PANAMÁ, 20 dic (Xinhua) -- El 20 de diciembre de 1989, la ciudad de Panamá fue escenario de un sangriento bombardeo durante la "Operación Causa Justa", una intervención militar estadounidense que dejó cientos de muertos y heridos. Treinta y cinco años después, la herida sigue abierta en la memoria del pueblo panameño, que conmemora este Día de Duelo Nacional en honor a las víctimas.
Autoridades, familiares y ciudadanos se congregaron en el cementerio Jardín de Paz, donde reposan los restos de algunos de los caídos. La ceremonia incluyó una ofrenda floral, disparos de honor y un minuto de silencio.
Trinidad Ayola, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Caídos del 20 de diciembre, fue la primera en tomar la palabra y subrayó la importancia de preservar la memoria histórica de los acontecimientos, destacando que aún queda pendiente incluir en los planes educativos las causas, sucesos y consecuencias de la intervención militar.
"(La invasión) fue un evento que llenó de luto y de dolor a la sociedad panameña. En la materia de historia se deberá enseñar las causas, sucesos y consecuencias del 20 de diciembre de 1989; sin embargo, es un tema pendiente", indicó.
Por su parte, Rolando Murgas, presidente de la Comisión del 20 de diciembre, dijo que "Panamá fue víctima de una despiadada invasión y ocupación militar, en abierta y desafiante violación de numerosas normas del derecho internacional público, del derecho internacional humano y humanitario, así lo reconoció en su momento la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos".
Agregó que tampoco se puede olvidar el "uso innecesario de la fuerza" de los militares estadounidenses. Además del "uso de instrumentos bélicos de la más alta tecnología y poder destructivo (...) El pueblo panameño tiene el deber y el derecho de llorar debidamente a sus muertos, pero además el de darle la dignidad y el reconocimiento que se merece (...) Ninguna reparación material puede devolverle la vida, cualquiera que sea su número, cada uno de ellos merece respeto".
El canciller Javier Martínez-Acha cerró el acto con un mensaje de resiliencia y reflexión: "Hoy nos reunimos en este Día de Duelo Nacional para conmemorar un día histórico para el pueblo panameño (...) Pero lo más importante, es reconocer que este día simboliza la resiliencia de quienes continúan luchando por la justicia y la memoria de aquellos que fallecieron".
En entrevista con Xinhua, Murgas señaló que "los norteamericanos no vinieron a salvar a nadie, ni a traer la democracia como ellos dijeron. Fue un ejercicio de pura geopolítica en la cual las víctimas fueron contabilizadas como si fueran daños colaterales".
En Panamá no existen datos oficiales de cuántas víctimas y heridos resultaron de la invasión militar, pero Murgas apuntó que "la Comisión tiene una lista depurada de que no pasan de 600 víctimas. Sin embargo, la percepción es de que existen más (muertes), ya que hay evidencia de cuerpos que fueron carbonizados por los norteamericanos".
A 35 años de la invasión, Murgas consideró que no se debe olvidar este acto.
"Ninguna de las razones que mencionaron los Estados Unidos puede justificar la invasión, porque no tenían ningún sustento. Eso hay que tenerlo claro. Ellos no vinieron a liberar a nadie. Fue un rejuego político", insistió.
Entre los testimonios desgarradores se encuentra el de Luis Guadamuz, quien perdió a su padre y a su tío durante la invasión para combatir al régimen de Manuel Noriega, según dijo en su momento el Gobierno estadounidense.
"Fue muy difícil. Mi mamá se quedó sola. Yo era un muchacho muy activo, de repente se me apagó toda la ilusión. Me volví un muchacho muy callado. Nunca recibí ayuda psicológica. Cada vez que viene esta fecha se me hace un nudo en la garganta, porque cómo te quitan a esa persona que era tu héroe, era tu papá", lamentó a Xinhua.
Guadamuz señaló que la invasión "fue un abuso de tal magnitud que no debe repetirse en ningún país del mundo. Ningún pueblo que es intervenido por otro se desarrolla bien. Todo pueblo tiene que salir solo de sus problemas, como se estaba haciendo en ese momento".
Un fallo en 2018 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó que Estados Unidos es responsable por los hechos de la invasión a Panamá en 1989. El caso fue presentado en 1990 ante la CIDH por Gilma Camargo, quien representó a 272 víctimas.
Por su parte, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo la víspera que "esta situación se ha aclarado con los Estados Unidos en el tiempo y lo que tenemos que reflexionar mañana (hoy viernes) es vernos en aquel espejo y evitar siempre que este país caiga en un proceso de división como era aquel proceso".