SAO PAULO, 28 feb (Xinhua) -- La comunidad internacional aguarda las contribuciones de China, de cara a las "dos sesiones" anuales que se realizarán en marzo, para un orden global que trabaje por la paz y el desarrollo de los países más pobres, aseguró hoy el especialista brasileño Luiz António Paulino, profesor de Economía de la Universidad Estatal de Sao Paulo (Unesp).
La primera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) está prevista para celebrarse el 5 de marzo, y la primera sesión del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el 4 de marzo.
"Todos esperan que las próximas 'dos sesiones' contribuyan no apenas para que China se torne una economía socialista desarrollada a mediados del siglo, sino también para el establecimiento de un nuevo orden global que contribuya para la paz y el desarrollo del resto, sobre todo de los países pobres", afirmó.
El especialista en relaciones económicas entre Brasil y China sostuvo que "el mundo pasa por un momento muy difícil causado por la inestabilidad global, producto de la insistencia de Estados Unidos para imponer su voluntad a otros países a cualquier costo".
"En este momento, los ojos del mundo que desea la paz y el fin del hambre y la pobreza y la preservación ambiental miran hacia China, que es el único país del mundo con fuerza y autoridad para proponer un camino alternativo para el mundo que no sea la competencia entre las grandes potencias", analizó.
El economista sostuvo que "existen muchas lecciones" que los chinos pueden dar al mundo para que cada país "encuentre su propio camino de desarrollo".
En ese sentido, Paulino enfatizó varios aspectos, entre ellos la importancia de un liderazgo para sostener el desarrollo a largo plazo, la unidad nacional que tenga como objetivo dicho desarrollo, el control sobre el sistema financiero y el mercado de capitales y una combinación de políticas públicas educativas e innovación tecnológica.
En opinión de Paulino, China es un caso de éxito que debe servir de "inspiración" para los países que deseen volverse desarrollados.
"En 1980 las condiciones de Brasil y China eran parecidas y en algunos aspectos Brasil estaba mejor. Tras más de 40 años, China logró convertirse en la segunda mayor economía del planeta y una gran potencia tecnológica, mientras que Brasil aún sufre algunos mismos problemas desde hace cuatro décadas e incluso ha retrocedido en algunos aspectos", evaluó.
Los avances chinos, continuó, han demostrado que las políticas aplicadas por el país asiático son correctas, y que son posibles también para que Brasil, país sudamericano con gran población y rico en recursos naturales, pueda desarrollarse.
Al recordar que Brasil tiene a China como su principal socio comercial desde 2009, afirmó que el comercio bilateral Brasil-China ha sido un "factor importantísimo" para sostener el crecimiento brasileño y especialmente para el sector agropecuario, el más dinámico de la economía brasileña.
Además, destacó que "la inversion china en Brasil ha dado una contribución de gran importancia para la modernización y el desarrollo" de la nación sudamericana.
