma zona en donde están los asentamientos, pero con un enfoque humanitario que garantice la dignidad, estabilidad y seguridad.
Es el caso de Illimaní, en Ciudad Bolívar, en donde avanza la construcción de un conjunto residencial de 66 apartamentos de 40 metros cuadrados con todos los servicios y que está en inmediaciones del parque con mirador a la ciudad biblioteca, museo y el acceso al barrio a través del teleférico Transmicable y vías vehiculares en buen estado.
Fernández explicó que la comunidad de Ciudad Bolívar se ha unido para transformar el espacio que antes era considerado uno de los más peligrosos de la capital, en un espacio más seguro, que cada vez atrae más turismo y en el que las familias viven de forma segura.
Agregó que la CVP busca generar alianzas estratégicas para ofrecer más opciones de vivienda a más familias vulnerables de la ciudad y subrayó que además de entregar las viviendas es fundamental evitar la reocupación de zonas de riesgo y seguir apoyando a las familias, incluso después de su reubicación.
Entre las dificultades para hacer crecer el programa y que beneficie a muchas más familias el director señaló la falta de presupuesto y de suelo adecuado para desarrollar proyectos alrededor de las zonas de riesgo donde viven estas familias.
"Otra posibilidad es tener alianzas con diferentes gobiernos, ahora estamos hablando con mucha gente para conseguir presupuesto para hacerlo posible y creo que la cooperación internacional es una gran posibilidad", comentó.
Por su parte, el director de reasentamientos, Germán Hernández, subrayó el desafío de convencer a las familias de abandonar sus casas en riesgo y aceptar los apartamentos que entrega la CVP.
"Sacar a las familias de su territorio no es nada fácil, hay que tener en cuenta que ellos tienen un arraigo, y el arraigo familiar y social no es solo el amor y la confianza social, sino que ya tú cuentas con ciertos servicios de salud, educación, si tú tienes a tus hijos en este colegio no quieres irte a otra localidad", explicó.
"Muchas familias viven en el campo o en una zona abierta con sus perros, gatos, caballos. El caballo a veces es la unidad económica de esas familias. Y después pasar a la familia a un apartamento de 40 metros cuadrados, eso no es fácil", agregó.
Hernández señaló que además de los programas de vivienda y la construcción de parques y vías de acceso, la alcaldía apoya a estos barrios con una oferta cultural en programas como arte urbano, muy apreciados por los habitantes de Bogotá, ciudad que alberga a unas ocho millones de personas.
Luz Dary Gomez, una de las beneficiarias que pronto recibirá su vivienda en Illimaní, relató que durante nueve años vivió en su casa y aunque no fue fácil abandonarla para hacer el proceso de reasentamiento lo aceptó por el alto riesgo de deslizamientos en la zona donde vivía.
"Pensé que era un proyecto más pequeño, pero no es tan pequeño, está 'calientico', el ambiente es muy familiar, los vigilantes, las aseadoras, el apartamento me gusta, valió la pena todo el sacrificio", expresó.
Otra beneficiaria, Ingrid Cornelio, destacó la transformación del barrio Illimaní en donde tenía una casa improvisada construida con material reciclable en la montaña.
"El barrio ha cambiado demasiado en el sentido del transporte a lo que era antes, antes no había parques, se veía demasiada delincuencia, pero hoy veo que hay muchas cosas que se pueden volver realidad", manifestó.
