NUEVA YORK, 2 abr (Xinhua) -- Antes de iniciarse la pandemia de COVID-19, la población afroamericana en EE. UU. ya corría un mayor riesgo de sufrir violencia por armas que los blancos, una tendencia que ha evolucionado de manera preocupante durante los últimos años, reveló un estudio reciente de la Universidad de Boston.
El estudio mostró que, en los cinco años anteriores al inicio de la pandemia, los niños de raza negra, comparados con los menores blancos, ya tenían un mayor riesgo de sufrir violencia por armas de fuego. Durante la pandemia, sin embargo, esa disparidad creció todavía más, conforme la violencia por armas de fuego se fue intensificando por todo el país.
Unos 9 millones de menores estadounidenses, de entre 5 y 17 años, vivían en barriadas donde había tenido lugar al menos un tiroteo mortal cada año entre 2015 y 2019. Entre esos 9 millones, el riesgo de exposición a violencia por armas de fuego entre los menores de raza negra era 4,4 veces mayor en comparación con los blancos. Para los niños hispanos, de acuerdo con el estudio, dicho riesgo era 2,1 veces mayor.
Durante el primer año de la pandemia de COVID-19, esos 9 millones se incrementaron a 11 millones y la mayor parte de este incremento se concentró en las comunidades de raza negra y otras no blancas, según el estudio publicado el 14 de marzo en la American Journal of Preventive Medicine.
"No es solo que las disparidades se han reproducido durante la pandemia, sino que ahora son todavía más severas", indicó Jonathan Jay, profesor de la Universidad de Boston, citado en un artículo sobre este estudio por la revista TIME. "La pandemia solamente ha reproducido las desventajas sociales existentes en las múltiples dimensiones de la marginalidad, incluida la raza", zanjó.