NACIONES UNIDAS, 18 dic (Xinhua) -- Japón, como país derrotado en la Segunda Guerra Mundial, debe realizar una reflexión profunda sobre sus crímenes históricos, acatar los compromisos políticos que asumió respecto a la cuestión de Taiwan, detener de inmediato las acciones provocadoras y retractarse de sus declaraciones erróneas, afirmó el jueves un alto diplomático chino.
En la reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General de la ONU para celebrar el primer Día Internacional contra el Colonialismo en Todas sus Formas y Manifestaciones, el representante permanente de China ante las Naciones Unidas, Fu Cong, señaló que el mundo aún no ha salido de la sombra del colonialismo pese al fin de la ocupación colonial y al colapso del sistema colonial.
Exhortó a la comunidad internacional a oponerse con firmeza a todas las palabras o acciones que desafíen o pretendan subvertir el orden internacional de posguerra.
Fu indicó que el Día Internacional contra el Colonialismo tiene como objetivo instar a la comunidad internacional a recordar los daños del colonialismo, acelerar el proceso en curso de descolonización y poner fin al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones.
"La historia de la Guerra Mundial Antifascista nos enseña que la paz debe procurarse y salvaguardarse", subrayó.
Tras la victoria en la Segunda Guerra Mundial, los juicios a criminales de guerra en el Tribunal Militar Internacional de Núremberg y en el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente garantizaron que los principales perpetradores de la guerra de agresión, cuyas manos estaban manchadas con la sangre de pueblos de muchos países, recibieran el castigo que merecían, señaló Fu.
"La justicia y la integridad de los juicios son inquebrantables e incuestionables", reiteró.
Fu recordó que, históricamente, Japón invadió China, la península de Corea y el Sudeste Asiático, e impuso un dominio colonial atroz.
Los agresores japoneses cometieron innumerables crímenes y atrocidades en Taiwan, al matar a más de 650.000 residentes locales, reclutar por la fuerza a unos 200.000 jóvenes para servir en el ejército nipón, forzar a más de 2.000 mujeres taiwanesas a la esclavitud sexual, ocupar el 70 por ciento de su territorio y explotar de manera destructiva sus recursos naturales, incluidos yacimientos de carbón y minas de oro, dijo Fu.
"Fue la página más oscura de la historia de Taiwan", subrayó Fu, al tiempo que llamó a la comunidad internacional a defender resueltamente tanto los resultados victoriosos de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista, como el orden internacional de la posguerra.
"Nunca debemos permitir que se niegue o se distorsione la historia de la agresión, ni permitir el resurgimiento del militarismo, ni la repetición de tragedias históricas", abundó el representante permanente chino.
"Cualquier palabra o acción que desafíe o pretenda subvertir el orden internacional de posguerra podría generar inestabilidad en el mundo y provocar un inmenso sufrimiento a la humanidad como comunidad de futuro compartido", sentenció Fu. Fin
