ESPECIAL: Bioeconomía se abre paso en Amazonia brasileña | Spanish.xinhuanet.com

ESPECIAL: Bioeconomía se abre paso en Amazonia brasileña

spanish.news.cn| 2024-06-25 09:20:45|
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RÍO DE JANEIRO, 24 jun (Xinhua) -- Dos frutas autóctonas de la Amazonia desempeñan un papel decisivo en la cadena de producción que está detrás del crecimiento de la bioeconomía, un modelo económico que sigue ganando protagonismo en los esfuerzos por impulsar la promoción del desarrollo social, económico y ambiental.

En el septentrional estado brasileño de Pará, la insatisfacción con la cultura alimentaria de la región llevó a la empresaria Ingrid Teles a idear una forma de abordar el problema de la gran cantidad de semillas desechadas cada día por las empresas en la producción de pulpa de açaí. En 2017, comenzó a realizar un estudio que resultó en la creación de una empresa de cosméticos en 2022.

"Fue viendo este volumen de residuos que empecé a pensar en una solución que pudiera ser tanto un modelo de negocio como una forma de hacer una contribución social. Fue entonces cuando se me ocurrió la producción de jabón de açaí utilizando las semillas en una estructura de bioeconomía circular", explicó Teles a Xinhua.

A grandes rasgos, solo el 26,5 por ciento del açaí es comestible; el resto se compone de fibra y semillas, que se consideran residuos en la cadena alimentaria. A esto se suma el hecho de que Pará es el principal productor de açaí de Brasil, con el 93,87 por ciento de la producción nacional. Según informaciones del Gobierno, la cosecha de açaí en 2023 alcanzó las 1,6 millones de toneladas.

Al igual que el açaí, el cacao, también nativo de la región, abunda en suelos inundables, lo que lo convierte en otro poderoso producto para un modelo de bioeconomía en la Amazonia. El método para manipularlo y procesarlo ya está muy arraigado en las comunidades tradicionales de la región.

Esta tradición fue un motor determinante en la aparición de una empresa dirigida por mujeres que procesa el cacao para obtener productos utilizados en terapias y ceremonias de salud. Una de las socias, Noanny Maia, contó que reunió a su madre y a sus dos hermanas en 2020 para retomar el negocio de su padre, además del legado de cuatro generaciones de producción de cacao en el municipio de Mocajuba, en Pará.

"Cuando llegamos a la región, nos encontramos con una realidad de degradación ambiental que afectaba gravemente a las familias productoras de cacao, con mucha pobreza y mujeres enfrentadas a la vulnerabilidad e incluso a la violencia. Ya no era la abundancia de la época de mi abuelo", subrayó.

Buscando mejorar el nivel de vida de las familias vecinas y tener un impacto positivo en la cadena del cacao, crearon una empresa que absorbe la producción de cacao de 15 familias y procesa los granos en barras de cacao integral, nibs (granos menos procesados) y granola, además de fabricar jalea, velas y jabones para los pies. "Hacemos todo lo que podemos para reforzar la integración vertical de la producción de cacao", afirmó Maia a Xinhua.

Los dos emprendimientos se enmarcan en la Estrategia Nacional de Bioeconomía, lanzada a principios de junio mediante un decreto presidencial, que demuestra el interés del Gobierno brasileño por reforzar las políticas públicas que favorezcan este sistema económico. El tema también se discute como parte de una iniciativa propuesta durante la participación de Brasil en el G20.

En la Amazonia, la bioeconomía ya se había afianzado mucho antes de que los Gobiernos y las organizaciones internacionales debatieran el tema. Según Rubens Magno, director gerente del Servicio de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas de Pará, el uso de los recursos naturales asociado a la preservación de la selva es una práctica ancestral entre los pueblos tradicionales de la Amazonia.

"Estos pueblos ancestrales llevan muchos años haciendo esto, pero muchas veces no se dan cuenta de que tienen este conocimiento, y tampoco se dan cuenta del valor de la Amazonia y del valor que los de fuera dan a la selva", dijo.

Con unas previsiones de mercado que podrían alcanzar los 8.100 millones de dólares anuales en 2050 solo en la Amazonia, la bioeconomía se está abriendo paso sobre todo entre los micro y pequeños empresarios. Estos avances, argumentó Magno, se deben también a la creación de un centro de bioeconomía del Sebrae en la ciudad de Santarém, también en Pará, que se encarga de sacar a muchos de estos emprendedores del sector informal.

El objetivo de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém, es añadir valor a los recursos naturales, al tiempo que se preserva el bosque a través de la bioeconomía, afirmó Magno. "Queremos mostrar el poder del bosque al mundo, con la bioeconomía como nuestra fuerza", concluyó Magno. 

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